tag:blogger.com,1999:blog-57975655817615297032024-03-17T22:31:43.941-07:00Varietés y repúblicaJuan A. Ríos Carrataláhttp://www.blogger.com/profile/16908021427812569195noreply@blogger.comBlogger700125tag:blogger.com,1999:blog-5797565581761529703.post-53215466255398277822024-03-17T08:48:00.000-07:002024-03-17T22:31:12.595-07:00Los familiares de las víctimas<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvpw1JJfqsIeX0GNuNwvj1noOilAWEZP-sboLwVyxeOSy8QdzhAxqWX8q1VOp1WApoLa0xzm6hyphenhyphenWjn_vY5SbAlFdm8jKxLhVosSicOLwBhAoHhBgJotUvIUFiGslarVkrAt1RhoiclWz4lZ2Tgmb_hMJi_2VtKoqXV8PYL5yt-p9IiDyd26EDK1-QSiPM/s1080/FotoMB.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1080" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvpw1JJfqsIeX0GNuNwvj1noOilAWEZP-sboLwVyxeOSy8QdzhAxqWX8q1VOp1WApoLa0xzm6hyphenhyphenWjn_vY5SbAlFdm8jKxLhVosSicOLwBhAoHhBgJotUvIUFiGslarVkrAt1RhoiclWz4lZ2Tgmb_hMJi_2VtKoqXV8PYL5yt-p9IiDyd26EDK1-QSiPM/w400-h266/FotoMB.jpg" width="400" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;">Una de las mayores satisfacciones de mi trabajo es la colaboración con los familiares de las víctimas de la represión franquista. Lo hago cuando contacto con ellos para recabar información, sobre todo de los aspectos que normalmente no dejan huellas en los archivos. La respuesta siempre es positiva y, con independencia de los resultados académicos de la gestión, queda la satisfacción de hablar con personas que anhelan recordar a sus familiares muchas veces olvidados durante décadas, incluso en el seno de unas familias donde el silencio fue una medida de seguridad durante la dictadura y hasta más allá de 1975.</div><div style="text-align: justify;">Asimismo, en las charlas o conferencias que doy en distintos lugares suelo encontrarme con la presencia de familiares que acuden a la espera de una información o, al menos, una explicación genérica de lo sucedido con sus antecesores. La intento dar, pero la relación a veces se concreta en un caso y entonces pongo a disposición de estos familiares todos mis conocimientos para localizar los documentos que se hayan podido conservar. </div><div style="text-align: justify;">Esta semana lo he hecho en tres ocasiones y con resultados positivos. La respuesta de los familiares ha sido de agradecimiento, pero en realidad soy yo el agradecido, porque mi trabajo carece de sentido si no contribuye a fortalecer la memoria de unas víctimas que no solo perdieron la guerra, sino también la historia.</div><div style="text-align: justify;">Al margen del trabajo académico, siempre circunscrito a los especialistas, solo queda la memoria familiar. Si puedo contribuir a fortalecerla con informaciones sacadas de la documentación conservada en los archivos, me siento recompensado de sobra. Mi labor como historiador cobra sentido y me dan ánimos para culminarla con la trilogía que actualmente preparo sobre los consejos de guerra de periodistas y escritores.</div><p></p>Juan A. Ríos Carrataláhttp://www.blogger.com/profile/16908021427812569195noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5797565581761529703.post-5693164178572861042024-03-13T11:37:00.000-07:002024-03-13T11:37:13.400-07:00La condena a muerte del comediógrafo César García Iniesta<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfmv0TRbSy7bZu6Akk7tIdrHyW2CNjLaQF2AAjnGkYoo0doj7JELBR2ERLrwWqNlBFOPOicKmEUngOG2LXNMQIH-z48RTVvg1D_3CNNpnkqORgExamM5PjdltGYGtDYy7etTLsX1QVX0itOaAZ40syIxjR587YVSWL0I3y4WX5GMxTTjE4DSAcH3FBkV4/s254/Iniesta.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="254" data-original-width="198" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfmv0TRbSy7bZu6Akk7tIdrHyW2CNjLaQF2AAjnGkYoo0doj7JELBR2ERLrwWqNlBFOPOicKmEUngOG2LXNMQIH-z48RTVvg1D_3CNNpnkqORgExamM5PjdltGYGtDYy7etTLsX1QVX0itOaAZ40syIxjR587YVSWL0I3y4WX5GMxTTjE4DSAcH3FBkV4/w249-h320/Iniesta.jpg" width="249" /></a></div><br /><div style="text-align: center;"> César García Iniesta. Fuente: Fundación Pablo Iglesias</div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La preparación del segundo tomo dedicado a los consejos de guerra de periodistas y escritores durante el período 1939-1945 me ha permitido conocer a algunos autores teatrales de los que no tenía noticia, a pesar de los años dedicados al estudio del teatro de esta época. La nómina de quienes de una manera más o menos continuada subieron a los numerosos escenarios de las décadas de los veinte y treinta para recibir los aplausos de los estrenos es extensísima. La historia solo ha recogido una mínima representación, que no siempre hace justicia de lo sucedido en aquellos locales donde se sucedían los estrenos con una frecuencia ahora digna de asombro.</div><div style="text-align: justify;">El funcionario, periodista, letrista y comediógrafo César García Iniesta es un buen ejemplo de este olvido generalizado. Su consejo de guerra (AGHD, 6260) acabó con una condena a muerte dictada el 22 de junio de 1940. Afortunadamente, se la conmutaron y el 28 de julio de 1947, cuando ya se encontraba en libertad condicional, le indultaron. Por entonces, el madrileño tenía sesenta y cinco años, estaba gravemente enfermo y, en contra de lo afirmado en su ficha de la Fundación Pablo Iglesias, parece improbable que terminara su vida en el exilio venezolano.</div><div style="text-align: justify;">A pesar de su avanzada edad, César García Iniesta desplegó una intensa actividad en los escenarios del Madrid sitiado. Junto con el maestro Fernando Gravina, compañero suyo en la creación de zarzuelas como <i>En un lugar de Aragón, </i>el 1 de noviembre de 1936 estrenó el himno «¡Hermanos proletarios!» en el cine Tívoli, donde el PCE organizó un acto Pro Defensa de Madrid. Y en febrero de 1939, cuando la entrada de las tropas del general Franco ya era inminente, todavía participaba como orador en mítines organizados por el Frente Popular Antifascista. Entre ambas fechas, su presencia en los escenarios y en las cabeceras es una constante, que registra los estrenos de <i>Yo soy un hombre, Herencias tristes </i>y la adaptación teatral de la popular novela anticlerical <i>El crimen del padre Amaro, </i>de Eça de Queiroz.</div><div style="text-align: justify;">Los instructores del sumario apenas supieron de estas actividades antifascistas, pero los escasos datos recopilados a partir de las denuncias de dos compañeros del Ministerio de Trabajo que acababan de ser sometidos a otros consejos de guerra sirvieron para dictar una condena a muerte. No le ejecutaron, tal vez por su avanzada edad y condición de enfermo, pero también le condenaron a una muerte civil que implica el silencio y el olvido.</div><div style="text-align: justify;">El capítulo ya redactado para el anunciado segundo tomo no le devolverá el protagonismo. No obstante, su testimonio quedará registrado para evitar ese olvido a menudo injusto. Mientras tanto, incluyo en esta entrada su colaboración aparecida en el número de <i>Crónica </i>del 1 de agosto de 1937. El texto evidencia su concepción del papel que debía desempeñar el teatro en unos momentos tan difíciles para un Madrid sitiado y bombardeado:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6iqMdaDfngdq9o-3AiW5w_uAFHVyA7nXEEBcAGfdUCqGZsc7RaK96nBBC5cfJf3IohofLsy4sesFwBVWKaRuKekatmVB3cKrh24mSp0R8bcD50OsfUYFHZofXaJx8Nql8ri-7v7crsvFtZgPKh_LQoQXu2lYl7XN80FphPsYlRezHkCw4HAUu3IFoOSo/s2189/Cr%C3%B3nica,%201-8-37_page-0001.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2189" data-original-width="1656" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6iqMdaDfngdq9o-3AiW5w_uAFHVyA7nXEEBcAGfdUCqGZsc7RaK96nBBC5cfJf3IohofLsy4sesFwBVWKaRuKekatmVB3cKrh24mSp0R8bcD50OsfUYFHZofXaJx8Nql8ri-7v7crsvFtZgPKh_LQoQXu2lYl7XN80FphPsYlRezHkCw4HAUu3IFoOSo/s320/Cr%C3%B3nica,%201-8-37_page-0001.jpg" width="242" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: center;">Fuente: Hemeroteca Digital de la BNE</div><p></p>Juan A. Ríos Carrataláhttp://www.blogger.com/profile/16908021427812569195noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5797565581761529703.post-60792849664518998852024-03-06T23:33:00.000-08:002024-03-09T06:57:48.429-08:00Una jornada con Marc Carrillo, catedrático de Derecho Constitucional<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpop2GHMxO6aO6ovAjqP35_ueQvqujNXYIyRPdQTS4q2nXCqCHvn-qQsLXy7aYFSAodqSsBTM0Viehrj1odbNBhLu7L9vrikruZY4JOC1-x5maJQp3G0DhVuCZZ8zWFI7h7DNr29TC1n4cLuYJfQh_VwQW-kNbvOq76_-nHTXH8wlQmJ_WaPiD-XLYIew/s655/Carrillo.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="655" data-original-width="525" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpop2GHMxO6aO6ovAjqP35_ueQvqujNXYIyRPdQTS4q2nXCqCHvn-qQsLXy7aYFSAodqSsBTM0Viehrj1odbNBhLu7L9vrikruZY4JOC1-x5maJQp3G0DhVuCZZ8zWFI7h7DNr29TC1n4cLuYJfQh_VwQW-kNbvOq76_-nHTXH8wlQmJ_WaPiD-XLYIew/w320-h400/Carrillo.jpg" width="320" /></a></div><br /><div style="text-align: center;"> Marc Carrillo. Fuente: Consell de Garanties Estatutáries de Catalunya</div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Gracias a los responsables de la Universidad de Alicante, ayer pudimos disfrutar de la compañía de Marc Carrillo, catedrático emérito de Derecho Constitucional en la Universitat Pompeu i Fabra de Barcelona. El propósito fundamental era la presentación de su más reciente libro, centrado en el análisis del derecho represivo durante el franquismo, en una interesante charla que tuvo lugar en la sede alicantina de nuestra universidad.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJm2KO8BezCxVSUVbB9bbk3eihGzM1wPavfTZl4Ni5A5b03b0VDra8lwo5tcjs58Z_We9zQ9AMd4XGQ76WERd7n8r6T3_t0RhJ2RvN12yZOp5T5KP85-WT_gVZYxgk562r_hvJP10_unmgxA8X5VridpdapotrE5vOLGIi64-pkbQ9ECTUsJ2AG7yncHg/s1241/Presentacion%20libro%20El%20derecho%20represivo%20de%20Franco_6%20marzo_page-0001.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="874" data-original-width="1241" height="281" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJm2KO8BezCxVSUVbB9bbk3eihGzM1wPavfTZl4Ni5A5b03b0VDra8lwo5tcjs58Z_We9zQ9AMd4XGQ76WERd7n8r6T3_t0RhJ2RvN12yZOp5T5KP85-WT_gVZYxgk562r_hvJP10_unmgxA8X5VridpdapotrE5vOLGIi64-pkbQ9ECTUsJ2AG7yncHg/w400-h281/Presentacion%20libro%20El%20derecho%20represivo%20de%20Franco_6%20marzo_page-0001.jpg" width="400" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;">La grabación de la presentación está disponible:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><a href="https://web.ua.es/es/sedealicante/retransmisiones-de-actos/2023-2024/presentacion-del-libro-el-derecho-represivo-de-franco-1936-1975.html">https://web.ua.es/es/sedealicante/retransmisiones-de-actos/2023-2024/presentacion-del-libro-el-derecho-represivo-de-franco-1936-1975.html</a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Asimismo, tuvimos la oportunidad de visitar los estudios de Radio Alicante, gracias a la invitación de Carlos Arcaya y Silvia Cárceles, para participar en una entrevista en torno al tema del libro:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><a href="https://cadenaser.com/comunitat-valenciana/2024/03/06/marc-carrillo-una-sena-de-identidad-del-franquismo-fue-la-violacion-sistematica-de-los-derechos-fundamentales-de-los-ciudadanos-radio-alicante/">https://cadenaser.com/comunitat-valenciana/2024/03/06/marc-carrillo-una-sena-de-identidad-del-franquismo-fue-la-violacion-sistematica-de-los-derechos-fundamentales-de-los-ciudadanos-radio-alicante/</a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><a href="https://web.ua.es/es/actualidad-universitaria/2024/marzo2024/1-10/marc-carrillo-presenta-el-derecho-represivo-de-franco-1936-1975-en-la-sede-ciudad-de-alicante.html">https://web.ua.es/es/actualidad-universitaria/2024/marzo2024/1-10/marc-carrillo-presenta-el-derecho-represivo-de-franco-1936-1975-en-la-sede-ciudad-de-alicante.html</a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La presentación también fue reseñada por Borja Campoy para el diario <i>Información </i>el viernes 8 de marzo:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><a href="https://www.informacion.es/politica/2024/03/08/franquismo-leyes-libertad-99226097.html">https://www.informacion.es/politica/2024/03/08/franquismo-leyes-libertad-99226097.html</a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Desde 2014, cuando inicié los estudios sobre los consejos de guerra de periodistas y escritores, siempre he sido consciente de la necesidad de conocer el complejo mundo del derecho represivo para evitar errores o inexactitudes. Gracias a colegas como Marc Carrillo y otros juristas que me han ayudado, creo haber superado esta dificultad en <i>Los consejos de guerra de Miguel Hernández </i>(2022) y <i>Las armas contra las letras </i>(2023). Solo me resta manifestar mi agradecimiento por esta decisiva ayuda y expresar mi convencimiento que los futuros historiadores tendrán un camino allanado gracias al excelente libro de Marc Carrillo, que evidencia la constante del derecho represivo a lo largo de todo el período de la dictadura.</div><p></p>Juan A. Ríos Carrataláhttp://www.blogger.com/profile/16908021427812569195noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5797565581761529703.post-51342982616733843742024-03-01T07:58:00.000-08:002024-03-07T01:07:55.512-08:00Presentación de Las armas contra las letras<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHyRk3vIL-VmKT3deseeBDIa1e5tgvwP-_pCXqjTFDwllkavSWsLakS1KlWAEhtfSy20MTUbgEiS3ehGrGl2By47fDQ-ydE6mESFp9_6n63C-LfpiD8P26uK3ncNSzdrEf58cZZHACfLTus90XTYTORVp6oyh2gzNVJG1IgJLcgd6y3qBcfk_T_ZeuDe8/s1920/FACEBOOK%20WEB%20(16).png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1920" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHyRk3vIL-VmKT3deseeBDIa1e5tgvwP-_pCXqjTFDwllkavSWsLakS1KlWAEhtfSy20MTUbgEiS3ehGrGl2By47fDQ-ydE6mESFp9_6n63C-LfpiD8P26uK3ncNSzdrEf58cZZHACfLTus90XTYTORVp6oyh2gzNVJG1IgJLcgd6y3qBcfk_T_ZeuDe8/w400-h225/FACEBOOK%20WEB%20(16).png" width="400" /></a></div><br /><a href="https://web.ua.es/es/actualidad-universitaria/2024/marzo2024/1-10/el-catedratico-de-la-ua-juan-antonio-rios-carratala-presenta-su-libro-las-armas-contra-las-letras.html">https://web.ua.es/es/actualidad-universitaria/2024/marzo2024/1-10/el-catedratico-de-la-ua-juan-antonio-rios-carratala-presenta-su-libro-las-armas-contra-las-letras.html</a><p></p><p style="text-align: justify;">El próximo martes 5 de marzo, a las 19 horas y en la librería 80 Mundos de Alicante, presentaré <i>Las armas contra las letras </i>en compañía de mis amigos los profesores Ángel Luis Prieto de Paula y José Luis V. Ferris. Justo al anunciar la presentación he sabido de una reimpresión del original por el buen ritmo de las ventas. La noticia de esta segunda edición al cabo de dos meses desde la aparición del libro es un aliciente para culminar la segunda entrega de la trilogía.</p><p style="text-align: justify;">Os paso una selección de las fotos tomadas por mi hijo Antonio que, aparte de ser un científico de datos a punto de leer su tesis doctoral en la Universidad de Alicante, es un excelente fotógrafo siempre interesado por conocer los valores democráticos en los que le hemos formado para rechazar cualquier totalitarismo:</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguCYbKXEHanTX9alPXn6IMJ_ifpVf9ctX53a6c61oNHMw5voNDGk0DN5IRp1mAbywf167YjH291mnfSKpT7Yn20On29urwDd5YLWxXEU0EI-E09AlBIFQSJ58RShYG6HVf8G6X5E1m8YdYkVFLIEj_-eWmqyEF5MTfS2r4pOuzj__bblJ2szD0Ehjr2HE/s5348/presentacion-17.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3514" data-original-width="5348" height="263" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguCYbKXEHanTX9alPXn6IMJ_ifpVf9ctX53a6c61oNHMw5voNDGk0DN5IRp1mAbywf167YjH291mnfSKpT7Yn20On29urwDd5YLWxXEU0EI-E09AlBIFQSJ58RShYG6HVf8G6X5E1m8YdYkVFLIEj_-eWmqyEF5MTfS2r4pOuzj__bblJ2szD0Ehjr2HE/w400-h263/presentacion-17.jpg" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitmHz0u5rC1CCNzbITUwBZypPAjQ2Rt1I06vSiWLerLRIfVRdmx3SfrPpAwyNJan0aN8ZzqbxdSxZUIAUzpl00kiIKy4UuRrLuhU3I_alQI48l8lL0_3Mzg7sjwfd11kZLeeNy0wyx-70poPwwhNzd68F_qkDtjLedKHxxOjHKIRM1EOedAbpl-8lRW3U/s5375/presentacion-3.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3105" data-original-width="5375" height="231" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitmHz0u5rC1CCNzbITUwBZypPAjQ2Rt1I06vSiWLerLRIfVRdmx3SfrPpAwyNJan0aN8ZzqbxdSxZUIAUzpl00kiIKy4UuRrLuhU3I_alQI48l8lL0_3Mzg7sjwfd11kZLeeNy0wyx-70poPwwhNzd68F_qkDtjLedKHxxOjHKIRM1EOedAbpl-8lRW3U/w400-h231/presentacion-3.jpg" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUbH-YlcrHkaCMEAsMOjdKwiP9pKmNEqK1JNb6kaok73gIhG0zQNVMwyJAsNHjk6owfa5WAxE-i_H892zugr4csCfA6_icbwKJUWrXUQRCik7rqnfMVTnfG-15qFhVjOzvj-1WH__TkoS0X_xNBwLrs_24TJKQCvaYscMrVoNSUvoWLkgXaLE6X_c4rrQ/s4298/presentacion-1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3239" data-original-width="4298" height="301" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUbH-YlcrHkaCMEAsMOjdKwiP9pKmNEqK1JNb6kaok73gIhG0zQNVMwyJAsNHjk6owfa5WAxE-i_H892zugr4csCfA6_icbwKJUWrXUQRCik7rqnfMVTnfG-15qFhVjOzvj-1WH__TkoS0X_xNBwLrs_24TJKQCvaYscMrVoNSUvoWLkgXaLE6X_c4rrQ/w400-h301/presentacion-1.jpg" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjg7Czgj5eZC5lq9CzPGE8XYLTSWtASJIaanN3P-LUCZF0osty_B9r4_HAHXI4QqRYQ_L8HsyjkTm2YVYcb2v6Vx0fQjxRRV1ozAHjPed5x-M9lt-0D6VqSxQ27R4m_W7-gW_EYmdRIvBSdu6GdH5pL6t08KyUbhIufrvoB0yzAojEAHNl__FhkQFLkpb4/s5472/presentacion-10.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3462" data-original-width="5472" height="253" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjg7Czgj5eZC5lq9CzPGE8XYLTSWtASJIaanN3P-LUCZF0osty_B9r4_HAHXI4QqRYQ_L8HsyjkTm2YVYcb2v6Vx0fQjxRRV1ozAHjPed5x-M9lt-0D6VqSxQ27R4m_W7-gW_EYmdRIvBSdu6GdH5pL6t08KyUbhIufrvoB0yzAojEAHNl__FhkQFLkpb4/w400-h253/presentacion-10.jpg" width="400" /></a></div><br /><p style="text-align: justify;"><br /></p>Juan A. Ríos Carrataláhttp://www.blogger.com/profile/16908021427812569195noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5797565581761529703.post-17774536062901940582024-02-28T01:07:00.000-08:002024-02-28T01:07:10.619-08:00La «agüita amarilla» de Pablo Carbonell<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiL7QBgq2GWr9ArEASn9Q0gSPwqV-Xdvbat1KNy2t1v_Gw7MECPR5DLitZtwRqvla7eTWEB8WQvrG5Ob0KN95r9pi8y_1ueL9IFiEu9ar13stxiU7GqdVMWg3GJ2HkImueYYYBajCcItQpeQhblEUyvV-efGWQKfm6_jqhtAPivQh3BOzEoLTqSsjTfviw/s243/Pablo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="243" data-original-width="208" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiL7QBgq2GWr9ArEASn9Q0gSPwqV-Xdvbat1KNy2t1v_Gw7MECPR5DLitZtwRqvla7eTWEB8WQvrG5Ob0KN95r9pi8y_1ueL9IFiEu9ar13stxiU7GqdVMWg3GJ2HkImueYYYBajCcItQpeQhblEUyvV-efGWQKfm6_jqhtAPivQh3BOzEoLTqSsjTfviw/w342-h400/Pablo.jpg" width="342" /></a></div><br /><div style="text-align: center;"> Pablo Carbonell, 2022. Fuente: Uppers.es</div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;"><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">La tarea, que no empeño,
de envejecer resulta complicada. A mi alrededor observo ejemplos patéticos que
espantan a cualquiera. Los protagonizan quienes otrora me acompañaron como
referentes y, al cabo de tantos años, los veo avinagrados, mentalmente fofos y
dispuestos a predicar desde un sobrevenido e interesado conservadurismo que va
mucho más allá de la política. Su afán de protagonismo, de permanecer en
candelero, aunque sea a costa de la coherencia con su pasado, equivale a la
imagen del viejo que todavía se cree galán. Cervantes retrató al tipo y
conviene frecuentar a los clásicos para evitar el ridículo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">La tarea de envejecer con
cierto decoro también incluye la observación de otros ejemplos que me animan
con una sonrisa propia de lo entrañable, de aquello que puede estar lejos de ti
durante años, hasta casi olvidarlo, pero cuando vuelve lo hace con fuerza.
Gracias a un vídeo convertido en viral, me he reencontrado con Pablo Carbonell,
un vete a saber qué de mi generación capaz de hacerme recitar un monólogo
interior sobre «mi agüita amarilla» desde los años ochenta. Ahora le veo calvo,
canoso y con una respetable barriga, incluso con una probable hiperplasia
benigna, pero dispuesto a cantar de nuevo el onírico relato del devenir de ese
líquido elemento que a todos nos termina por empapar. Claro está que, después
de beber más de cuarenta cervezas, y acompañado de una orquesta sinfónica. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">El «viejo profesor»,
Enrique Tierno Galván, me impactó cuando siendo estudiante le escuché en una
entrevista radiofónica. Allí explicó, con aires doctorales, que un individuo de
mi edad ya debía estar definido en lo fundamental. A partir de entonces, todo era
cuestión de profundizar para mejorar. La idea era seductora y me pregunté por
mi definición. Tal vez no respondiera al ideal de don Enrique por falta de
trascendencia, pero tampoco le disgustaría porque el catedrático convertido en
alcalde gustó de la marcha y hasta sonrió con picardía ante la fuerza de la
Naturaleza encarnada por Susana Estrada o Flor Mukudy, una miss guineana de 1983 a la que preguntó si trabajaba o estudiaba, según cuenta mi amigo Javier Valenzuela</span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhqDJ7n9LYuNaU3L4pQ9B_Yk3oc5vpin2_6KoThgPJVP-_sD82pX7ZUonMtJG0BM_XYbj01KGsesnNiMWTlGsqB4wvpmhqpsvCgvCgj_75ASoD6gwHto0Vgq3NRo9w_5bRcbbmtPL0KpD7ay1z_vvPhxl0l70NCQRx8QdOHa2zpotH0sLcZEKprg_orig/s264/Tierno.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="264" data-original-width="191" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhqDJ7n9LYuNaU3L4pQ9B_Yk3oc5vpin2_6KoThgPJVP-_sD82pX7ZUonMtJG0BM_XYbj01KGsesnNiMWTlGsqB4wvpmhqpsvCgvCgj_75ASoD6gwHto0Vgq3NRo9w_5bRcbbmtPL0KpD7ay1z_vvPhxl0l70NCQRx8QdOHa2zpotH0sLcZEKprg_orig/w289-h400/Tierno.jpg" width="289" /></a></div><br /><div style="text-align: center;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif;">Enrique y Flor bailando salsa. Fuente: <i>El País, </i>4-IV-1983</span></div><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Pablo Carbonell, al que
no imagino en un aula universitaria con la aplicación de un doctorando, también
debió escuchar al «viejo profesor». Cumplidos los sesenta, sigue cantando el
inolvidable éxito de <i>Los toreros muertos </i>en los años ochenta<i>, </i>pero con
la sabiduría que aporta la experiencia y en compañía de la apabullante
perfección de una orquesta sinfónica completada con unos coros dignos del <i>Carmina Burana. </i>La combinación provoca una sonrisa de admiración. En mi caso se
extiende a la coherencia de un entrañable gamberro que todavía ejerce como tal
para desesperación de los biempensantes y ofendidos con pretensiones de
censores.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Hace muchos años, cuando
Pablo Carbonell y yo andábamos en la veintena, compartimos el onírico devenir
de aquella «agüita amarilla» como venganza ante tantos tipos incapaces de
sonreír. Él, más gamberro y lanzado, lo hizo con gracia singular. Yo, desafinado
y nada gracioso, trasladé esa venganza a un monólogo interior tan indigno de
Joyce como eficaz para soportar la estulticia de unos tiempos que parecen
condenados a ser menguados. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Ahora, ambos, cuando
hasta el arco de la micción supone un motivo para la elegía, seguimos sonriendo
con espíritu gamberro. Él cantando y triunfando con una orquesta sinfónica. Yo
escribiendo como catedrático a punto de ser emérito, pero con la misma retranca
y guasa que preciso para afrontar la mediocre banalidad de quienes
protagonizaron el Glorioso Movimiento Nacional y similares. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Dudo que Pablo y yo pasemos
a la historia como discípulos de don Enrique, pero cada uno en lo suyo hemos
hecho la mismo, perfeccionándolo, durante cincuenta años. A estas alturas, cabe
volver a tomar más de cuarenta cervezas y comprobar, con el asombro propio de
lo bien conocido, que esa «agüita amarilla» terminará cayendo sobre nuestras
cabezas. Nosotros lo sabemos y reímos, mientras que otros lo ignoran y
defienden la razón de la sin razón, donde el líquido elemento ni está ni se le
espera. Allá ellos, porque tanta razón trascendente acaba en el dogma y el
mismo siempre envejece mal. Puestos a emprender la tarea, que no empeño, merece
la pena hacerlo con la compañía de una sonrisa gracias al amigo convertido en
un viejo gamberro:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/0vke5ZNwRqs" width="320" youtube-src-id="0vke5ZNwRqs"></iframe></div><br /><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><br /></span><p></p><br /></div><p></p>Juan A. Ríos Carrataláhttp://www.blogger.com/profile/16908021427812569195noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5797565581761529703.post-11031211888060750422024-02-24T00:03:00.000-08:002024-02-24T02:09:18.864-08:00La sonrisa de Malik<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0mz8cC5-RcI8KXRSHGqwP3F3ojv3h5ZN_FvVfYuOvTno68-tDncSyi6v9eYPs6Aw_mBCtz16BPBOk52uYfq_xWiTMIycxP9DftC_Bf7Szv8_iEBPijr6zBvtw0l0PshenFmyAS9XUhOIKj5MuFYd_TC563o5kk9WJS9ufh1SgvLv-9kAv64iqYmilXgc/s275/malik.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="183" data-original-width="275" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0mz8cC5-RcI8KXRSHGqwP3F3ojv3h5ZN_FvVfYuOvTno68-tDncSyi6v9eYPs6Aw_mBCtz16BPBOk52uYfq_xWiTMIycxP9DftC_Bf7Szv8_iEBPijr6zBvtw0l0PshenFmyAS9XUhOIKj5MuFYd_TC563o5kk9WJS9ufh1SgvLv-9kAv64iqYmilXgc/w400-h266/malik.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">El estudio de los
consejos de guerra contra escritores y periodistas durante el período 1939-1945
es una tarea que requiere, de vez en cuando, un descanso para recuperar el
humor. La mirada se encallece al observar tanta intolerancia y violencia.
Conviene, por lo tanto, recuperar la blandura de aquello que nos resulta
entrañable y provoca sonrisas como las disfrutadas muchos años antes, cuando la
infancia o la juventud te aportaba una sensación de plenitud.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Ayer, gracias al Circo
Raluy Legacy, disfruté de una estupenda velada circense rodeado de chavalines
que podían ser mis nietos. Junto a ellos reí y me emocioné viendo lo que era
una novedad para quienes me acompañaban con una sonrisa infantil. La mía, por
desgracia, es fruto de muchas experiencias similares, que me conducen a una
larga historia de empatía con el más clásico mundo del circo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Durante más de cincuenta
años he visto los más variados espectáculos circenses, pero mi entusiasmo de
ayer se deriva de algo que muchas veces explico en clase: la mejor manera
de avanzar es volver a las raíces, a la esencia de aquello que se ama y se
pretende revitalizar. El Circo Raluy Legacy lo consigue con el acierto de los
artistas modestos, que suelen ser mis preferidos por múltiples motivos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">La velada estuvo repleta
de sensaciones reencontradas, pero hubo momentos especiales gracias a unas
melodías de la banda sonora que siempre me han acompañado cuando necesito
ánimos para sobrellevar la dureza del trabajo, la intolerancia de quienes nos
atacan por nuestras publicaciones o el cansancio de encaminarse hacia una
jubilación tardía sin haber tenido un mínimo de descanso.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Entre esas melodías que
recupero periódicamente figuran de manera destacada las compuestas por Nino
Rota para Federico Fellini. Algunas de ellas, verdaderamente excepcionales,
están vinculadas al mundo del circo, que tanto amó un cineasta italiano al que
vuelvo una y otra vez en busca de imágenes para el recuerdo y la sonrisa que
puede ser tan triste como vital porque descansa en una mirada comprensiva.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Cada cierto tiempo veo <i>La
strada </i>(1954), la más intensa y dramática historia de amor que conozco,
para emocionarme con la rudeza de Zampanó y la inocencia de Gelsomina. Me
aburre el amor rosáceo y prefiero el que nunca se manifiesta porque subyace
como un hilo conductor, aunque sea para desembocar en un final dramático como
en la película de Fellini. El mundo del circo, el más modesto, está en esas
imágenes en blanco y negro que recupero con emoción a los sones del maestro
Nino Rota, que tantas veces me acompaña:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/4FNDANRYN_U" width="320" youtube-src-id="4FNDANRYN_U"></iframe></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Sin embargo, la película
de Federico Fellini que he visto más veces, no por ser la mejor de su
producción, es <i>I clowns </i>(1970). La descubrí con emoción siendo un
estudiante asombrado ante aquella elegía del mundo de los payasos, cuyos
protagonistas vivían por entonces olvidados en residencias de ancianos o en
rincones alejados de la fama. Eran unos juguetes rotos que merecían el respeto
del agradecimiento. He aprendido a mirar de la mano del cineasta italiano y
concebir con la imaginación un mundo donde la música de Nino Rota es
imprescindible. Cada cierto tiempo recupero esta película y, vista cumplidos los sesenta, tan lejos de aquellos tiempos donde era un estudiante, observo que
la elegía ha pasado a ser protagonizada por el propio cine de Federico Fellini
y, con él, la elegía también abarca un tiempo que es el mío y ahora se conjuga
en un inevitable pasado. Cuando llega este momento donde la tristeza es
compatible con la esperanza, aquella que solo descansa en la tarea realizada
durante toda una vida, salgo en busca de un payaso que andará protegiéndome en
ese cielo de los ateos que confiamos en el humor como única salvación. Y, claro
está, cojo la trompeta para llamar a Fru Fru tras pronunciar unas palabras en
el más maravilloso italiano:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/V8nr9XyeDLQ" width="320" youtube-src-id="V8nr9XyeDLQ"></iframe></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Vuelvo una y otra vez a
estas películas que me han enseñado a vivir al margen de la intolerancia y la
violencia, con una sonrisa que procuro compartir y que me salva de tanto odio
que he sentido hacia mi persona por parte de quienes no admiten la superación
del pasado. A ellos, a esos que pretenden convertirme en un personaje sectario
capaz de propagar el odio, ¡vaya imaginación!, nunca les contestaré con el
lenguaje del insulto porque tengo un secreto. Cuando algo se vuelve
insoportable me voy de la mano de Malik y a los sones de un vals. Así me
convierto en un sonámbulo capaz de andar por los aires y, al final de <i>Papé
está de viaje de negocios </i>(1985), mirar hacia atrás con una sonrisa que
desarma diciendo, supongo, «Ahí os quedáis…». Yo, mientras tanto, ando por los
aires gracias a Emir Kusturica, Federico Fellini, Nino Rota y tantos otros que
me han emocionado con los mismos argumentos que ayer lo hizo el Circo Raluy
Legacy. Gracias por enseñarme a mirar sin el menor atisbo de odio o
intolerancia. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/pIu2fhlnsCc" width="320" youtube-src-id="pIu2fhlnsCc"></iframe></div><br /><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /></span><p></p>Juan A. Ríos Carrataláhttp://www.blogger.com/profile/16908021427812569195noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5797565581761529703.post-16070088003090879902024-02-22T07:41:00.000-08:002024-02-22T07:41:11.133-08:00Las armas contra las letras: Una entrevista radiofónica<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoHtwhLKZrIpZdgVwjL-uL86QL1uhFtnkV9Njfv8bNwW7BIPXCsku08eIwDftd-c2gdFMNG0YmrBuxAlfE37uIMUHsz185DLQ-weG4qzdhdXpTzNxOACsfR_CTnJIQc_pwpiijv5rxlF4qoBwqHIHs62k_W8bN7j53j8V6RSqZTgsQSCCMz7jFOhV5ZeA/s639/armas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="639" data-original-width="437" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoHtwhLKZrIpZdgVwjL-uL86QL1uhFtnkV9Njfv8bNwW7BIPXCsku08eIwDftd-c2gdFMNG0YmrBuxAlfE37uIMUHsz185DLQ-weG4qzdhdXpTzNxOACsfR_CTnJIQc_pwpiijv5rxlF4qoBwqHIHs62k_W8bN7j53j8V6RSqZTgsQSCCMz7jFOhV5ZeA/w274-h400/armas.jpg" width="274" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;">La publicación de un libro supone la oportunidad de encontrar nuevos amigos que se interesan por su lectura, te llaman para preguntarte alguna cuestión y, en ocasiones, te ofrecen la oportunidad de darlo a conocer a través de sus propios medios, casi siempre sacados adelante con una desinteresada voluntad. El historiador y docente Fran Martín me llamó hace unos días para participar en su programa de una emisora local de Andalucía donde se ocupa de la historia de la Guerra Civil. Acepté encantado, como siempre lo hago con estos compañeros que tanto mérito tienen, y os paso el correspondiente enlace por si queréis escuchar la entrevista grabada el pasado día 20 de febrero:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><a href="https://candilradio.com/audio/programas/dias-de-radio/ciclo-guerra-de-espana-las-armas-contra-las-letras-con-juan-a-rios-carratala-fran-martin-y-almecija-en-dias-de-radio/">https://candilradio.com/audio/programas/dias-de-radio/ciclo-guerra-de-espana-las-armas-contra-las-letras-con-juan-a-rios-carratala-fran-martin-y-almecija-en-dias-de-radio/</a></div><p></p>Juan A. Ríos Carrataláhttp://www.blogger.com/profile/16908021427812569195noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5797565581761529703.post-12817115956494647542024-02-18T06:21:00.000-08:002024-02-28T01:24:45.862-08:00Antonio Iturbe y Las armas contra las letras<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2NDkEemHbGrWGa34HJZ8R7p5PfbZySihj5NKzLjJyTWFSYVy58txlZwm8bIrKx6YRLKajCdJLyKcqQagxeT0bsIkm_HifpZI69cN2w8mE1RJqu8kKTCza4-KIaoWIsj3bHa6LnQfqLYwdJZNX88Adz2rN6rmOe4Cj_bDBAv_EObFHXzZ0yZWZu3gE6cM/s259/Iturbe.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="194" data-original-width="259" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2NDkEemHbGrWGa34HJZ8R7p5PfbZySihj5NKzLjJyTWFSYVy58txlZwm8bIrKx6YRLKajCdJLyKcqQagxeT0bsIkm_HifpZI69cN2w8mE1RJqu8kKTCza4-KIaoWIsj3bHa6LnQfqLYwdJZNX88Adz2rN6rmOe4Cj_bDBAv_EObFHXzZ0yZWZu3gE6cM/w400-h300/Iturbe.jpg" width="400" /></a></div><br /><div style="text-align: center;"> Foto: Antonio Iturbe Procedencia: Wikipedia</div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;"><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El 23 de
enero de 2023 dediqué una entrada en este mismo blog a <i>La playa infinita, </i>la
excelente novela de Antonio Iturbe. El tiempo dedicado a la investigación
dificulta el deseo de leer todas las obras de esos autores a los que considero
amigos con quienes converso desde la distancia. No obstante, cada vez que paso
por el lugar alicantino que pisara Antoine de Saint-Exupéry, evoco la excelente
obra de Antonio Iturbe dedicada al aviador que iba camino del Sur. Y ese
recuerdo me indica que todavía tengo lecturas pendientes y mucho más
satisfactorias que las de los sumarios judiciales.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0Y7DOpHBdIge4kvcBt-6Qo0xdHFmRSJB8qfXsmbbYOwfxR2p23eIggiP9fRwT5giQi02O7MSuK4PaDUHs49WHdnmKna6h9Xf5zw4kD-mo1I2A0Si0P4A2SToxbPcSFX_2g7PO9mrnfky9_X-nXqegIc7qb-vx1rvNYx3pIfa_tyIQqeFrzbP4PhwMz4k/s1200/portada_la-playa-infinita_antonio-iturbe_202103161245.webp" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="696" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0Y7DOpHBdIge4kvcBt-6Qo0xdHFmRSJB8qfXsmbbYOwfxR2p23eIggiP9fRwT5giQi02O7MSuK4PaDUHs49WHdnmKna6h9Xf5zw4kD-mo1I2A0Si0P4A2SToxbPcSFX_2g7PO9mrnfky9_X-nXqegIc7qb-vx1rvNYx3pIfa_tyIQqeFrzbP4PhwMz4k/w233-h400/portada_la-playa-infinita_antonio-iturbe_202103161245.webp" width="233" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El pasado
día 17 Antonio Iturbe me mandó un email tras leer <i>Las armas contra las
letras. </i>El texto me emocionó porque, entre otros motivos, ya he encontrado
a ese «lector ideal» para el que escribimos los libros. Gracias a su
autorización, reproduzco el texto del email:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">He leído con
interés y asombro <i>Las armas contra las letras</i>. Yo que soy un ferviente
lector de Kafka he encontrado aquí todo el sentido a <i>El proceso</i>. De
hecho, es bastante sorprendente, como citas, la escasa atención del cine y la literatura
a esa avalancha de consejos de guerra, a cada cuál más funesto, cruel y
absurdo. Es verdad que a veces la literatura y el cine intentan abrir grietas a
la esperanza donde no las hay, o no se atisban. pero es que, sin esperanza, yo
no podría levantarme de la cama.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Explicas la
misión menos vistosa pero necesaria en su precisión del historiador, que ha de
huir de la tentación embriagadora de la ficción y lo emocional. El trabajo es
muy riguroso, pero consigues eso que tú mismo te propones de huir de la
redacción notarial. Yo no sé si has entremetido hebras emocionales, pero yo he
sentido agitarse mis emociones, mi indignación, sobre todo mi tristeza.
Especialmente, cuando perfilas tan bien al encausado como Diego San José o la
condena a muerte de Manuel Navarro por ser periodista y no tener familia rica o
buenos contactos. Y tantos otros. Y ese fiscal Del Orbe, con esa sed de
muerte. Bueno, tú no lo dices así, pero parece la Muerte misma. Es un
libro riguroso, científico, de historiador, pero su autor no es alguien
indiferente al dolor y eso para mí es muy importante.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Echando un
vistazo en internet he visto tu respuesta a Trapiello, al que citas en el libro
de manera muy correcta. No conozco personalmente a Trapiello, pero es (la
frase es de Saint-Exupéry) de los que van por la vida con un pedestal debajo
del brazo. Tu respuesta es contenidísima. Con esa educada retranca tuya que se
filtra en las páginas de tus libros, pero creo que lo pone en su sitio. Y a ti
en el tuyo, que es el que me gusta, el de la gente que trabaja para encender
pequeñas luces en la oscuridad. Dice Trapiello que la gente de la que hablas no
habría sido célebre más allá de los consejos de guerra. Sin embargo, cada
sufrimiento importa. Todos de los que hablas eran personas que trataron de
construir un mundo más diverso con las palabras y la literatura. Para mí son
celebridades. Decía Saramago que la persona de la que más aprendió, la más
sabia, la que más le enseñó sobre el mundo fue su abuelo, que era analfabeto.
Esas son las cosas que Trapiello en su gran burbuja de ego no es capaz de
comprender. Compadezcámosle.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Gracias por
el esfuerzo de escribir este libro tan minucioso en nombre de todas esas no
celebridades.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Un abrazo</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Antonio
Iturbe</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Gracias a Antonio, <i>Las armas contra las letras </i>cuenta con una entrevista que ha sido publicada en <i>Librújula </i>y en <i>Público </i>el 28 de febrero de 2024:</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif;"><a href="https://librujula.publico.es/juan-antonio-rios-carratala-este-es-un-pais-donde-hemos-inventado-un-franquismo-sin-franquistas/">https://librujula.publico.es/juan-antonio-rios-carratala-este-es-un-pais-donde-hemos-inventado-un-franquismo-sin-franquistas/</a></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></p><br /></div><p></p>Juan A. Ríos Carrataláhttp://www.blogger.com/profile/16908021427812569195noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5797565581761529703.post-4446305369444438982024-02-16T23:33:00.000-08:002024-02-16T23:33:22.075-08:00La represión económica de periodistas y escritores. El caso Fernández Lepina<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-qWiZ8boqqQPAvGyOIhTmTkolBVTcEB7mU5C81j50U3dL0LGGLhNpYxunp6XvZM4vClH9Acp13O327rEtF2ysNrGf3tkkID4hKBcmmOj-itmBri3Af8RX5C8Bw-objdbd3TOMHvWW44xIAd7w9XE1T40Qjm34ggs_Dl3lD667Fc-M0bFbHTTwFGgLdUU/s248/sgae.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="203" data-original-width="248" height="327" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-qWiZ8boqqQPAvGyOIhTmTkolBVTcEB7mU5C81j50U3dL0LGGLhNpYxunp6XvZM4vClH9Acp13O327rEtF2ysNrGf3tkkID4hKBcmmOj-itmBri3Af8RX5C8Bw-objdbd3TOMHvWW44xIAd7w9XE1T40Qjm34ggs_Dl3lD667Fc-M0bFbHTTwFGgLdUU/w400-h327/sgae.jpg" width="400" /></a></div><br /><div style="text-align: center;"> Foto: SGAE. Procedencia: Wikipedia</div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En el marco represivo de la posguerra, la Ley de Responsabilidades Políticas cumple una función eminentemente económica o recaudatoria cuyo objetivo es la «muerte civil» de los ya procesados en los sumarísimos de urgencia. Una vez condenados, muchos de ellos pasan a ser enjuiciados por los diferentes tribunales especiales destinados a la aplicación de la citada ley. Los sumarios prueban que la instrucción era básicamente la búsqueda de los posibles bienes de los encausados para, en función de los mismos, proceder a sancionarles con una multa.</div><div style="text-align: justify;">Los periodistas y escritores que estudio en la trilogía sobre sus consejos de guerra no constituyeron una excepción. Sin embargo, el problema para los instructores es que casi todos carecían de bienes o ingresos con los que hacer frente a la citada multa. La consecuencia es que la mayoría de sus casos fueron sobreseídos ante la imposibilidad de dictar una sanción que pudiera hacerse efectiva.</div><div style="text-align: justify;">Los instructores recurrieron a los más diversos medios para averiguar si los encausados tenían bienes o ingresos. Desde entrevistas con los porteros de sus domicilios, que a veces informan acerca de lo que ingresaban los inquilinos por sus actividades laborales, a escritos dirigidos a los bancos para que remitieran informes acerca de las posibles cuentas de los encausados. También hubo peritajes de sus domicilios e informes policiales o de los servicios de inteligencia de los falangistas, que no solían ser demasiado precisos. A la vista de los casos analizados hasta ahora, el trabajo casi siempre era en balde por lo poco que ganaban unos escritores y periodistas ya derrotados y, a menudo, en una situación de precariedad cercana a la citada «muerte civil».</div><div style="text-align: justify;">De vez en cuando la documentación conservada en el Centro de Documentación de la Memoria Histórica (Salamanca) muestra una excepción. Un ejemplo es el dramaturgo y periodista Antonio Fernández Lepina, que había colaborado en el <i>ABC </i>republicano y contaba con noventa y cinco títulos registrados en la SGAE, que le proporcionaban una media de cuatrocientas pesetas mensuales por sus derechos de autor. Además, el veterano dramaturgo que había conocido el éxito en los escenarios con obras de carácter popular, contaba con propiedades inmuebles.</div><div style="text-align: justify;">El 23 de diciembre de 1941, el juez instructor del Juzgado Provincial de Responsabilidades Políticas, de Madrid, solicitó a la SGAE el correspondiente informe. Francisco Serrano Anguita, en nombre de la entidad, le remite lo solicitado el 19 de enero de 1942. La sanción dictada ascendió a quinientas pesetas por sentencia del 12 de marzo de 1942, a pesar de que los derechos de autor ascendían a una cantidad inferior a la de las deudas contraídas y documentadas por el dramaturgo. El pago de esas quinientas pesetas agravaría la situación de Antonio Fernández Lepina y su familia. También, paradójicamente, impedirían que devolviera lo prestado a un alto oficial de las tropas del general Franco. Algunas sentencias de los vencedores, como la citada, incluso perjudicaron a quienes aspiraban a participar de los beneficios de la Victoria.</div><div style="text-align: justify;">La explicación detallada de este proceso aparecerá en el segundo volumen de la trilogía dedicada a los consejos de guerra de periodistas y escritores, cuyo título provisional es <i>Perder la guerra y la historia.</i></div><p></p>Juan A. Ríos Carrataláhttp://www.blogger.com/profile/16908021427812569195noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5797565581761529703.post-80394985617920577512024-02-13T09:10:00.000-08:002024-02-13T09:10:41.379-08:00Álvaro Retana en El tiempo de la desmesura<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjSc02uxvqC0yrNH7VfJOxNBm038wup_fEh2fcwLG7WCvknWGWnl_GJsDbLH0xrfA8MbCSXUty9ruMmXArZG_qZ-eWr3XTCwKcqjT07ivyQQcaCX0gOQYM108fYBCm7_FYJ14gFQt3UqavOsScA75HODlC9KA5Hhe0-tjRwdpleR6IyoeAXxg9pkvsL5M/s269/desmesura.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="269" data-original-width="175" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjSc02uxvqC0yrNH7VfJOxNBm038wup_fEh2fcwLG7WCvknWGWnl_GJsDbLH0xrfA8MbCSXUty9ruMmXArZG_qZ-eWr3XTCwKcqjT07ivyQQcaCX0gOQYM108fYBCm7_FYJ14gFQt3UqavOsScA75HODlC9KA5Hhe0-tjRwdpleR6IyoeAXxg9pkvsL5M/w260-h400/desmesura.jpg" width="260" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;"> El novelista Álvaro Retana será uno de los protagonistas del segundo volumen dedicado a los consejos de guerra de periodistas y escritores durante el período 1939-1945. Gracias a la bibliografía crítica con que cuenta el autor, la tarea no parte de cero como en otras muchas ocasiones. Ya sabemos de sus problemas con la justicia militar y los años pasados en las cárceles franquistas, pero merece la pena completar la investigación por varias circunstancias:</div><div style="text-align: justify;">A) Los sumarios conservados en el AGHD, aparte de tener algún posible error de catalogación, permanecen incompletos y dejan en el aire algunos aspectos fundamentales como su detención, las declaraciones del propio encausado, los posibles avalistas, el auto resumen tras la fase de instrucción... A la vista de lo que he podido consultar hasta ahora, tengo la impresión de que alguna mano eliminó parte de la documentación o ha habido serios problemas para su conservación y correcta catalogación.</div><div style="text-align: justify;">B) El archivo familiar consultado por dos investigadoras a finales de los años ochenta no parece encontrarse ahora en algún centro público. La familia hizo una importante donación al Museo Nacional de Teatro, pero por las consultas efectuadas hasta el momento parece que no todos los documentos citados en aquel ya lejano trabajo han pasado a las dependencias de Almagro. Lo terminaremos de comprobar gracias a las peticiones efectuadas.</div><div style="text-align: justify;">C) El Archivo Histórico Nacional cuenta con una documentación sobre los procesos por escándalo público seguidos a finales de los años veinte contra Álvaro Retana que, en parte, sigue sin ser utilizada en la bibliografía crítica hasta ahora publicada. He solicitado las correspondientes copias de esos sumarios, que incluyen un enfrentamiento con la actriz Irene López Heredia, y espero aportar esta documentación en el segundo volumen de la trilogía que dedicaré a los citados consejos de guerra.</div><div style="text-align: justify;">Por otra parte, al repasar lo publicado en <i>El tiempo de la desmesura </i>(Barcelona, Barral y Barril, 2010) acerca de Álvaro Retana he constatado un error. En la página 93 hablo del decimosexto marqués de Portazgo como denunciante del novelista a partir del testimonio del mismo. Aparte de que ese testimonio no lo he podido corroborar con la documentación, probablemente esquilmada, del sumario, en el caso de confirmarse la participación del aristócrata no sería el decimosexto por una simple cuestión cronológica. El error ya está subsanado en el borrador del capítulo y es una nueva muestra de la necesidad de repasar los trabajos que tenemos los historiadores. Siempre hay algún dato que debe ser corregido y hacerlo públicamente es una muestra de honestidad como investigadores.</div><p></p>Juan A. Ríos Carrataláhttp://www.blogger.com/profile/16908021427812569195noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5797565581761529703.post-55486356975140809082024-02-10T09:07:00.000-08:002024-02-11T06:42:54.875-08:00Los tiros fueron al blanco, no de gracia<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjI7ORxe0BY15lrgJp1LyhSKwl-vZKbZll_JkQvFRvbWGlXlxXjI3fjjKjeyOxS3_-QrxSrZa58p2gFSFVDuW2Uh4SOTt8q1oHokEKDKpihZu2P2LTUCn53ttImz08VqKXnhF2qQ9ObA0tDfv9F7vww_lJ70WodP43QH4vDYH__sXwAXpF59zAT45H_Gsw/s266/tiros.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="266" data-original-width="190" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjI7ORxe0BY15lrgJp1LyhSKwl-vZKbZll_JkQvFRvbWGlXlxXjI3fjjKjeyOxS3_-QrxSrZa58p2gFSFVDuW2Uh4SOTt8q1oHokEKDKpihZu2P2LTUCn53ttImz08VqKXnhF2qQ9ObA0tDfv9F7vww_lJ70WodP43QH4vDYH__sXwAXpF59zAT45H_Gsw/w286-h400/tiros.jpg" width="286" /></a></div><br /> <p></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">En 2014 y a petición de
Abelardo Linares, preparé la edición de <i>Tiros al blanco, </i>de José Luis
Salado, que editó Renacimiento. Ya había analizado la peculiar trayectoria de
este periodista en trabajos anteriores y la ocasión me permitió trazar con más
detalle su quehacer en la prensa republicana. La sección de <i>La Voz </i>que
da título al volumen apareció durante la guerra y ha sido comentada por varios
especialistas. Mi objetivo era conocer los antecedentes de quien había cobrado
protagonismo en unos momentos trágicos. La recopilación de datos, siempre
trabajosa, me condujo a una personalidad distanciada de las militancias más
radicales del momento, pero coherente con el ideario republicano hasta el
final, justo cuando tantos militantes habían huido o caído en el derrotismo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">José Luis Salado cometió
errores en su sección. Los tiempos no eran propicios para la ponderación y el
equilibrio. Sin embargo, sus tiros -siempre metafóricos porque no me consta que
alguno se convirtiera en realidad por su culpa- apuntaban en una dirección
crítica donde muchos aparecen como oportunistas y chaqueteros, sin menosprecio
de los aprovechados y cínicos. Los hubo en el seno del bando republicano, como
es lógico, y el testimonio del periodista ayuda a comprender una realidad
compleja porque se distancia un poco del tono propagandístico tan previsible en
aquellas cabeceras.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">José Luis Salado fue una
víctima, pero no un héroe. Nunca pretendí presentarlo como tal y, si me atrajo,
fue en buena medida porque su trayectoria anterior a 1936 no invitaba a pensar
en un compromiso tan notable con la II República. Algo similar me ocurre ahora
con Santiago de la Cruz, del que ya he adelantado algunas conclusiones en este
blog y tendrá un amplio capítulo en el segundo volumen de <i>Las armas contra
las letras </i>gracias a la documentación de su familia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Ambos eran tipos
divertidos y hasta frívolos que andaban por los ambientes de las variedades en
compañía de conocidas vedettes. Sus trayectorias estaban completamente alejadas
de las propias de tantos militantes de izquierdas, a menudo previsibles en sus
comportamientos por esa misma militancia. Sin embargo, llegado el momento de
resistir bajo las bombas, cuando tantos encontraron los más variados motivos
para abandonar la capital, ellos permanecieron trabajando en la prensa y hasta
en el frente. Lo pagaron caro, muy caro.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">El trabajo de meses
recopilando textos dispersos y datos perdidos en recónditos lugares de la
hemeroteca no debería ser rebatido con una frase rotunda, escrita con las
prisas de quien debe realizar una tarea ciclópea en las letras para dar cuenta
de todos los compromisos. Así se hizo y en <i>Las armas contra las letras </i>lamenté
esa crítica impresionista tan ajena a la argumentación filológica. El episodio
apenas tiene importancia, pero me encuentro ahora un artículo de Andrés
Trapiello publicado en <i>El Mundo </i>(9-2-2024) donde el libro que edité
aparece citado como <i>Tiros de gracia.<o:p></o:p></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">El despiste es
disculpable. Yo mismo lo podría haber tenido con cualquier otra obra y habría
pedido disculpas si un lector me lo hubiera advertido. Sin embargo, el ficticio
título revela un prejuicio hacia José Luis Salado que, en mi opinión, resulta
injustificado. El periodista no participó en los temidos “paseos” ni pidió dar
tiros de gracia a nadie. Ni siquiera a quienes, a veces de manera injusta,
criticó por su falta de compromiso con la II República.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Andrés Trapiello me honra
con su lectura de <i>Las armas contra las letras </i>y conocerá que el nombre
de José Luis Salado aparece en varios de los sumarios estudiados. Los
procesados sabían que el periodista estaba lejos de Madrid y, puestos a
repartir responsabilidades, se las atribuyeron para salvar el pellejo. A veces,
de manera absurda o incoherente, que los militares nunca comprobaron. Así, en
el silencio de esa documentación hasta ahora inédita, José Luis Salado casi
acabó siendo uno de los líderes de la “adhesión a la rebelión”. Curioso destino
a la vista de su pasado desde que marchara a París para asistir a los inicios
del cine sonoro.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">La mentira para salvar la
vida tiene disculpa. Al fin y al cabo, lo sucedido en aquellos sumarísimos de
urgencia se asemeja a cuando algún muerto asume, a tenor de los testimonios
aportados por los implicados en un juicio, todas las responsabilidades. José
Luis Salado padeció la muerte civil en la lejana URSS y tampoco le imagino
preocupado por su reputación en los juzgados militares.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Nosotros, al cabo de
tantas décadas, ya no tenemos necesidad de mentir y podemos valorar el
testimonio de aquellos españoles con la ponderación que exige la tarea del
historiador. El de José Luis Salado, en mi opinión, resulta interesante porque
se separa de lo previsible y hasta cuestiona en algunos aspectos la propaganda
republicana. También se equivocó, a veces de manera lamentable por falta de
información, pero como otros en cuyos artículos acaban apareciendo unos
inoportunos «tiros de gracia». <o:p></o:p></span></p><br /><p></p>Juan A. Ríos Carrataláhttp://www.blogger.com/profile/16908021427812569195noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5797565581761529703.post-39983634060372793602024-02-09T04:24:00.000-08:002024-02-12T09:54:48.037-08:00Andrés Trapiello y Las armas contra las letras<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTu-ZoTSQ2yh-EYx-QAzvt08kiWsYyiI4ivdiAPMzx63KAxpxrv7n-L-xaTkFp3GSJ4_OhUTrlTMpZ2f_TAAh-wIbtE9W0RTgs33jnXJgyibv7cVGYiYkPs3oDGJLlbcKzWuMyVzykf1CsIezY9-vEcZTyfVoSOPxiRMPUhMWU4JsWRmCF54cNQBEuklo/s271/Trapiello.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="271" data-original-width="186" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTu-ZoTSQ2yh-EYx-QAzvt08kiWsYyiI4ivdiAPMzx63KAxpxrv7n-L-xaTkFp3GSJ4_OhUTrlTMpZ2f_TAAh-wIbtE9W0RTgs33jnXJgyibv7cVGYiYkPs3oDGJLlbcKzWuMyVzykf1CsIezY9-vEcZTyfVoSOPxiRMPUhMWU4JsWRmCF54cNQBEuklo/w275-h400/Trapiello.jpg" width="275" /></a></div><br /> <p></p><p style="text-align: center;">Foto. Andrés Trapiello, 2012. Autor: Asís G. Ayerbe Procedencia: Wikipedia</p><p style="text-align: justify;">Andrés Trapiello ha escrito hoy en <i>El Mundo </i>un artículo sobre el primer volumen de la trilogía dedicada a los consejos de guerra de periodistas y escritores durante el período 1939-1945: <i>Las armas contra las letras. </i>Por desgracia, el texto solo es accesible para suscriptores y, como es lógico, no estoy autorizado a publicarlo, tal y como sería mi gusto. No obstante, os paso el correspondiente enlace con el deseo de que lo podáis leer por su indudable interés:</p><p style="text-align: justify;"><a href="https://www.elmundo.es/la-lectura/2024/02/08/65c26c2dfdddffcb798b45a8.html">https://www.elmundo.es/la-lectura/2024/02/08/65c26c2dfdddffcb798b45a8.html</a></p><p style="text-align: justify;">Andrés Trapiello merece todos mis respetos y así lo hago constar en mi libro, donde le cito positivamente en varias ocasiones. No obstante, mi metodología y conclusiones entran a veces en abierta contradicción con las suyas, como es habitual en este tipo de debates sobre temas históricos. He solicitado a la Universidad de Alicante que le invite para tener un encuentro acerca de lo que expone en su artículo. Si acepta la invitación, a pesar de las limitaciones económicas de una universidad pública a la hora de organizar este tipo de actos, para mí sería un honor participar en el mismo. Yo lo hago gratuitamente porque soy funcionario y, a estas alturas de mi casi jubilación, no espero obtener los "réditos académicos" de los que habla al final de su artículo. Solo me resta jubilarme como emérito y ya cumplo los requisitos.</p><p style="text-align: justify;">Aparte de que no me llamo José Antonio, el nombre corresponde a mi fallecido hermano, en el artículo hay planteamientos muy discutibles y solo me han molestado dos afirmaciones. Yo, como cualquier historiador, podré acertar o no con mis hipótesis, pero nunca "fabulo" en un ensayo donde todas y cada una de las afirmaciones quedan sustentadas en la documentación utilizada y citada. La posibilidad de "fabular" en un trabajo de microhistoria es mínima, a diferencia de lo que sucede en otros, como el suyo, que es una brillante síntesis de lo sucedido entre 1936 y 1939. En cualquier caso, para ejemplo de fabulación está la invención de un libro inexistente citado en el artículo: <i>Tiros de gracia, </i>de José Luis Salado. Doy la referencia, aceptando que es un error sin importancia, porque cualquier acusación de recurrir a la "fabulación" debería ser ejemplificada y citada con el mayor detalle posible. Lo contrario es caer en lo genérico, siempre agradecido en un artículo periodístico y nunca procedente en un ensayo universitario.</p><p style="text-align: justify;">Y, por supuesto, las víctimas de la represión franquista no siempre son héroes y algunas tuvieron comportamientos cuestionables durante la guerra. Así lo señalo en el libro, incluso para decepción de unos pocos descendientes de esas víctimas. Por otra parte, soy plenamente consciente del «terror rojo» estudiado por Julius Ruiz entre otros, que tantas barbaridades provocó. También cito, al final del libro, a los periodistas partidarios del general Franco que fueron represaliados de forma tan brutal como injustificada. El problema es que yo he acotado temporalmente mi investigación, 1939-1945, y durante ese período las barbaridades fueron hegemonizadas por el bando vencedor, porque el otro bastante tenía con intentar preservar la vida.</p><p style="text-align: justify;">Jamás afearía a Andrés Trapiello que en su libro nunca hable de los consejos de guerra celebrados entre 1939 y 1945 porque su acotación temporal es de 1936 a 1939. El mío se centra en la represión ejercida durante la posguerra y eso, por supuesto, no supone ignorar lo sucedido anteriormente. Puestos a pensar en algunas víctimas que tuvieron comportamientos rechazables, le recomiendo el capítulo dedicado a Augusto Vivero (pp. 157-168). No es el único donde cuestiono a la víctima, pero tal vez sirva como muestra.</p><p style="text-align: justify;">Andrés Trapiello indica que ninguno de los procesados habría merecido la posterioridad de no mediar su represión en un consejo de guerra. Al margen de que en el segundo volumen verá casos como el de Antonio Buero Vallejo, yo soy consciente de que los estudiados no son como el admirado Chaves Nogales. El problema es que mi libro no pretende valorar críticamente su aportación a las letras, sino testimoniar la barbarie de la que fueron víctimas. Y, para tal fin, basta con haber pasado por un sumarísimo de urgencia con independencia de la brillantez periodística o literaria. Por cierto, ya que Andrés Trapiello elogia a Miguel Hernández, al menos podría haber citado que también dediqué un volumen previo a su caso. </p><p style="text-align: justify;">Por último, nunca he pretendido ser equidistante y, por supuesto, deseo ser ecuánime porque es uno de los requisitos de mi trabajo. La cuestión es otra. Entre quienes fusilaron y los fusilados de aquella posguerra no puedo, ni quiero, ser equidistante porque respeto el derecho a la libertad de expresión, incluyendo a quienes la utilizaron durante la guerra con poco o nulo acierto. Acerca de lo ecuánime o no de mi trabajo, con mucho gusto, debatiría con mi admirado Andrés Trapiello, que tampoco parece demasiado ecuánime en su artículo, probablemente por la falta de espacio y hasta por vincular una obra de Javier Cercas con "el procés" ya que supuestamente comparten el rasgo de la ensoñación. Vaya destino para <i>Soldados de Salamina...</i>. </p><p style="text-align: justify;">La invitación para el debate público en la sede de la Universidad de Alicante está servida y en sus manos dejo la respuesta, que de antemano tendré en cuenta para futuras entregas de <i>Las armas contra las letras</i>.</p><p style="text-align: justify;">PD. Por error mío, el enlace al artículo de Trapiello era incorrecto. Ya está corregido. Pido disculpas por el involuntario despiste. También pido disculpas por algunos errores del texto que acabo de corregir. Nunca escribo un texto en quince minutos, pero la premura por contestar a veces nos lleva a la falta de rigor. Procuraré evitarla y, sobre todo, volver a mis libros, donde la deseada corrección es fruto de muchas revisiones.</p>Juan A. Ríos Carrataláhttp://www.blogger.com/profile/16908021427812569195noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-5797565581761529703.post-6876043582950808262024-02-05T11:02:00.000-08:002024-02-05T11:02:45.950-08:00La portera del fotógrafo Martín Santos Yubero<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4cbcz0huX7sV7YFRgdGPMIWjcDVCywkdbW4mv6l67MbfcHuxrQZwHf2GIrMTbAEppTyd8ryqT6fWUHTgeJQjb69rJeLbqoY8hDNmM_4DZ-ooRCVOKFRa9wqyRhcWsKjKuI7hpez_SQthTUA0MkRZwwWR-8oMqPVuzRnaMN7sJ8vNKQJNhyphenhyphenoaCHTF2SIo/s257/Portera.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="257" data-original-width="95" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4cbcz0huX7sV7YFRgdGPMIWjcDVCywkdbW4mv6l67MbfcHuxrQZwHf2GIrMTbAEppTyd8ryqT6fWUHTgeJQjb69rJeLbqoY8hDNmM_4DZ-ooRCVOKFRa9wqyRhcWsKjKuI7hpez_SQthTUA0MkRZwwWR-8oMqPVuzRnaMN7sJ8vNKQJNhyphenhyphenoaCHTF2SIo/w237-h640/Portera.png" width="237" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;">La trayectoria del fotógrafo Martín Santos Yubero, que pasó de fotografiar los puños en alto a los brazos extendidos a la romana sin que nadie le preguntara por su pasado, ya ha sido objeto de dos entradas de este blog: el 1-X-2023 y el 1-XI-2023. El correspondiente capítulo saldrá en el segundo volumen de <i>Las armas contra las letras, </i>cuya finalización está prevista para la próxima primavera. Con el objetivo de compartir con otros investigadores los resultados provisionales de la investigación y corregir posibles errores, reproduzco a continuación el último apartado del capítulo, donde la intervención de la portera del fotógrafo, doña Gregoria, resultó decisiva. Quedo a la espera de cualquier sugerencia o indicación de mis colegas para cerrar definitivamente el capítulo:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">La
trayectoria de Martín Santos Yubero en el Madrid sitiado merece una reflexión
por lo insólita, al menos si olvidamos a quienes aparentaron trabajar para los
republicanos mientras estaban al servicio de los sublevados. Vistos los datos
comprobables, alguna «jerarquía» de la represión franquista decidió que
publicar cuatrocientas setenta instantáneas en la prensa del Madrid sitiado no
era motivo de resistencia al Glorioso Movimiento Nacional o rebelión militar.
Ni siquiera de dudas o preguntas en un juzgado como el de Manuel Martínez
Gargallo, que estaba en la plaza de Callao, 4, en el mismo edificio donde tuvo
su sede la Unión de Informadores Gráficos de Prensa desde su constitución
oficial el 14 de enero de 1934 (Heras, 2015b: 26 y Sánchez Vigil, 2014: 155).
La lógica indica que el trasvase de documentación para las posteriores
acusaciones sería similar al producido con la depositada en la agrupación de
periodistas, que también estaba localizada en ese edificio seleccionado por los
militares El objetivo de estos era el fácil acceso a las pruebas para acusar a
quienes habían trabajado en la prensa republicana. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;">
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Esta
decisión de obviar las cuatrocientas setenta instantáneas de Martín Santos
Yubero, incluso la presidencia de la UIGP entre 1937 y 1938 con foto incluida
(Archivo Regional de la CAM, Fondo Santos Yubero, 45128.001), merece asumir el
riesgo de una hipótesis. Sobre todo, porque el olvido o el perdón lo adoptan
los militares justo cuando decenas de colegas del fotoperiodista penaban en las
cárceles por haber publicado en las mismas cabeceras que el vallecano, aunque
solo fueran algunos sueltos o crónicas deportivas y taurinas. Hasta los
comentarios acerca de las actuaciones de las cupletistas fueron motivo de
encausamiento en el Juzgado Militar de Prensa.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Martín
Santos Yubero, asociado con los hermanos Víctor y Alberto Benítez Cassaux para
solventar los problemas de escasez de materiales fotográficos, estaría sujeto
al férreo control de los fotoperiodistas decretado por las autoridades
republicanas (<i>Boletín Oficial de la Junta Delegada de Defensa de Madrid, </i>núms.
1 y 4, noviembre 1936; enero 1937). El 18 de enero de 1937, el fotógrafo se
registró en la Secretaría de Propaganda de la citada junta con el número 189,
de un total que superó los quinientos profesionales. El control abarcó hasta
los llamados minuteros, que tomaban fotos por las calles en una ciudad donde
las cámaras siempre resultaban sospechosas (Heras, 2015b: 138). Martín Santos
Yubero respetó las formalidades establecidas, incluso con las mejores
apariencias dada su presidencia de la UIGP, pero la verdadera tarjeta de
identificación ante los republicanos era un brillante trabajo en la prensa
leal. Todavía es objeto de merecidos análisis. Su labor como fotógrafo del
frente y la retaguardia de la capital le facilitaría el acceso a cualquier
rincón. También a las más diversas personalidades, empezando por quienes
rodeaban al general Miaja. En apariencia, nadie sospecharía a la vista de lo
publicado en distintas cabeceras, que pagaban tarde y mal. El tema de la
remuneración preocupó a Martín Santos Yubero y, suponemos, el antiguo fotógrafo
de <i>El Debate </i>buscaría alternativas acordes con sus orígenes
periodísticos<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Las
cuatrocientas setenta fotos conocidas, incluidas portadas icónicas a efectos
propagandísticos como las de <i>Crónica </i>del 15 de noviembre de 1936 o la de
<i>Ahora </i>de diciembre de 1938, le permitirían ganarse la confianza de las
autoridades republicanas. Martín Santos Yubero era, además, un hombre dotado de
labia, como sus socios, que gracias a los contactos en el mundo del cine
disponían de «las colas» sobrantes de las películas. Probablemente permanecían
ajenas a cualquier control y podían solventar la falta de material con que
realizar las fotografías (Heras, 2015b: 92). Ninguna de las instantáneas
conservadas y publicadas, al menos de las que conozco por haber sido incluidas
en varios catálogos, serviría para una acusación en un sumarísimo de urgencia
de la posguerra. Los niños desfilando con aires militares, las mujeres en las
colas del hambre, las familias atemorizadas por los bombardeos…Todas las
imágenes conmocionan al observador, pero ninguna encausa al protagonista. Ni
siquiera durante la posguerra, cuando tan fácil era acusar sin necesidad de
pruebas. La precaución del fotoperiodista fue notable en este sentido.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">No
obstante, también es posible que hubiera otras fotos que nunca se publicaron y
pasaran directamente a las manos de los sublevados. Martín Santos Yubero,
gracias a sus contactos con las autoridades desde el verano de 1936, pudo
haberse marchado de Madrid con destino al extranjero antes de presentarse en la
zona controlada por el general Franco. La decisión era recomendable después de
haber tenido los problemas que luego indicaremos. Otras muchas personas de su
ideología siguieron ese camino sin necesidad de estar tan cerca de quienes
podían facilitar un pasaporte. Si el fotoperiodista permaneció en la capital
junto a los republicanos sería por motivos que fueran desde lo familiar a las
dudas con respecto a su futuro en el otro bando, pasando por la militancia
quintacolumnista. Nunca lo sabremos con seguridad. En mi opinión, cabe pensar
que Martín Santos Yubero debía culminar una misión que le garantizaría un
futuro en la Victoria acorde con sus confesadas ambiciones. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Juan
Miguel Sánchez Vigil pudo entrevistarle cuando ya era un anciano y le preguntó
si la guerra que fotografió fue su guerra o la de otros. El fotógrafo «agachó
la cabeza como si estuviera arrepentido, aunque nunca supe de qué» (Heras,
2015a: 118). Tampoco lo sabemos nosotros, porque Martín Santos Yubero, como
tantos otros protagonistas de aquella barbarie, se llevó sus silencios a la
tumba. No obstante, la lógica de estudiar una serie de casos contextualizados
en un marco de represión permite suponer que el precio pagado para «salir de la
guerra sin represalias» (<i>ibid., </i>11) sería notable. Y tampoco cabía
reivindicarlo durante la posguerra, como tantas historias de la quinta columna
que fueron divulgadas sin que nadie señalara las incoherencias o las mentiras
utilizadas por los autores para justificar un pasado dudoso a los ojos de los
vencedores.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">La
tarea del quintacolumnista se haría en silencio y en el mismo permaneció. La
represión en una guerra civil o durante su continuidad bajo una dictadura no
suele tener padres; ni siquiera responsables indirectos. Algunas fotos tomadas
con las colas cinematográficas o al margen de los controles establecidos por
los republicanos pudieron tener rostros identificados en circunstancias
comprometedoras. Nadie concedería demasiada importancia a esas instantáneas.
Todavía menos en momentos de inconsciente entusiasmo colectivo, como los del
verano madrileño de 1936, cuando algunos milicianos de Madrid o Barcelona
llegaron a retratarse junto a las momias de unas monjas. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Por
lo tanto, y al igual que las localizadas en la Causa General, esas fotos nunca
publicadas también pudieron ser motivo de acusaciones para sustanciar
sentencias a muerte o a muchos años de cárcel. Si todos los archivos con
documentos de la época, incluidos los policiales, estuvieran disponibles para
los investigadores, tal vez podríamos localizar esas fotos y aclarar el sentido
de la calavera aparecida en el bloc de José M.ª Díaz Casariego. Por lo pronto,
nos acogemos a la lógica de lo observado y al escepticismo acerca de los
milagros en materia de exculpación. Nunca los hubo en aquella posguerra, a
pesar de numerosos relatos destinados a crear un pasado que no inquietara
cuando el protagonista agacha la cabeza. La guerra que fotografió genialmente
Martín Santos Yubero fue la suya. Al cabo de los años, tal vez le pesara
recordar circunstancias de las que, claro está, no fue el único responsable
porque muchos españoles estaban dispuestos a «caer en blando» o ni siquiera
concebían la posibilidad de caer.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">La
historia del caso de Fotografía Mendoza carece de héroes y nunca será motivo de
una epopeya. Visto el zigzagueante comportamiento de sus protagonistas, el
milagroso olvido del pasado de Martín Santos Yubero al servicio, aparentemente,
de los republicanos sería el fruto de un pacto con alguna autoridad de los
sublevados. Olvido a cambio de información documentada con fotografías. No
obstante, siempre cabía el riesgo de que alguien ajeno a ese acuerdo, sin firma
ni reconocimiento oficial, recordara las andanzas del fotógrafo durante la
guerra en un juzgado militar. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Los
porteros de las viviendas madrileñas estaban obligados a denunciar a los
inquilinos o propietarios que hubieran simpatizado con los republicanos, tal y
como ha probado Daniel Oviedo Silva con una abrumadora documentación (2023).
Gregoria Pérez Miguel, la casi octogenaria y analfabeta portera de la vivienda
del fotógrafo, podía poner en un serio apuro a quien había colaborado tan
llamativamente en la prensa republicana. La posibilidad había que neutralizarla
con los recursos propios de un tipo camaleónico. El 28 de mayo de 1939, la
anciana en cuestión apareció en la portada de <i>Ya, </i>el periódico donde por
entonces trabajaba Martín Santos Yubero, como ejemplo de fidelidad a los
sublevados y a los inquilinos de derechas. La noticia sería decisiva para que
la portera obtuviera la correspondiente medalla, que por su avanzada edad
tendría beneficios extendidos a sus familiares (Oviedo Silva, 2023: 236; AHN,
FC-CG, 1359, Exp. 1, pp. 395-8)). Nunca sabremos si Martín Santos Yubero,
además de fotografiarla, fue el responsable de esa portada tan agradecida por
una anciana cuyo protagonismo estaba circunscrito a la portería. Sin embargo,
resulta evidente que el fotógrafo era el primer interesado en el silencio de
doña Gregoria, una mujer dispuesta a terminar la vida sin problemas y que
tampoco tendría alicientes para denunciar a un inquilino bastante hábil en sus
relaciones sociales. El precio a pagar, el efímero protagonismo para quien
nunca había sido protagonista, era barato en una dictadura donde el
clientelismo llegó hasta las porterías de las viviendas modestas. Y el señorito
Martín, claro está, era tan simpático como buena persona.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Por
cierto, consultado el citado documento del AHN gracias a la ayuda de Daniel
Oviedo Silva, sabemos que doña Gregoria incluyó a Martín Santos Yubero entre
los inquilinos «víctimas de robos, saqueos y otros actos de violencia». En
concreto, el del bajo derecha exterior «fue detenido el 27 de julio de 1936 por
un grupo de milicias armadas, que lo introdujeron en un coche llevándosele con
rumbo desconocido. Horas después, se supo que dicho señor estaba en la
Dirección General de Seguridad. Este mismo señor, por su condición de redactor
gráfico del diario <i>Ya, </i>fue objeto durante algún tiempo de molestias y
persecuciones». Más adelante, la portera concreta que la detención corrió a
cargo de «las Milicias de <i>Mundo Obrero</i>», de las cuales no me consta su
existencia<i>. <o:p></o:p></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Si
fue así, y por analogía con las vicisitudes de otros derechistas perseguidos
por los republicanos, resulta sorprendente que Martín Santos Yubero se
convirtiera inmediatamente en uno de los fotógrafos más destacados del Madrid
sitiado. Y viviera como tal a los ojos de doña Gregoria, que olvida esta
segunda parte en una declaración tan poco fiable como otras de sus colegas
madrileños (Oviedo Silva, 2016). <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">El
paso desde los calabozos de la Dirección General de Seguridad a las portadas de
los periódicos republicanos era complejo. Más extraño parece que, quien se
acordara de la adscripción política y hasta periodística de las milicias que
actuaron el 27 de julio de 1936, olvidara que desde esa fecha o poco después el
fotógrafo colaboró con los periódicos madrileños publicando numerosos
reportajes. El trabajo de Martín Santos Yubero no pasaría desapercibido entre
la vecindad, pero doña Gregoria sería de memoria frágil por la avanzada edad.
La mujer era una verdadera superviviente de la guerra y solo buscaría terminar
sus días en paz. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Visto
el documento del AHN y la redacción del mismo, parece que alguien lo puso a la
firma de la portera analfabeta, que contenta con su medalla pensionada y su
portada ignoraría la trascendencia del favor hecho al señorito Martín, el del
bajo derecha exterior. Su silencio evitó problemas en su sorprendente paso al
otro bando o en la confirmación de que, en realidad, el fotógrafo siempre había
estado con los sublevados. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">La
hipótesis cuenta con más pistas que pruebas. Nunca sabremos los términos del
acuerdo con los vecinos del segundo y el cuarto, Enrique Mas Bohigas y Juan
Ramón Fernández. El primero firmó en nombre de la portera por su condición de
analfabeta. Ambos coincidieron con el testimonio de la misma y el olvido de las
posteriores actividades de Martín Santos Yubero. Nadie, en definitiva, le vio
entrar y salir por la portería de la calle Cabeza, 36, mientras iba publicando
más de cuatrocientas fotografías en la prensa republicana. Algunas trayectorias
sólidas durante el franquismo se sustentan en estos milagros, que se prodigaron
en una Victoria donde la memoria tenía un precio. El pagado a doña Gregoria fue
tan barato como una fotografía en la portada y la medalla pensionada.<o:p></o:p></span></p></div><p></p><div style="text-align: justify;"> </div><p></p>Juan A. Ríos Carrataláhttp://www.blogger.com/profile/16908021427812569195noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5797565581761529703.post-2230649559439540872024-02-02T23:19:00.000-08:002024-02-02T23:19:57.644-08:00Homenaje a Miguel Ángel Lozano Marco<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAjAXBdcy-CcLZMRu8q-HKW2wjmNpP-KSfv_7lfvXn_PzAkgO8X9nRI08N9I8i4Xsj4ayM9oI5I5BLeoL4K0twbAwQC8OjU4AlTCg6b09YgtnBoOWaGbzMBJchLs6e_zyUp-P5yDRtw_JYIbiBGKJmdvnGdEypJ6noOyfP7SClCjw2BEuwHh_tn_jwcmQ/s1600/foto_mangel.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAjAXBdcy-CcLZMRu8q-HKW2wjmNpP-KSfv_7lfvXn_PzAkgO8X9nRI08N9I8i4Xsj4ayM9oI5I5BLeoL4K0twbAwQC8OjU4AlTCg6b09YgtnBoOWaGbzMBJchLs6e_zyUp-P5yDRtw_JYIbiBGKJmdvnGdEypJ6noOyfP7SClCjw2BEuwHh_tn_jwcmQ/w400-h300/foto_mangel.jpg" width="400" /></a></div><p style="text-align: justify;">Una de las tareas más reconfortantes en las que participo es la celebración de los merecidos homenajes a los compañeros que se jubilan. Esta semana hemos tenido la oportunidad de rendir homenaje a un excelente amigo y maestro, Miguel Ángel Lozano Marco, al que le hemos dedicado un hermoso libro editado en colaboración con mis compañeros Ángel Luis Prieto de Paula y Laura Palomo Alepuz. </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlQcljElQgk-YirfZuPu7X3IgFFVbnvutUt0bK2L-SWylklrd6femAhvNmjoUuVpBflI48OKeuMSaYRHRrHjRMSGXbSWDde_jY2nwCoe1UL7bBwFOBWI1wZL9B50ZAK5YD-C6JGyUoPsSRwJ6sOyXPSjigfDioxoEd3q9j8X-KQJDtVneuBmH3GscBv4c/s1280/edition-143058.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1280" data-original-width="933" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlQcljElQgk-YirfZuPu7X3IgFFVbnvutUt0bK2L-SWylklrd6femAhvNmjoUuVpBflI48OKeuMSaYRHRrHjRMSGXbSWDde_jY2nwCoe1UL7bBwFOBWI1wZL9B50ZAK5YD-C6JGyUoPsSRwJ6sOyXPSjigfDioxoEd3q9j8X-KQJDtVneuBmH3GscBv4c/w291-h400/edition-143058.jpg" width="291" /></a></div><br /><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">La edición del volumen está a la venta en el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Alicante:</p><p style="text-align: justify;"><a href="https://publicaciones.ua.es/libro/la-mirada-serena_150449/">https://publicaciones.ua.es/libro/la-mirada-serena_150449/</a></p><p style="text-align: justify;">Al mismo tiempo, la edición digital es accesible en el Repositorio de la Universidad de Alicante: </p><p style="text-align: justify;"><span style="background-color: #f9f2f4; color: #c7254e; font-family: Monaco, Menlo, Consolas, "Courier New", monospace; font-size: 12.6px; text-align: start; text-wrap: nowrap;"><a href="http://hdl.handle.net/10045/140324">http://hdl.handle.net/10045/140324</a></span></p><br /> <p></p>Juan A. Ríos Carrataláhttp://www.blogger.com/profile/16908021427812569195noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5797565581761529703.post-47835273475926607602024-01-24T09:50:00.000-08:002024-01-24T09:50:28.099-08:00Una noticia de OK Diario<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3MXgwdVPgRmaANYC4rMyJzzVFTxqD-GYZ9bklvozHn7c44GNhFhC_ceHivTggb5Oh-tXcTBwVWLosU0ZlS7BbgbbexM1yQ3nBr8pZTbDxF75bvdJ7kJ9mlgl5LgtoFm4EZp7zCBcJRawSODjw6JFKnsYRs4SpFyf5E9C_rZe7y1LcuiMabO6YdUo9oGU/s201/MH.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="201" data-original-width="200" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3MXgwdVPgRmaANYC4rMyJzzVFTxqD-GYZ9bklvozHn7c44GNhFhC_ceHivTggb5Oh-tXcTBwVWLosU0ZlS7BbgbbexM1yQ3nBr8pZTbDxF75bvdJ7kJ9mlgl5LgtoFm4EZp7zCBcJRawSODjw6JFKnsYRs4SpFyf5E9C_rZe7y1LcuiMabO6YdUo9oGU/w398-h400/MH.jpg" width="398" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;">La periodista Irene Tabera el pasado día 21 publicó en <i>OK Diario </i>una noticia bajo el título «Batalla en el Supremo por la memoria del hombre al que la izquierda lincha como asesino de Miguel Hernández». El texto completo se puede consultar en el siguiente enlace:</div><div style="text-align: justify;"><a href="https://okdiario.com/espana/batalla-supremo-memoria-del-hombre-que-izquierda-lincha-como-asesino-miguel-hernandez-12222622">https://okdiario.com/espana/batalla-supremo-memoria-del-hombre-que-izquierda-lincha-como-asesino-miguel-hernandez-12222622</a></div><div style="text-align: justify;">La citada periodista atendió así a una denuncia contra mi trabajo como catedrático universitario, pero -aparte de no comprobar algunos datos- nunca se puso en contacto conmigo para conocer mi versión y contrastarla antes de proceder a publicar la noticia. Ni siquiera me contestó cuando -una vez aparecida- me ofrecí a facilitarle información para subsanar algunas inexactitudes.</div><div style="text-align: justify;">Al margen de que el extenso titular es poco afortunado porque «la izquierda» académica o mediática -donde la periodista incluirá a medios demandados como <i>ABC</i>- nunca ha calificado al alférez Baena Tocón como «asesino de Miguel Hernández», el texto me atribuye que yo «vinculaba a su padre -el citado oficial- como el verdugo de Miguel Hernández». La afirmación es falsa e Irene Tabera no indica la referencia bibliográfica de semejante barbaridad donde hay un asesino sin existir un asesinato. Si hubiera tenido la precaución de contrastar la información, podría haber leído <i>Nos vemos en Chicote </i>(2015), algunos de mis artículos o la edición de los consejos de guerra de Miguel Hernández:</div><div style="text-align: justify;"><a href="https://publicaciones.defensa.gob.es/media/downloadable/files/links/l/o/los_consejos_de_guerra_de_miguel_hern_ndez.pdf">https://publicaciones.defensa.gob.es/media/downloadable/files/links/l/o/los_consejos_de_guerra_de_miguel_hern_ndez.pdf</a></div><div style="text-align: justify;">Como es lógico, el secretario del Juzgado Militar de Prensa, que instruyó el caso, nunca pudo firmar la sentencia. No obstante, su firma aparece hasta en veinte ocasiones a lo largo del sumario porque el oficial participó en el mismo como "colaborador necesario", tal y como le definí en el capítulo correspondiente del libro publicado en 2015.</div><div style="text-align: justify;">La noticia también indica que el informante tiene «otro [juicio] en el TSJCV contra el catedrático que señalaba a su padre como el hombre que ordenó la muerte del escritor». La sorpresa es notoria, pues en ese contencioso administrativo yo ni siquiera estoy personado y, difícilmente, puedo ser el acusado por haber dicho que alguien ordenó una muerte. La calumnia sigue presente en el código penal, creo, y prefiero pensar que todo ha sido fruto de un acaloramiento contra «la izquierda». Habría bastado consultar la sentencia del 2 de septiembre de 2021 objeto del recurso para comprobar que yo no estaba encausado, sino la Universidad de Alicante. La sentencia está incluida en la web de los servicios jurídicos de la citada universidad.</div><div style="text-align: justify;">Detalles como que los 11.500.000 euros solicitados en un procedimiento civil se convierten en 10.000.000 o que el Juzgado Militar de Prensa era poco menos que un organismo de la censura completan una noticia escrita para calentar los ánimos de los lectores de <i>OK Diario. </i>Tanto es así que, en los comentarios escritos por los mismos, algunos casi volvían a pedir la pena de muerte para Miguel Hernández. En fin... </div><div style="text-align: justify;">La respuesta a este tipo de noticias debiera ser la ignorancia. Así lo haré a partir de este momento, porque me interesa mucho más terminar el segundo volumen de <i>Las armas contra las letras </i>a la espera de que este fin de semana el primero sea reseñado en <i>El País </i>(Jordi Amat) y <i>ABC </i>(Israel Viana). Es decir, «la izquierda».</div><p></p>Juan A. Ríos Carrataláhttp://www.blogger.com/profile/16908021427812569195noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5797565581761529703.post-80411806895971194502024-01-21T01:52:00.000-08:002024-03-02T04:06:19.427-08:00Las armas contra las letras en prensa y radio<p style="text-align: justify;">El pasado día 15 de enero se puso a la venta el primer volumen de la trilogía <i>Las armas contra las letras. Los consejos de guerra de periodistas y escritores (1939-1945). </i>Nuestras "giras de promoción" son tan modestas que apenas me permiten salir de casa. La "atención mediática" prestada a un ensayo universitario, por otra parte, no suele ser demasiado generosa. </p><p style="text-align: justify;">No obstante, siempre hay periodistas comprometidos con la memoria histórica que colaboran en estas tareas como Carlos Arcaya en la Cadena SER (16-I-2024) y Lucas Marco en <i>El Diario </i>(21-I-2024). También hay reseñistas de altura como Jordi Amat en <i>El País </i>(27-I-2024) y periodistas que nos demuestran que en <i>ABC </i>cabe la visión crítica del franquismo (27-I-2024). Gracias, Israel Viana. Asimismo, Andrés Trapiello me ha dado la previsible réplica en <i>El Mundo </i>(9-II-2024), que acepto encantado con una invitación al debate público en la sede de la Universidad de Alicante o donde él quiera, aunque dudo que lo quiera por todo lo que me han transmitido quienes le conocen personalmente. </p><p style="text-align: justify;">El magistrado Juan José del Águila por su parte el 19 de febrero ha dado cuenta en su blog de la edición y de una demanda judicial que debo afrontar. El novelista y crítico literario Antonio Iturbe ha publicado una entrevista sobre el libro que el 28 de febrero de 2024 ha aparecido simultáneamente en <i>Librújula </i>y <i>Público. </i>Mientras tanto, ya está disponible la entrevista en Radio Candil realizada por el historiador Fran Martín y tengo comprometida una charla radiofónica con la RAI, así como una interesante propuesta de una revista nacional. Por último, y gracias a Eneas González, la Universidad de Alicante ha anunciado la presentación del libro, al igual que Daniel Terol en <i>Alicante Plaza</i>. Os dejo los enlaces a las entrevistas, las reseñas y los reportajes:</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmH2eworAEJMdpPW0RpUubTa6oaTk4P10DctN5Po7XYSfImgHj5QmYolhb0FEhNeOfYwxmc6XB1A9B1Tu3Aj9gv5BCOCPopOazloPWES4AAIbQaYca3DPdnepxXfw_Qbaf8NR8nDgQBkq02lkc6rz7YWWwFoWSsnMVSbRba1aC1e_Y6r_7G28CUHHJ3rw/s5472/_MG_6055.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3078" data-original-width="5472" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmH2eworAEJMdpPW0RpUubTa6oaTk4P10DctN5Po7XYSfImgHj5QmYolhb0FEhNeOfYwxmc6XB1A9B1Tu3Aj9gv5BCOCPopOazloPWES4AAIbQaYca3DPdnepxXfw_Qbaf8NR8nDgQBkq02lkc6rz7YWWwFoWSsnMVSbRba1aC1e_Y6r_7G28CUHHJ3rw/w400-h225/_MG_6055.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p style="text-align: justify;"><a href="https://elpais.com/babelia/2024-01-27/manual-de-la-represion-franquista-para-la-destruccion-de-una-cultura.html">https://elpais.com/babelia/2024-01-27/manual-de-la-represion-franquista-para-la-destruccion-de-una-cultura.html</a></p><p style="text-align: justify;"><a href="https://www.abc.es/cultura/libros/aplastar-letras-armas-batalla-franco-tras-guerra-20240126181457-nt.html">https://www.abc.es/cultura/libros/aplastar-letras-armas-batalla-franco-tras-guerra-20240126181457-nt.html</a></p><p style="text-align: justify;"><a href="https://www.eldiario.es/comunitat-valenciana/armas-letras-militares-asumieron-nucleo-represion-periodistas-republicanos_1_10850207.html">https://www.eldiario.es/comunitat-valenciana/armas-letras-militares-asumieron-nucleo-represion-periodistas-republicanos_1_10850207.html</a></p><p style="text-align: justify;"><a href="https://cadenaser.com/audio/1705423690_648_cut/">https://cadenaser.com/audio/1705423690_648_cut/</a></p><p style="text-align: justify;"><a href="https://www.informacion.es/cultura/2023/10/29/periodistas-banquillo-durante-franquismo-93905559.html">https://www.informacion.es/cultura/2023/10/29/periodistas-banquillo-durante-franquismo-93905559.html</a></p><p style="text-align: justify;"><a href="https://www.elmundo.es/la-lectura/2024/02/08/65c26c2dfdddffcb798b45a8.html">https://www.elmundo.es/la-lectura/2024/02/08/65c26c2dfdddffcb798b45a8.html</a></p><p style="text-align: justify;"><a href="https://justiciaydictadura.com/no-154-las-armas-contra-las-letrasy-el-tercer-intento-de-la-batalla-judicial-por-imponer-un-mas-que-dudoso-derecho-al-olvido/">https://justiciaydictadura.com/no-154-las-armas-contra-las-letrasy-el-tercer-intento-de-la-batalla-judicial-por-imponer-un-mas-que-dudoso-derecho-al-olvido/</a></p><p style="text-align: justify;"><a href="https://candilradio.com/audio/programas/dias-de-radio/ciclo-guerra-de-espana-las-armas-contra-las-letras-con-juan-a-rios-carratala-fran-martin-y-almecija-en-dias-de-radio/">https://candilradio.com/audio/programas/dias-de-radio/ciclo-guerra-de-espana-las-armas-contra-las-letras-con-juan-a-rios-carratala-fran-martin-y-almecija-en-dias-de-radio/</a></p><p style="text-align: justify;"><a href="https://librujula.publico.es/juan-antonio-rios-carratala-este-es-un-pais-donde-hemos-inventado-un-franquismo-sin-franquistas/">https://librujula.publico.es/juan-antonio-rios-carratala-este-es-un-pais-donde-hemos-inventado-un-franquismo-sin-franquistas/</a></p><p style="text-align: justify;"><a href="https://web.ua.es/es/actualidad-universitaria/2024/marzo2024/1-10/el-catedratico-de-la-ua-juan-antonio-rios-carratala-presenta-su-libro-las-armas-contra-las-letras.html">https://web.ua.es/es/actualidad-universitaria/2024/marzo2024/1-10/el-catedratico-de-la-ua-juan-antonio-rios-carratala-presenta-su-libro-las-armas-contra-las-letras.html</a></p><p style="text-align: justify;"><a href="https://alicanteplaza.es/juan-antonio-rios-carratala-libro-muerte-civil-franquismo">https://alicanteplaza.es/juan-antonio-rios-carratala-libro-muerte-civil-franquismo</a></p><p style="text-align: justify;"><a href="https://www.informacion.es/cultura/2024/03/01/catedratico-ua-juan-antonio-rios-98870770.html">https://www.informacion.es/cultura/2024/03/01/catedratico-ua-juan-antonio-rios-98870770.html</a></p><p style="text-align: justify;"><a href="https://www.elperiodic.com/alicante/catedratico-juan-antonio-rios-carratala-presenta-libro-armas-contra-letras_947802">https://www.elperiodic.com/alicante/catedratico-juan-antonio-rios-carratala-presenta-libro-armas-contra-letras_947802</a></p><p style="text-align: justify;">Gracias a la colaboración de mi hijo, también contamos con un vídeo de presentación del volumen en You Tube:</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/H5RLa73KZvM" width="320" youtube-src-id="H5RLa73KZvM"></iframe></div><br /><p style="text-align: justify;"><br /></p>Juan A. Ríos Carrataláhttp://www.blogger.com/profile/16908021427812569195noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5797565581761529703.post-10857321377205582782024-01-14T01:26:00.000-08:002024-01-15T01:50:42.310-08:00Ignacio Martínez de Pisón y el derecho al recuerdo<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoYm3S5RTwrEF8QpMSbPe18lGXEQg7LLijPmZ9wA5VQ6He0bD7zcNa3CpLo_pSEd3k0kJcie1OnRD4DsKRXuUuoMwH1zykqwKN-ScI0msObUJ1rNwDUhFAx7V6oezpXX7hhA6Amwj-g7JUnkuVfG_hHbEflxtLSWW7g8P0M2GgnhUnGKP3RQb48WN4rL8/s300/descarga%20(1).jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="168" data-original-width="300" height="224" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoYm3S5RTwrEF8QpMSbPe18lGXEQg7LLijPmZ9wA5VQ6He0bD7zcNa3CpLo_pSEd3k0kJcie1OnRD4DsKRXuUuoMwH1zykqwKN-ScI0msObUJ1rNwDUhFAx7V6oezpXX7hhA6Amwj-g7JUnkuVfG_hHbEflxtLSWW7g8P0M2GgnhUnGKP3RQb48WN4rL8/w400-h224/descarga%20(1).jpg" width="400" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;">El novelista Ignacio Martínez de Pisón, buen amigo desde hace bastantes años y Premio Nacional de Narrativa (2015), se ha hecho eco de la cruzada judicial de la que soy objeto desde 2019 y, al mismo tiempo, ha defendido el derecho al recuerdo para construir el relato de una historia donde ningún nombre debe ser ignorado o censurado. A continuación, enlazo y reproduzco íntegro el artículo «Derecho al recuerdo» publicado en <i>La Vanguardia </i>el pasado día 12 de enero:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><p align="center" class="Standard" style="text-align: center;"><a href="https://www.lavanguardia.com/opinion/20240112/9493998/derecho-recuerdo.html" style="text-align: justify;">ttps://www.lavanguardia.com/opinion/20240112/9493998/derecho-recuerdo.html</a></p><p align="center" class="Standard" style="text-align: center;"><br /></p></div><p></p><div style="text-align: justify;"><p align="center" class="Standard" style="text-align: center;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14pt;">Ignacio Martínez
de Pisón<o:p></o:p></span></p>
<p align="center" class="Standard" style="text-align: center;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14pt;">(<i>La Vanguardia,
</i>12-I-2024)<o:p></o:p></span></p>
<p class="Standard" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="Standard" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>César González-Ruano solía escribir dos o
tres columnas diarias, siempre con pluma estilográfica, siempre en bares o
cafeterías. Escogía el tema entre los titulares del día y despachaba cada
columna en poco más de veinte minutos. Con una productividad como la suya, no
puede sorprender que colaborara en todos los periódicos importantes de la
época, incluido <i>La Vanguardia</i>, del que fue una de las firmas estrella
durante las dos décadas en las que el director, impuesto por las autoridades
franquistas, era Luis de Galinsoga.<o:p></o:p></span></p>
<p class="Standard" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Por esos mismos años publicaba Ruano en <i>El
Alcázar</i> unos textos autobiográficos. En uno de ellos hizo una descripción
sangrante del escritor Ricardo León, un “hombrín insignificante” de andares
ridículos, con una voz temblona “que salía como de detrás de su canija
persona”. Cuando, algún tiempo después, reunió esos textos en <i>Mi medio siglo
se confiesa a medias</i>, todas las expresiones ofensivas o irrespetuosas hacia
Ricardo León habían desaparecido. ¿A qué se debía esa supresión? ¿Tal vez a una
súbita corriente de afecto y gratitud hacia un literato que le había apoyado en
los inicios de su carrera? Nada de eso. Según cuenta Javier Varela en su recién
aparecida biografía de Ruano (<i>La vida deprisa</i>), lo que ocurrió fue que
los hijos de Ricardo León, tras leer la pieza de <i>El Alcázar</i>, lo
esperaron en el portal de su casa y lo molieron a palos. Entonces la gente no
se andaba con chiquitas cuando alguien le mentaba al padre.<o:p></o:p></span></p>
<p class="Standard" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Otra historia de padres e hijos. Hace un par
de años, el historiador Juan Antonio Ríos Carratalá publicó la documentación
del consejo de guerra que condenó a muerte al poeta Miguel Hernández. Entre
esos documentos había algunos papeles firmados por el secretario del tribunal
militar, apellidado Baena. Deseoso de preservar la reputación del tal Baena, un
hijo suyo solicitó la eliminación de todas las referencias a su persona. Se
acogía para ello a un hipotético derecho al olvido, pero lo que realmente estaba
reclamando era el derecho a la censura previa: de mi señor padre solo se pueden
decir las cosas que yo autorice, y punto.<o:p></o:p></span></p>
<p class="Standard" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La solicitud no prosperó porque la normativa
de la protección de datos no ampara a los fallecidos, así que el hijo de Baena
acabó consiguiendo exactamente lo contrario de lo que pretendía: entonces sí
que el nombre de su padre empezó a aparecer en los medios de comunicación. Ni
corto ni perezoso, el hombre se lanzó a poner demandas contra todos aquellos
que mencionaran a su padre: un centenar largo de historiadores, articulistas y
periodistas, a los que reclama más de once millones de euros por un supuesto
delito contra el honor.<o:p></o:p></span></p>
<p class="Standard" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El tradicional garantismo de nuestro sistema
judicial impidió el archivo del caso, y dentro de pocas semanas se celebrará en
Cádiz un absurdo macrojuicio para el que tendrán que habilitar salas capaces de
albergar a cientos de personas. Como dijo Josep Pla cuando paseaba por las
luminosas avenidas de Nueva York, ¿y todo eso quién lo paga? Se lo digo yo,
estimado lector: todo eso lo pagamos los contribuyentes. Todo eso lo pagamos
usted y yo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="Standard" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Miguel Hernández estaba condenado de antemano
y solo se le juzgó para ofrecer cierta apariencia de legalidad. Esos simulacros
de juicio eran lo habitual en la época. Acaba de publicarse el nuevo libro de
Ríos Carratalá, <i>Las armas contra las letras</i>, que repasa una treintena de
consejos de guerra similares al del poeta oriolano. Entre los acusados, todos
del mundo del periodismo y sin otro delito que haber escrito artículos de
exaltación republicana, están el bueno de Diego San José, al que solo la
amistad con Millán Astray salvó del paredón; el célebre cronista Eduardo de
Guzmán, indultado también a última hora; el moderado Javier Bueno, fusilado por
haber dirigido el periódico socialista <i>Claridad</i>; los también socialistas
Julián Zugazagoitia y Francisco Cruz Salido, cazados como ratas en la Francia
de la ocupación y traídos a España para ser fusilados… En el libro aparecen
nombres, muchos nombres, porque ni las víctimas ni los victimarios son jamás
seres anónimos. La Historia está hecha de nombres y apellidos. Frente a
aquellos que pretenden que los olvidemos, tenemos que defender nuestro derecho
a recordarlos. Solo así, recordando, evitaremos que se repitan los episodios
más tenebrosos de nuestro pasado.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p><p class="Standard" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">PD.: Antonio Papell, en su columna titulada «Sin memoria no hay vida», publicada en el <i>Diario de Mallorca </i>del 14 de enero de 2024<i>, </i>se ha hecho eco del artículo de Ignacio Martínez de Pisón:</span></p><p class="Standard" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><a href="https://www.diariodemallorca.es/opinion/2024/01/14/memoria-hay-vida-96866504.html">https://www.diariodemallorca.es/opinion/2024/01/14/memoria-hay-vida-96866504.html</a></span></p><p class="Standard" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhb243K8PZWuRdYzIEZA-4EyUXP6bETfzah3fJtae3sH65p5ljx9wlyLCAQKWaZMzW-FgPoopBdrolkJqlXrmuwBZCV_mhckmGJNMGtzpfgLy6yt7Nejv8V_L5xpj_2WzFakH62XJAZSs9KuBzgFG33rSiFfUAa_LFW0mXA32yJBlUYouVm6kXEXl2T4xY/s180/armas.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="180" data-original-width="123" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhb243K8PZWuRdYzIEZA-4EyUXP6bETfzah3fJtae3sH65p5ljx9wlyLCAQKWaZMzW-FgPoopBdrolkJqlXrmuwBZCV_mhckmGJNMGtzpfgLy6yt7Nejv8V_L5xpj_2WzFakH62XJAZSs9KuBzgFG33rSiFfUAa_LFW0mXA32yJBlUYouVm6kXEXl2T4xY/w273-h400/armas.jpg" width="273" /></a></div><br /><p></p>Asimismo, esta semana <i>Conversación sobre Historia </i>ha reeditado un artículo publicado en <i>Nuestra Historia </i>en 2021 y también me ha permitido recordar la continuidad de un acoso que, al margen de la vía judicial, incluye numerosos insultos y descalificaciones por mi trabajo como historiador. La respuesta está dada en sede judicial desde diciembre de 2020 y tendrá una notable ampliación el próximo 20 de febrero, pero lo fundamental es la continuidad de la investigación para desvelar con el mayor rigor posible la actuación de los tribunales militares que procesaron durante la posguerra a escritores y periodistas. El primer tomo de <i>Las armas contra las letras </i>ya está publicado, el segundo se encuentra muy avanzado y saldrá probablemente en otoño y la documentación del tercero está localizada a la espera de su análisis.</div><div style="text-align: justify;">A continuación, enlazo la versión original del artículo publicado en <i>Nuestra Historia </i>y la reedición, con un prólogo, de <i>Conversación sobre Historia</i>:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><a href="https://revistanuestrahistoria.files.wordpress.com/2022/03/nh12_pp125-144.pdf">https://revistanuestrahistoria.files.wordpress.com/2022/03/nh12_pp125-144.pdf</a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><a href="https://conversacionsobrehistoria.info/2024/01/11/el-caso-de-miguel-hernandez-y-el-derecho-al-olvido/">https://conversacionsobrehistoria.info/2024/01/11/el-caso-de-miguel-hernandez-y-el-derecho-al-olvido/</a></div>Juan A. Ríos Carrataláhttp://www.blogger.com/profile/16908021427812569195noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5797565581761529703.post-73358591712116872322024-01-06T01:33:00.000-08:002024-01-06T04:44:05.614-08:00Santiago de la Cruz: "Sonría, por favor"<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGDx_t2deSSB_BAvwIh7ENGLqz_-l3M3PVXS2hruUOIbLyOygQKawCpgoZtrotMm3Wkt_4Hen2uo8sh3oJXaoiTxvHGFu_LoTrO6rV-w0zXR5bFoc3rViQ5P35eiKTx9XWB8ysv_zG0YBYfSd59Qr7Z-BRocGhxbA3HCvoOwAgERMFQsshWSwld1lCL6Y/s369/Cruz2.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="369" data-original-width="279" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGDx_t2deSSB_BAvwIh7ENGLqz_-l3M3PVXS2hruUOIbLyOygQKawCpgoZtrotMm3Wkt_4Hen2uo8sh3oJXaoiTxvHGFu_LoTrO6rV-w0zXR5bFoc3rViQ5P35eiKTx9XWB8ysv_zG0YBYfSd59Qr7Z-BRocGhxbA3HCvoOwAgERMFQsshWSwld1lCL6Y/w303-h400/Cruz2.png" width="303" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;">La imagen de alguien que ha sido condenado a muerte y ha sufrido una durísima experiencia carcelaria suele estar asociada con el drama. La justificación es obvia. No obstante, algunas personas consiguen salir adelante gracias a un espíritu tan alegre como positivo. La historia del periodista Santiago de la Cruz Touchard, uno de los protagonistas del segundo volumen de <i>Las armas contra las letras, </i>así lo atestigua con algunas fotos incluidas en su álbum familiar.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUi9LCsw9D7jHdAf1G3qO092r4tghgqJwymfuPuWHslcj_-SU_bXDZLswpgwMYIaCCXHWkmenihMH3Qh9pRYjgscgT-ZOQtY1MctCPlP1csbSMw1trKpo7XIT0-KUk74okw4dIKnN19Y3z1CurxSuo6SE01wXHvwJLN_1sN3Nnx3SOzi2Rss7mK0tWthM/s393/Cruz1.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="393" data-original-width="328" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUi9LCsw9D7jHdAf1G3qO092r4tghgqJwymfuPuWHslcj_-SU_bXDZLswpgwMYIaCCXHWkmenihMH3Qh9pRYjgscgT-ZOQtY1MctCPlP1csbSMw1trKpo7XIT0-KUk74okw4dIKnN19Y3z1CurxSuo6SE01wXHvwJLN_1sN3Nnx3SOzi2Rss7mK0tWthM/w334-h400/Cruz1.png" width="334" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;">Aunque vallisoletano de nacimiento, Santiago de la Cruz Touchard fue un madrileñista que desde los años treinta perteneció a los Amigos de la capa, agrupación a la que dedicó un chotis poco antes de la guerra. «Madrid de ayer» se convertiría en himno oficioso de esta agrupación de caballeros ataviados con capa y dispuestos a la broma carnavalesca como vemos en la foto arriba reproducida.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibIZ0At9bu9E1q1FwNZHwU9XMXmIT5uwt5H_8-DRYr94o7K7WLWFR3VoEAMQvQ4obvTwzWsYv4Avz3sPiLqHDHNo4QIrDMjqz3lDBqqvbDFdIxlqp-vCKN_gCXEKDsvSDdA468bArN4eF1BqsbDst3GYzKKrozWEAxvNhMGbmu1duZESbKsAW8c5HzE78/s463/cruz3.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="463" data-original-width="254" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibIZ0At9bu9E1q1FwNZHwU9XMXmIT5uwt5H_8-DRYr94o7K7WLWFR3VoEAMQvQ4obvTwzWsYv4Avz3sPiLqHDHNo4QIrDMjqz3lDBqqvbDFdIxlqp-vCKN_gCXEKDsvSDdA468bArN4eF1BqsbDst3GYzKKrozWEAxvNhMGbmu1duZESbKsAW8c5HzE78/w352-h640/cruz3.png" width="352" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;">El humor del periodista cinematográfico es compatible con numerosas fotos donde aparece con su sempiterna pajarita y chaqué como prueba de una elegancia que le caracterizó desde los años veinte, cuando ejercía de escritor galante en la línea de Álvaro Retana, pero también con otras fotos simpáticas donde no duda a la hora de posar sonriente en pijama; eso sí, con un pañuelo al cuello como toque distinguido.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFUgD5b4CGBoEE3YZDuIOcOPkhZ_PYlRYe_EcyruESXZk_Gh_MbIq9tCpbTxFRk93d0BFLekJtPpgNwWZOLKrzTTukNXbxXzUZucMWfzytY40ylWPCRWGR4z1t5Jnbl8q7h9x7fYSmA7yU6dp8ZITkhKQsOMub21gas3Ma3cIruKcBVhGfo2_K8sqhDPM/s533/cruz14.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="533" data-original-width="374" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFUgD5b4CGBoEE3YZDuIOcOPkhZ_PYlRYe_EcyruESXZk_Gh_MbIq9tCpbTxFRk93d0BFLekJtPpgNwWZOLKrzTTukNXbxXzUZucMWfzytY40ylWPCRWGR4z1t5Jnbl8q7h9x7fYSmA7yU6dp8ZITkhKQsOMub21gas3Ma3cIruKcBVhGfo2_K8sqhDPM/w281-h400/cruz14.png" width="281" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;">El amigo de la capa ejerció de noctámbulo en numerosas fiestas y tuvo la oportunidad de recibir un fraternal beso de Paco Rabal, un murciano siempre dispuesto a la broma como el propio Santiago de la Cruz Touchard.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPhsKRlRN0wtPsAjNQrf8rKSAEqe4aD7hYn21lZBrl6TAMAUBnl3_CiCmGX7eqZe2PpS1dCc_8kxyUlCBWdU5OT8HCyytiwaHyowGl4U-pbKoMUQDlDioK9L89l9-H3bwqmhzzTI5iYnsA3MVKGBRmQrVAHk7JPiM6RizYNM4myy44LWN4yttLw0Dbmkk/s509/cruz5.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="470" data-original-width="509" height="369" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPhsKRlRN0wtPsAjNQrf8rKSAEqe4aD7hYn21lZBrl6TAMAUBnl3_CiCmGX7eqZe2PpS1dCc_8kxyUlCBWdU5OT8HCyytiwaHyowGl4U-pbKoMUQDlDioK9L89l9-H3bwqmhzzTI5iYnsA3MVKGBRmQrVAHk7JPiM6RizYNM4myy44LWN4yttLw0Dbmkk/w400-h369/cruz5.png" width="400" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;">El trabajo como periodista cinematográfico le permitió entrevistar a bellas señoritas de la época, como la que aparece en la foto y, por desgracia, no he conseguido identificar. Mis compañeros Miguel Ángel Lozano y Antonio Escudero me indican que se trata de la actriz Irán Eory. Ellos eran adolescentes cuando yo iba a la primaria y recuerdan mejor las bellezas de ese momento.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEic32ubw2LU8II4SNkugMutePCXGtE4_w9MI1_cFN88d9L4gq8MzSys73IwQZTUKgZ58Jn4VF8jfYthtKRSKjWS0D01vCewXmQw1zIAGuyOQcrf43CdB7Tc19VPDL-dRln3JkS6i6L2uMVRFBoLIpGtmYoLctrWQ2AWTIpgj2wgETGIZlaoihP0EdzH-Jg/s290/Cruz6.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="290" data-original-width="226" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEic32ubw2LU8II4SNkugMutePCXGtE4_w9MI1_cFN88d9L4gq8MzSys73IwQZTUKgZ58Jn4VF8jfYthtKRSKjWS0D01vCewXmQw1zIAGuyOQcrf43CdB7Tc19VPDL-dRln3JkS6i6L2uMVRFBoLIpGtmYoLctrWQ2AWTIpgj2wgETGIZlaoihP0EdzH-Jg/w312-h400/Cruz6.png" width="312" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;">Otras entrevistadas son fácilmente reconocibles, como una jovencísima Marisol y una no menos joven Rocío Dúrcal, con quienes coincidiría en galas a las que el periodista asistía para dar cuenta de la actualidad cinematográfica en las revistas mejicanas donde colaboraba.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqp5SCzHE39r8HuuNn3_KNOz4i9uFmeBe2rOilrDU1Xx8ZXL89MgiXyu0xVm6lsXl13jL8YfTnsILgQVob3DPXVX8IdIn7eBELAWssKA07mHc0yMQzA_-IEZs4Wgtlesfys_ujUF8Zr8Giat30BkwY972lQRhgTpYI0iCJ513r98SoWXWx9xI2Jee1l5k/s257/Cruz8.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="257" data-original-width="205" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqp5SCzHE39r8HuuNn3_KNOz4i9uFmeBe2rOilrDU1Xx8ZXL89MgiXyu0xVm6lsXl13jL8YfTnsILgQVob3DPXVX8IdIn7eBELAWssKA07mHc0yMQzA_-IEZs4Wgtlesfys_ujUF8Zr8Giat30BkwY972lQRhgTpYI0iCJ513r98SoWXWx9xI2Jee1l5k/w319-h400/Cruz8.png" width="319" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;">La labor periodística que desarrolló en las décadas de los años cincuenta y sesenta fue reconocida por la industria cinematográfica española y Santiago de la Cruz Touchard recibió diversos galardones, como el entregado de la mano del actor José Suárez en la foto abajo reproducida.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMgjsSIPbuhx8ilZCOMfw3D4rKNCmFnXgi2iof2phOF-KOtw2Es1a9BSGu9uUp5Jqpel3UZds1_rAVindHIh06FcvnFus6XWMYrSLIKrd_y8uILuL4jWWpFvnUMYx3gzNebuJv3halm-rQ4wMFGXS80SzMvhFDG2PdESfqu5f9gFFo-aCxc4YlVIplWlU/s389/Cruz9.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="389" data-original-width="318" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMgjsSIPbuhx8ilZCOMfw3D4rKNCmFnXgi2iof2phOF-KOtw2Es1a9BSGu9uUp5Jqpel3UZds1_rAVindHIh06FcvnFus6XWMYrSLIKrd_y8uILuL4jWWpFvnUMYx3gzNebuJv3halm-rQ4wMFGXS80SzMvhFDG2PdESfqu5f9gFFo-aCxc4YlVIplWlU/w328-h400/Cruz9.png" width="328" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;">Las fotos con bellezas como Sofía Loren o Carmen Sevilla eran compatibles con las visitas al maestro Azorín, que por entonces se convirtió en un colega de Santiago de la Cruz porque descubrió el entusiasmo por el cine y cultivó la crítica para comentar, a su manera, las películas vistas en aquel Madrid de finales de los años cincuenta. El tercer caballero es Ángel Cruz Rueda, que se encargó de editar las obras completas del alicantino, según me recuerda mi colega Miguel Ángel Lozano. Antonio Barragán, de la Universidad de Córdoba, me explica las razones por las que cabe suponer una conversación entre el periodista y el editor donde el tema de la guerra debía obviarse.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0pYSFEusLPdgihUAyedFQ29OzN7Ii-fpXTygsp6nZmz5A5lKxiOs0lcjGvf7fsraXm7BB-OIehNjELsHYqQA_7B-yBLzDHiAtHTr21bcvPBQai62_I-VbEg454IM0HbxwAilr4877MYP9Nti3uPbecSeO1U4K38efpaJTE4zOZRVV7I4fp37JaOaYwmQ/s414/Cruz7.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="414" data-original-width="229" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0pYSFEusLPdgihUAyedFQ29OzN7Ii-fpXTygsp6nZmz5A5lKxiOs0lcjGvf7fsraXm7BB-OIehNjELsHYqQA_7B-yBLzDHiAtHTr21bcvPBQai62_I-VbEg454IM0HbxwAilr4877MYP9Nti3uPbecSeO1U4K38efpaJTE4zOZRVV7I4fp37JaOaYwmQ/w354-h640/Cruz7.png" width="354" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Por último, Santiago de la Cruz tuvo la oportunidad de entrevistar a actores y directores norteamericanos que visitaron España con motivo de sus rodajes. La foto con Gregory Peck con motivo de su presencia en España no la he incluido porque es complicado recortar la imagen del norteamericano, con más de un metro noventa, teniendo al lado al vallisoletano. La foto con Orson Welles permite una imagen más equilibrada.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgETvgjuRPXoO9sVo8ablCDTlmPYH7vUqAoCqiTkN3v8NFAWbNQXQTZaLOq8uCjqoPB9-WAWtJ4FRpZsHkRNihM5lgSfm45UTwjP04UHCd6LmeHUDz_A49JbIByl3WCd5o0hdMlzJkghlaKqMXTjqaUU6Awp1qql6RQVzLHZ4vBu-e3SUIVYkRyceO7AxE/s199/Cruz4.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="141" data-original-width="199" height="283" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgETvgjuRPXoO9sVo8ablCDTlmPYH7vUqAoCqiTkN3v8NFAWbNQXQTZaLOq8uCjqoPB9-WAWtJ4FRpZsHkRNihM5lgSfm45UTwjP04UHCd6LmeHUDz_A49JbIByl3WCd5o0hdMlzJkghlaKqMXTjqaUU6Awp1qql6RQVzLHZ4vBu-e3SUIVYkRyceO7AxE/w400-h283/Cruz4.png" width="400" /></a></div><br /></div><div style="text-align: justify;">Otras muchas fotos se encuentran en el álbum familiar, pero las mostradas -con posibles errores en la identificación o falta de datos que el lector puede aportar- son suficientes para probar que no todas las víctimas del franquismo acabaron convertidas en unas personas con trayectorias asociadas a la derrota, la marginación y el silencio. </div><div style="text-align: justify;">Santiago de la Cruz Touchard salió adelante, y no fue el único, porque como dijera Max Aub al relatar el final de la guerra en el puerto de Alicante, los derrotados eran los representantes de una España que habría tenido un gran futuro de no mediar el golpe de Estado del general Franco y la posterior dictadura:</div><div style="text-align: justify;">«Estos que ves ahora deshechos, maltratados, furiosos, aplanados, sin afeitar, sin lavar, cochinos, sucios, cansados, mordiéndose, hechos un asco, destrozados, son, sin embargo, no lo olvides nunca pase lo que pase, son lo mejor de España, los únicos que, de verdad, se han alzado, sin nada, con sus manos, contra el fascismo, contra los militares, contra los poderosos, por la sola justicia; cada uno a su modo, a su manera, como han podido, sin que les importara su comodidad, su familia, su dinero. Estos que ves, españoles rotos, derrotados, hacinados, heridos, soñolientos, medio muertos, esperanzados todavía en escapar, son, no lo olvides, lo mejor del mundo. No es hermoso. Pero es lo mejor del mundo. No lo olvides, hijo, no lo olvides» (<i>Campo de los almendros</i>).</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><p></p>Juan A. Ríos Carrataláhttp://www.blogger.com/profile/16908021427812569195noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5797565581761529703.post-37489728541559034392024-01-04T11:20:00.000-08:002024-01-05T11:58:28.835-08:00Historia de una escalera, de Buero Vallejo, no fue la primera<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpnZL9cIhn1obXE-8X8nIaU-rb2RoWR9X_2Ni3zF2HsvmwATMaBS7cFeAyJDO6RiJL_lDgUfjbeEgFLIqdGx0m2B5GwJ0TZQYcbObc8YVFUCbEughzd1n1wclTImXP5Jql6QKHh9NWiRO2sXhUmHoX0kkTX85Yj-FP2uLgSJmWT_uDZrk-AGSgDcgZQh8/s501/Paso.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="340" data-original-width="501" height="271" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpnZL9cIhn1obXE-8X8nIaU-rb2RoWR9X_2Ni3zF2HsvmwATMaBS7cFeAyJDO6RiJL_lDgUfjbeEgFLIqdGx0m2B5GwJ0TZQYcbObc8YVFUCbEughzd1n1wclTImXP5Jql6QKHh9NWiRO2sXhUmHoX0kkTX85Yj-FP2uLgSJmWT_uDZrk-AGSgDcgZQh8/w400-h271/Paso.png" width="400" /></a></div><br /> <p></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">La historia del teatro
durante el franquismo siempre tiene en cuenta una fecha clave: el 14 de octubre
de 1949. Ese día tuvo lugar, en el Teatro Español, el estreno de <i>Historia de
una escalera, </i>de Antonio Buero Vallejo. La premiada obra gozó de una
considerable repercusión y marcó el inicio de la trayectoria del dramaturgo más
relevante de aquellas décadas. Al mismo tiempo, los historiadores suelen
recordar una circunstancia excepcional. El autor había estado condenado a
muerte tras finalizar la Guerra Civil y, por supuesto, era el primer estreno de
una obra escrita por alguien que hubiera vivido tan trágica experiencia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">La trascendencia histórica y teatral de <i>Historia
de una escalera </i>es incuestionable, pero el dato acerca del autor debe ser
rectificado. Santiago de la Cruz Touchard y Serafín Adame escribieron en 1936 <i>Yo
soy un señorito, </i>con música del maestro Manuel Quiroga. La obra no pudo ser
estrenada antes de la Guerra Civil por problemas habidos con quien iba a ser el
protagonista, pero finalmente fue uno de los mayores éxitos del «teatro bajo
las bombas» (Fernando Collado).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Los dos autores resultaron
procesados al finalizar la Guerra Civil. En concreto, Santiago de la Cruz
Touchard fue condenado a muerte, mientras que su colega lo era a treinta años
de reclusión. La circunstancia no impidió que <i>Yo soy un señorito </i>volviera
a ser representada en 1947. Concretamente, en el madrileño Teatro Cómico y a
partir del 8 de enero de 1947. Véase la entrada del 28 de septiembre de 2023 en
este mismo blog.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Por lo tanto, el primer
estreno de una obra escrita por un condenado a muerte durante el franquismo
corresponde a <i>Yo soy un señorito, </i>cuyo texto parece definitivamente
perdido a tenor de lo infructuoso de las búsquedas realizadas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Santiago de la Cruz
Touchard y Antonio Buero Vallejo fueron camaradas del PCE durante la Guerra
Civil y sufrieron la dureza de una represión que llegó a condenarles a muerte.
El dramático episodio tal vez formara parte de sus conversaciones, las tenidas en
la más estricta intimidad si las hubo, pero en esta fotografía del álbum
familiar del primero ambos aparecen relajados junto a Alfonso Paso, cuya
trayectoria también incluye episodios singulares, pero nunca como fruto de la
represión franquista. Los dos caballeros situados en los extremos de la foto son Gustavo Pérez Puig (izquierda) y, alguien parecido a Cayetano Luca de Tena (derecha), según me indican mis colegas Javier Huerta y César Oliva.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">La historia completa de
la vuelta de Santiago de la Cruz Touchard a los escenarios aparecerá en el
segundo volumen de <i>Las armas contra las letras. Los consejos de guerra de
periodistas y escritores, 1939-1945.<o:p></o:p></i></span></p><br /><p></p>Juan A. Ríos Carrataláhttp://www.blogger.com/profile/16908021427812569195noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5797565581761529703.post-78394064414049938162024-01-03T07:35:00.000-08:002024-01-06T00:49:59.993-08:00Una caricatura inédita de Ramón Puyol<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWgEEWFtA6a_HMDVq9OEUC6DbMsgL_YCc5qPXJBHEuU2MHhUIDeoUl05I04JskEEAnRUxaR5My7-18Z_TkkT84_GkKSqrtLwfoYRNFnjqNedjWqhyphenhyphen6br4xnui10Q7c6VFzQG1Ureng2JOKHtAKqsISQpMrnnO4G55XgbbQO7qEohvypTV3UWlY5MzTzEU/s1424/70.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1424" data-original-width="1127" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWgEEWFtA6a_HMDVq9OEUC6DbMsgL_YCc5qPXJBHEuU2MHhUIDeoUl05I04JskEEAnRUxaR5My7-18Z_TkkT84_GkKSqrtLwfoYRNFnjqNedjWqhyphenhyphen6br4xnui10Q7c6VFzQG1Ureng2JOKHtAKqsISQpMrnnO4G55XgbbQO7qEohvypTV3UWlY5MzTzEU/w316-h400/70.jpg" width="316" /></a></div><br /> <p></p><p style="text-align: justify;">El dibujante, ilustrador y caricaturista gaditano Ramón Puyol es uno de los protagonistas del primer volumen de <i>Las armas contra las letras. Los consejos de guerra de periodistas y escritores (1939-1945). </i>Su detención en Madrid y posterior proceso merecerían los honores de una novela por la presencia de una serie de circunstancias rocambolescas, donde encontramos a falangistas dispuestos a vender documentación falsa, una hermana de Imperio Argentina con una singular trayectoria y un sumario cuyas declaraciones son documentos poco fiables. Al mismo tiempo, he debido desmentir bulos que circulan por Internet acerca del artista comunista, que disfrutó durante la década de los treinta de una notable popularidad.</p><p style="text-align: justify;">Gracias a Susana y Sandra, dos nietas de Santiago de la Cruz Touchard, he tenido acceso al álbum familiar de quien fuera periodista republicano y condenado a muerte. En el mismo se encuentra esta inédita caricatura firmada por Ramón Puyol en la Valencia de 1937 y dedicada «al camarada Santiago de la Cruz». Ambos coincidieron en la redacción de <i>Mundo Obrero </i>y el caricaturista subraya de una forma tan ingeniosa como simpática que su compañero era un oficial de Caballería por entonces.</p><p style="text-align: justify;">Ramón Puyol y su camarada vivían en 1937 momentos preocupantes, pero con la ilusión de la victoria. Llegada la derrota, ambos compartieron otros dominados por las cárceles y la represión, aunque el primero nunca dejó de dibujar -incluso como actividad que le permitía redimir parte de la condena- y el segundo jamás perdió el humor. A falta de la guitarra y la pajarita que tanto le singularizaban en las fotos, en la prisión de Las Palmas tuvo ánimos para modelar unas figurillas realizadas con huesos de pollo. Todavía las conserva la familia como parte de una herencia que ahora se está incrementando con la preparación del segundo volumen de <i>Las armas contra las letras.</i></p><p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuEix5nmQHUB0W3pRxWvIL49Opov1Lpi2F_HXdnMQHMUscdQ4E1S-mMivMFv3AG8cL4Yw_1Pj-UCrafl79MLNhNO46_mHGMczxWd5Gwm-hLIHaS0vt9BPDUPPGNwjFIxqpzZKizt-cZpE7O09xEjbUnR81sAUpuXM-bHU_2WwvuhTOR7F6nFE2DKQGvvI/s669/Cruz10.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="669" data-original-width="352" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuEix5nmQHUB0W3pRxWvIL49Opov1Lpi2F_HXdnMQHMUscdQ4E1S-mMivMFv3AG8cL4Yw_1Pj-UCrafl79MLNhNO46_mHGMczxWd5Gwm-hLIHaS0vt9BPDUPPGNwjFIxqpzZKizt-cZpE7O09xEjbUnR81sAUpuXM-bHU_2WwvuhTOR7F6nFE2DKQGvvI/w336-h640/Cruz10.png" width="336" /></a></div><br />En el mismo álbum se encuentra esta otra caricatura dibujada durante la guerra y dedicada al propio Santiago de la Cruz, según se puede ver en el trazo ensortijado del pelo. Por desgracia, no he conseguido identificar al autor por lo borroso de la firma.<p></p>Juan A. Ríos Carrataláhttp://www.blogger.com/profile/16908021427812569195noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5797565581761529703.post-77177674588291362232024-01-01T07:58:00.000-08:002024-01-06T00:52:01.430-08:00Santiago de la Cruz junto con Sofía Loren y Cantinflas<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8dbXvImFYsCAU1I2KUywOAg4Ts7FfMiOgDYG8qNFpDTv_r1Md910krJWTMCe33KmY9a9JGi89lz0xEBcbXyRM2l2akhxiY8qapRfa7b4kSz8Cpow1JXru4jCeti-1i_2VbxK7S8Q0Bgq8zf8xQQEGETsD2Z9-KnIHZP_z5T1Mxd_wjj3-MqGagGsT0BU/s461/Sof%C3%ADa.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="364" data-original-width="461" height="316" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8dbXvImFYsCAU1I2KUywOAg4Ts7FfMiOgDYG8qNFpDTv_r1Md910krJWTMCe33KmY9a9JGi89lz0xEBcbXyRM2l2akhxiY8qapRfa7b4kSz8Cpow1JXru4jCeti-1i_2VbxK7S8Q0Bgq8zf8xQQEGETsD2Z9-KnIHZP_z5T1Mxd_wjj3-MqGagGsT0BU/w400-h316/Sof%C3%ADa.png" width="400" /></a></div><br /> <p></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">El periodista Santiago de
la Cruz Touchard fue condenado a muerte por su participación en la redacción de
<i>Mundo Obrero, </i>su militancia en el PCE y, finalmente, su condición de
oficial del ejército republicano. Véanse las entradas anteriores de este blog
dedicadas a quien fuera una víctima de la represión franquista. Tras la
conmutación, protagonizó un acto de rebelión en el durísimo penal de
Valdenoceda (Burgos) y fue castigado con un traslado al no menos duro de Las
Palmas, donde ni siquiera podía recibir la ayuda alimentaria de su familia. El
paso por la cárcel fue especialmente traumático, pero desde su puesta en
libertad intentó abrirse camino con un buen ánimo y una jovialidad que le
granjearon numerosas amistades, incluso entre quienes simpatizaban con el
franquismo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">La oportunidad de salir
adelante junto con su esposa e hijos le llegó desde Argentina y Méjico, donde
varias revistas dedicadas al cine y los espectáculos le nombraron corresponsal
en Madrid. Santiago de la Cruz Touchard se convirtió en un embajador del cine
español en América Latina y, al mismo tiempo, un introductor del cine de
aquellos países en España, actividad que pronto extendió a la música mejicana
llegando a componer rancheras. Por otra parte, tanto los productores españoles
como los mejicanos apreciaron su labor informativa, que era de indudable
importancia dada la intensidad de los intercambios cinematográficos entre ambos
países durante las décadas de los cincuenta y los sesenta.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Como reconocimiento a
este trabajo, Santiago de la Cruz Touchard fue premiado en los festivales de
cine de San Sebastián, Valladolid y Huelva, aparte de formar parte de la junta
directiva del Círculo de Escritores Cinematográficos. Incluso, en diciembre de
1957, viajó a Méjico invitado por la Asociación Nacional de Actores y varios
productores de aquel país para participar en los actos celebrados con motivo
del cuarto aniversario del fallecimiento de Jorge Negrete, que había gozado de
una especial popularidad en España.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">El álbum familiar de
Santiago de la Cruz Touchard cuenta con numerosas fotografías suyas tomadas
junto con los actores y cantantes a los que entrevistó. También productores y
otras personalidades vinculadas al mundo del espectáculo. La lista es larga, pero
a modo de ejemplo podemos citar a Orson Welles, Paco Rabal, Carmen Sevilla, Marisol,
Ana Mariscal, Cesáreo González, Azorín, Benito Perojo, El Cordobés, Antonio
Buero Vallejo, el Dúo Dinámico, Alfonso Paso…<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrnuacB0q_pX0Rmt4kxanGM-iaNykcTXXnP1LmICze_RuUU6ypuHhsvyZFqxURoiuLTFtXa3lsj5IovRhj0ijuFRIFa2H3jpjTDGu4-59tdnJuAkjdLXAEJFGwRmyh-Jc4U569PAqybMEETtC-VItfLbU6gEifwZej4_agX1irzsyEn-wiy6WygXNuWmI/s435/Cantinflas1.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="341" data-original-width="435" height="314" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrnuacB0q_pX0Rmt4kxanGM-iaNykcTXXnP1LmICze_RuUU6ypuHhsvyZFqxURoiuLTFtXa3lsj5IovRhj0ijuFRIFa2H3jpjTDGu4-59tdnJuAkjdLXAEJFGwRmyh-Jc4U569PAqybMEETtC-VItfLbU6gEifwZej4_agX1irzsyEn-wiy6WygXNuWmI/w400-h314/Cantinflas1.png" width="400" /></a></div><br /><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Muchas de estas
fotografías fueron tomadas en el local de Perico Chicote, centro neurálgico de
los populares de la época, y otras con motivo de galas o entrevistas, a las que
Santiago de la Cruz se solía presentar con su característica pajarita y otros rasgos
de quien, además de ser miembro durante décadas de los Amigos de la capa,
mostraba siempre una jovialidad compatible con la elegancia.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTTdaQ54vg8uCSdN3IEZ9cbq-CVh_QX9wKaji3GY1dWBUMjER8dQtZ-96hu6r63UiNeO6Xptk6ya02njFGzBmepYBYlmqXUNMufmyLl6evipxRYxJmZSxVkJhBX2ZsKMLs9aDcJ6spGS3sva0t_ePHUHSx45wEnB3paxHqdQtBzlcUBMejlQ3ZleW_C7I/s476/Cantinflas%202.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="293" data-original-width="476" height="246" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTTdaQ54vg8uCSdN3IEZ9cbq-CVh_QX9wKaji3GY1dWBUMjER8dQtZ-96hu6r63UiNeO6Xptk6ya02njFGzBmepYBYlmqXUNMufmyLl6evipxRYxJmZSxVkJhBX2ZsKMLs9aDcJ6spGS3sva0t_ePHUHSx45wEnB3paxHqdQtBzlcUBMejlQ3ZleW_C7I/w400-h246/Cantinflas%202.png" width="400" /></a></div><br /><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">La imagen de este
periodista triunfante en Méjico y reconocido por los cineastas españoles
esconde el paso por una condena a muerte como preámbulo a años de cárcel.
Quienes no supieran de esta historia, la mayoría, se quedarían sorprendidos,
pero la evolución es propia de un hombre talentoso que supo abrirse camino sin
mirar hacia atrás. Nunca le derrotaron por completo y, sin renunciar a sus
ideales, Santiago de la Cruz Touchard triunfó en un país donde codearse con
estrellas como Sofía Loren o Mariano Moreno, <i>Cantinflas, </i>era motivo de
admiración y hasta de envidia. Puestos a imaginar, también la tendrían quienes
le condenaron a muerte y veinte años después ignoraban el pasado de ese
periodista jovial con pajarita y eterna sonrisa de buena persona.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCl6suxksrAj13Dozn29tt-UTzHMCOiO6oYn4DlhflDRBFoMTiuetDCBL6NbSdrfZF_OTGKK6BI9LZfhXwjmJuHCw_mzv-Ke24FNPX-c-hDPOxEGW54i53-qd4xr10Tvxs_E0KXxjgBkfjbVG4XF_ePxi2xMLhobaKKuOQ2VxQRRjI9weM0Dp4xp92eD0/s559/Cruz15.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="559" data-original-width="477" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCl6suxksrAj13Dozn29tt-UTzHMCOiO6oYn4DlhflDRBFoMTiuetDCBL6NbSdrfZF_OTGKK6BI9LZfhXwjmJuHCw_mzv-Ke24FNPX-c-hDPOxEGW54i53-qd4xr10Tvxs_E0KXxjgBkfjbVG4XF_ePxi2xMLhobaKKuOQ2VxQRRjI9weM0Dp4xp92eD0/w341-h400/Cruz15.png" width="341" /></a></div><br /><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /></span><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Las fotos las publico
gracias a la ayuda de sus nietas Sandra y Susana, con quienes estoy trabajando
para que el periodista tenga su merecido capítulo en el segundo volumen de </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Las
armas contra las letras. Los consejos de guerra de periodistas y escritores,
1919-1945.</i></p><br /><p></p>Juan A. Ríos Carrataláhttp://www.blogger.com/profile/16908021427812569195noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5797565581761529703.post-83357280807565396902023-12-29T02:02:00.000-08:002023-12-29T02:02:01.480-08:00El segundo volumen de Las armas contra las letras<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDzOCTqZ3eayB7gwIwpInhLZkOXyPzn48m-7-SGQtdmZ4lbnDgo3o1Yfo_S5un8q2VPqNd6EAxXry-7IQWDDf3vHQJxPWk9EQkaxuL2Rsf8eNZ8uH8vPHyyMjWrfGTK3l347XFKLLx7-gLXiqM6h5yp50lpS7KwnuWqv3govoxIxsAUugdDaRRIFjZms8/s180/armas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="180" data-original-width="123" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDzOCTqZ3eayB7gwIwpInhLZkOXyPzn48m-7-SGQtdmZ4lbnDgo3o1Yfo_S5un8q2VPqNd6EAxXry-7IQWDDf3vHQJxPWk9EQkaxuL2Rsf8eNZ8uH8vPHyyMjWrfGTK3l347XFKLLx7-gLXiqM6h5yp50lpS7KwnuWqv3govoxIxsAUugdDaRRIFjZms8/w273-h400/armas.jpg" width="273" /></a></div><br /> <p></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">El próximo 15 de enero
llegará a las librerías el primer volumen de la trilogía <i>Las armas contra
las letras. Los consejos de guerra de periodistas y escritores, </i>cuya
edición corre a cargo de Renacimiento y Publicaciones de la Universidad de Alicante.
Mientras tanto, estoy ultimando la redacción del segundo volumen para que
aparezca en otoño de 2024. El índice provisional del mismo es el siguiente:<o:p></o:p></span></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 20.0pt; line-height: 107%;">LAS
ARMAS CONTRA LAS LETRAS (II)<o:p></o:p></span></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 18.0pt; line-height: 107%;">Los
consejos de guerra de periodistas y escritores (1939-1945)<o:p></o:p></span></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 18.0pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 16.0pt; line-height: 107%;">ÍNDICE<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="line-height: 150%; margin-left: 35.7pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -17.85pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: Arial;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> </span></span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Introducción<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; margin-left: 35.7pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -17.85pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: Arial;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> </span></span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">El
caso de Fotografía Mendoza en el Madrid de 1943<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; margin-left: 35.7pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -17.85pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: Arial;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> </span></span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">De
la frivolidad al penal de Valdenoceda: la trayectoria de Santiago de la Cruz
Touchard<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; margin-left: 35.7pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -17.85pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: Arial;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> </span></span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Un
consejo de guerra contra el <i>ABC </i>republicano<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; margin-left: 35.7pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -17.85pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: Arial;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> </span></span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Antonio
Buero Vallejo condenado a muerte<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; margin-left: 35.7pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -17.85pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: Arial;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> </span></span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Joaquín
Dicenta Alonso, «espíritu anarquizante e inmoral»<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; margin-left: 35.7pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -17.85pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: Arial;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> </span></span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">El
consejo de guerra de Rosario del Olmo<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; margin-left: 35.7pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -17.85pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: Arial;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> </span></span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">La
continuidad de la represión: los casos de Matilde Zapata, Rosario del Olmo y
Amalia Carvia<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; margin-left: 35.7pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -17.85pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: Arial;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> </span></span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">La
represión nunca olvida: los casos de Aurora Betrana y M.ª de Bueno Núñez de
Prado<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; margin-left: 35.7pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -17.85pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: Arial;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> </span></span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Antonio
Agraz, anarquista y desesperado<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; margin-left: 35.7pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -17.85pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: Arial;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> </span></span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Francisco
Escola Besada en el punto de mira<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; margin-left: 35.7pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -17.85pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: Arial;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> </span></span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">El
periodista Ricardo Flores murió en la cárcel<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; margin-left: 35.7pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -17.85pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: Arial;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> </span></span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Los
consejos de guerra de Ramiro Gómez Zurro<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; margin-left: 35.7pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -17.85pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: Arial;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> </span></span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">La
«rebeldía» del masón Mateo Hernández Barroso<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; margin-left: 35.7pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -17.85pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: Arial;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> </span></span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Los
problemas judiciales del periodista Salvador Prieto<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; margin-left: 35.7pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -17.85pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: Arial;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> </span></span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">La
petición de indulto del periodista Vicente Ramón Esteban<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; margin-left: 35.7pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -17.85pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: Arial;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> </span></span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">El
revólver de «un camisa vieja» en el Auxilio Social<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpLast" style="line-height: 150%; margin-left: 35.7pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -17.85pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: Arial;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> </span></span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Bibliografía<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span>Al mismo tiempo, y con vistas a
completar el segundo volumen y preparar el tercero, ya he solicitado al Archivo
General e Histórico de Defensa la copia digital de los sumarios instruidos
contra los periodistas y escritores Carlos Rivera, Manuel Garrido García, César
García Iniesta, Alejandro Uriel Alonso, Eduardo de Castro Escadell, Antonio
Pugues Guitart, Victorino Tamayo Mayones, Rafael González Castell, Dolores
Precioso Córdoba, Ramón Vivero Precioso, Augusto Vivero Precioso, Óscar Vivero
Precioso, Baltasar Fernández Cué, Manuel Zambruno Jiménez, Carlos Pérez Merino,
Francisco Javier Lapolla Serraller, Eduardo Bort Vela, Juan Antonio Gaya Nuño,
Pío Marcos Cuadrado, Enrique Capdevila Pérez, Eugenio Rosado Rivas, José
Carreño España, Salvador Prieto Martínez, Carlos Pérez Merino, Ángel M.ª de
Lera García, Antonio Nicas Amato, Enrique Peinador Porrúa, Elpidio Alonso
Rodríguez, Francisco y Adela Anaya Ruiz, Alejandro y Ángel Gaos González-Pola y
Jesús Menchén Manzanares.</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Hasta que no consulte los
correspondientes sumarios ignoro los que fueron instruidos por el Juzgado
Militar de Prensa, pero cabe suponer que este listado y el del índice aquí
citado me permitirán completar el análisis de la actividad desarrollada por el juzgado
del que fue titular el capitán Manuel Martínez Gargallo. Y, como es habitual en
estas investigaciones, por el camino aparecerán nuevos nombres de procesados y
condenados.<o:p></o:p></p><br /><p></p>Juan A. Ríos Carrataláhttp://www.blogger.com/profile/16908021427812569195noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5797565581761529703.post-15578862102792354862023-12-26T10:35:00.000-08:002023-12-26T10:35:56.145-08:00Roger de Flor, poeta y maestro republicano, también prometió el mar<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRXzQ1YDzq-aKzoFzypumzFXKMxWCRjXOLVsuqHJ-KR-SVVT0wUPiXH-goTxczUd0nH9LIYYsxJHitA0_WvRr1D9KSwDV53mr6acT8J0eHUn17zhrrhGZCQKP7TolOLVs27CTTocRh13pprjYCAaKgl_fEZizb-lTrutcijLsXGUdqXpvZkuYF0fCOE4g/s180/Maestro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="180" data-original-width="125" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRXzQ1YDzq-aKzoFzypumzFXKMxWCRjXOLVsuqHJ-KR-SVVT0wUPiXH-goTxczUd0nH9LIYYsxJHitA0_WvRr1D9KSwDV53mr6acT8J0eHUn17zhrrhGZCQKP7TolOLVs27CTTocRh13pprjYCAaKgl_fEZizb-lTrutcijLsXGUdqXpvZkuYF0fCOE4g/w278-h400/Maestro.jpg" width="278" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;">La historia del maestro republicano Antoni Benaiges estuvo sepultada en el olvido hasta 2010, pero durante estos últimos meses se ha convertido en un verdadero fenómeno con una excelente película que recrea su trayectoria, una no menos interesante obra teatral dedicada al mismo objetivo, varios libros biográficos, canciones, exposiciones y, por supuesto, una notable presencia en los medios de comunicación. </div><div style="text-align: justify;">Quienes afirman que la memoria democrática no interesa y que todo lo relacionado con la Guerra Civil está superado debieran reflexionar acerca de este fenómeno, que ha surgido gracias al boca a boca de los espectadores y la voluntad de numerosos creadores e investigadores carentes de apoyos mediáticos o empresariales. La noticia del éxito de una película con trescientos mil espectadores en los cines recompensa por unas labores a menudo realizadas sin repercusión pública.</div><div style="text-align: justify;">El riesgo es pensar en el carácter excepcional de la historia de Antoni Benaiges y así descontextualizarla. Los creadores y los investigadores han evitado caer en semejante error, pero algunos espectadores o quienes tengan un conocimiento más superficial de lo sucedido con aquel maestro trágicamente desaparecido pueden pensar en una historia tan emocionante como aislada. Nada más lejos de la realidad. Las vicisitudes de los maestros republicanos que, de una u otra manera, fueron represaliados por el franquismo darían para completar varias enciclopedias. De hecho, la represión del magisterio durante la posguerra cuenta con una excelente y nutrida bibliografía.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmFIMzPDX1gqOv8V0N5akCtD2Q2zKo0NmqzT_c8IX03EBezBX4AUfwKsJ5SWGzEGx_VI1K-1auNeBLNivLd6_EekTQ3RQlZhZ8as138lkgR-hlkumPQo1kCKNge8Yik9rMiWYEMc7TQUo4tK_-n4LuA0W5C0YlEphcKHZqLJ8Cc3kluu_mPrGx5qD5nf0/s180/Villalta.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="180" data-original-width="136" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmFIMzPDX1gqOv8V0N5akCtD2Q2zKo0NmqzT_c8IX03EBezBX4AUfwKsJ5SWGzEGx_VI1K-1auNeBLNivLd6_EekTQ3RQlZhZ8as138lkgR-hlkumPQo1kCKNge8Yik9rMiWYEMc7TQUo4tK_-n4LuA0W5C0YlEphcKHZqLJ8Cc3kluu_mPrGx5qD5nf0/w302-h400/Villalta.jpg" width="302" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Estos días, al leer un excelente estudio de Alfonso M. Villalta Luna titulado <i>Tragedia en tres actos. Los juicios sumarísimos del franquismo </i>(Madrid, CSIC, 2022), he conocido una de esas historias, la protagonizada por un maestro y poeta que firmaba con el seudónimo de Roger de Flor. Se trata de Jesús Menchén Manzanares (1912-1939), que poco antes de la Guerra Civil fue destinado a Villamayor de Calatrava. Por entonces, ya era un precoz poeta que colaboraba en medios locales como <i>Pueblo Manchego </i>y, afiliado a la FUE, en revistas de este sindicato estudiantil. Allí dio cuenta de sus comprometidos poemas, lamentó la muerte de Federico García Lorca y fue coherente con su pensamiento cuando se alistó voluntario en las milicias republicanas. La historia la detalla el citado investigador en las páginas 185-194 de <i>Tragedia en tres actos</i> y su consejo de guerra, que terminó con un fusilamiento tras haber sido delatado por un vecino, acabará siendo incluido en el tercer volumen de <i>Las armas contra las letras. </i></div><div style="text-align: justify;">El éxito del maestro que prometió el mar a sus alumnos de un pueblecito de Burgos supone un estímulo para quienes, a lo largo de nuestras investigaciones, solemos encontrar historias tal vez menos potentes para ser trasladadas a una película, pero igualmente conmovedoras por el destino trágico de unos maestros o unos poetas que, a su manera, también soñaron con el mar y lo prometieron hasta que el franquismo los dejó en una cuneta o una fosa común.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><p></p>Juan A. Ríos Carrataláhttp://www.blogger.com/profile/16908021427812569195noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5797565581761529703.post-16057144690193680182023-12-23T03:14:00.000-08:002023-12-23T03:14:58.032-08:00Paco Roca y los historiadores universitarios<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhs0D4b-VZJ7LdLzECiZ9RiJf-HueXyXUhel_nLAIkYu0zesSemPuWAR7ExMTQ8OxcfJVyhOizQakwvsASZIRGQCDzp-PVLHovWwuqEvvJCP82-FAxTxzXrT7NUTIxeyPHRKj7CMJPrIeNjzAokGiqlaaBahNxUX_3YQO1Y1YQm3fErU1OzFmoQfQkJeNE/s269/roca.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="180" data-original-width="269" height="268" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhs0D4b-VZJ7LdLzECiZ9RiJf-HueXyXUhel_nLAIkYu0zesSemPuWAR7ExMTQ8OxcfJVyhOizQakwvsASZIRGQCDzp-PVLHovWwuqEvvJCP82-FAxTxzXrT7NUTIxeyPHRKj7CMJPrIeNjzAokGiqlaaBahNxUX_3YQO1Y1YQm3fErU1OzFmoQfQkJeNE/w400-h268/roca.jpg" width="400" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;">Uno de los retos de la investigación universitaria es la divulgación. La condición de funcionario y el empleo de fondos públicos en el desempeño de mis tareas me han llevado a utilizar todos los medios disponibles para difundir los trabajos realizados. La tarea no resulta sencilla. De salida, obliga a seleccionar temas que interesen más allá de los círculos estrictamente universitarios de los especialistas, utilizar un lenguaje accesible para cualquier lector culto y buscar la mejor forma de editarlo de manera que llegue a los interesados. También implica acudir a los medios de comunicación para favorecer la difusión de las publicaciones, utilizar un blog como el presente y depositar los archivos de los trabajos en los repositorios institucionales para asegurar el libre acceso a su contenido. Las investigaciones realizadas con dinero público deben contar con una edición que asegure el libre y gratuito acceso de los lectores.</div><div style="text-align: justify;">Las tareas antes indicadas dependen fundamentalmente del investigador. El problema suele surgir cuando buscamos una editorial que garantice unos mínimos de difusión. El mundo de las editoriales es tan amplio como diverso, pero algún día mis colegas se atreverán a hablar acerca de las editoriales que les obligan a pagar para editar o que montan negocios rentables con fondos públicos. El consiguiente escándalo ya ha saltado a la prensa nacional, sobre todo en lo referente a las revistas académicas, pero en los libros hay peculiaridades que convendría airear.</div><div style="text-align: justify;">Desde hace más de diez años tengo la fortuna de colaborar con la editorial Renacimiento y el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Alicante. Esta circunstancia me ha permitido publicar durante ese período una docena libros en buenas condiciones y sin necesidad de pagar por la edición de mis propios trabajos. El caso es propio de un afortunado, pero también ha sido posible por una tarea que garantiza unos mínimos de difusión para mis libros.</div><div style="text-align: justify;">No obstante, las cifras son modestas porque casi nadie presta atención a las ediciones universitarias y en muchos medios de comunicación hay un prejuicio contra ellas, al margen de las maniobras de las grandes editoriales para copar los espacios que permiten una buena difusión. La batalla es tan desigual como silenciosa y los autores universitarios, al menos quienes nos la hemos planteado, la tenemos perdida en buena medida.</div><div style="text-align: justify;">En este panorama, donde tan difícil es conseguir que lo esencial de nuestros trabajos llegue a los lectores, resulta estimulante observar el éxito arrollador de Paco Roca, cuyas novelas gráficas cuentan con decenas de miles de lectores. Y lo es por un doble motivo, por el éxito en sí y porque lo alcanza sin renunciar al rigor en la documentación utilizada para sacar adelante sus obras, que en reiteradas ocasiones han versado sobre temas históricos.</div><div style="text-align: justify;"><i>El abismo del olvido </i>(Astiberri, 2023) nos habla de las fosas comunes donde todavía se encuentran tantos republicanos víctimas de la represión franquista. El propio Paco Roca ha reconocido que, por la dureza del tema, apenas venderá unos cincuenta mil ejemplares, lejos de las tiradas alcanzadas con otras novelas gráficas de su brillante trayectoria. Semejante cifra de ventas sería una quimera para un ensayo universitario y, quienes los escribimos, nos sentimos orgullosos de que un autor como Paco Roca las alcance sin menoscabo en el rigor con que trata los temas relacionados con la memoria democrática.</div><div style="text-align: justify;">Y, además, el autor valenciano atrae a un público joven que jamás leería el ensayo de un historiador universitario. El pasado día 14 tuve la ocasión de comprobarlo en la presentación de la citada novela gráfica en Alicante. Comprometido, sencillo y accesible, Paco Roca ha encontrado esa maravilla de aunar el rigor con la difusión. Su labor es ejemplar y somos muchos los historiadores universitarios encantados de que aborde temas que nos ocupan y que, de otra manera, sería difícil que llegaran a un lectorado amplio.</div><div style="text-align: justify;">Las labores ejemplares culminan cuando otros autores, atraídos por las mismas, las emprenden para sumarse en esta ocasión a la difusión de la memoria democrática mediante un género renovador, atractivo y accesible como es la novela gráfica. Las novedades editoriales indican que el ejemplo de Paco Roca ha marcado una pauta y observo otros autores que le pueden seguir por ese camino puesto a disposición de la recuperación y difusión de la memoria democrática.</div><div style="text-align: justify;">El agradecimiento a la labor desempeñada por Paco Roca es inmenso. El valenciano contó en la citada presentación que a menudo recibía propuestas de temas susceptibles de ser adaptados a una novela gráfica. La circunstancia es lógica y hasta deseable. Solo cabe esperar que pronto podamos contar con otros autores capaces de sacar adelante esos temas con el mismo acierto para que el gran público, especialmente los jóvenes, disfruten de la lectura y enriquezcan su conocimiento de la historia reciente, aquella que todavía se aloja en la memoria.</div><p></p>Juan A. Ríos Carrataláhttp://www.blogger.com/profile/16908021427812569195noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5797565581761529703.post-85126032776942721282023-12-20T09:26:00.000-08:002024-01-22T09:15:58.240-08:00Gerardo Contreras, fotógrafo de un consejo de guerra<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0kqwkvfr9EONOBd5j3A4l-Kw1x6_-gublhfJL8q-J9lGEE-x6oC1BhB-nWJaLpk6CIzzPVjtqia4rcN24zsLLBg04FsVAWoKvjaswZP4ZvmV6R7w5ewgiUesv1gu-tqIzcaVy-fvfZPsKgJ5ES1TGvvcU9qaITFIOhl5ak5Uoebcej1k5unxYBmKxaqM/s602/Consejoguerra%5B1%5D.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="295" data-original-width="602" height="196" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0kqwkvfr9EONOBd5j3A4l-Kw1x6_-gublhfJL8q-J9lGEE-x6oC1BhB-nWJaLpk6CIzzPVjtqia4rcN24zsLLBg04FsVAWoKvjaswZP4ZvmV6R7w5ewgiUesv1gu-tqIzcaVy-fvfZPsKgJ5ES1TGvvcU9qaITFIOhl5ak5Uoebcej1k5unxYBmKxaqM/w400-h196/Consejoguerra%5B1%5D.jpg" width="400" /></a></div><br /> <p></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">La atenta contemplación
de las imágenes relacionadas con un período o una temática desempeña un papel
fundamental en la reconstrucción histórica. La obviedad de la frase requiere
una explicación. El análisis de los sumarísimos de urgencia seguidos contra
periodistas y escritores cuenta con una amplia base documental. Su consulta
dista de esclarecer todos los pormenores de aquellos consejos de guerra, pero
permite conocer lo esencial de su desarrollo desde el punto de vista jurídico,
aunque sea el distorsionado de una justicia puesta al servicio de la
aniquilación del enemigo político. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">El historiador de la
represión está habituado a moverse en archivos donde los sumarios se conservan
en un estado precario, fruto del abandono durante el franquismo y las primeras
décadas de la etapa democrática. Gracias a estos documentos frecuentemente escritos
a mano, con numerosas anotaciones en los márgenes y una prosa que al final
resulta familiar, el investigador traza la historia de aquella represión que
también cuenta con testimonios, pocos, de las víctimas que sobrevivieron lo
suficiente para relatar la experiencia. O de algunos espectadores de los
consejos de guerra, casi siempre amigos o familiares de los procesados que
quedaron espantados ante aquella farsa de consecuencias trágicas. El olvido,
como explicaron Fernando Fernán-Gómez y Eduardo Haro Tecglen, resultaba
imposible.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Los victimarios nunca
dejaron testimonio de su participación en las distintas fases de los consejos
de guerra y, a menudo, intentaron borrar el recuerdo de una etapa vital que
dejó de ser presentable antes del final de la dictadura. Documentos, muchos, y
testimonios, pocos, constituyen el material de trabajo completado con las
consultas bibliográficas. Sin embargo, apenas nos adentramos en la redacción de
las conclusiones necesitamos contar con imágenes de aquella realidad. El
franquismo, consciente del poder de las mismas, aunque estuvieran controladas
por su carácter oficial u oficioso, consiguió que miles y miles de consejos de
guerra se celebraran sin la presencia de un fotógrafo o, al menos, un dibujante
como José Robledano Torres, capaz de trasladarnos el dramatismo de las cárceles
donde penaron los vencidos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">El fotoperiodista Gerardo
Contreras fue el elegido para que en marzo de 1940 diera cuenta, «con un
contundente efecto pedagógico» (Villalta Luna, 2022: 121), del consejo de
guerra contra los chequistas de Bellas Artes. El reportaje apareció en el
número 5 de la revista <i>Semana </i>(20-IV-1940). La fotografía donde
aparecen sentados unos cincuenta «sicarios» cuenta con un pie casi siempre
hurtado en las reproducciones y esclarecedor de la voluntad ejemplificadora: <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Se
acabaron los alardes de jactancia y matonismo. Estos son los que, entre otros,
organizaron los días de sangre en el terror de Madrid. Son los de los autos que
se detenían chirriantes en las puertas de las casas, los de los timbrazos en
los pisos, los que condenaban a millares de personas a muerte, los que pugnaban
entre sí por mandar los pelotones de ejecución.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Los rostros de los
procesados reflejan la seriedad y el temor de los compungidos. Los observamos
desde una perspectiva de superioridad para subrayar el tono admonitorio del
citado texto, que nos recuerda el final de «los alardes de jactancia y
matonismo» de quienes pugnaban «por mandar los pelotones de ejecución». El
problema es que, a la izquierda, el fotógrafo evita la presencia del tribunal
militar. Una ausencia; como tampoco sabremos de los militares al frente de los
pelotones de ejecución durante la Victoria. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Gerardo Contreras tenía
órdenes precisas, o valoraba lo oportuno en aquellas publicaciones de la
posguerra, y con su fotografía justificó el castigo de quienes «organizaron los
días de sangre en el terror de Madrid», justo cuando en la capital había madrugadas
de sangre de las que apenas salían unas escuetas notas de prensa. Un castigo
casi divino, propio de la Cruzada, por la ausencia de los militares dispuestos
a ejecutarlo y la descontextualización de un proceso cuyos pormenores son
hurtados al lector. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">La fotografía de Gerardo
Contreras aparece reproducida con frecuencia a pesar de su carácter
propagandístico. La razón es sencilla: apenas contamos con otros reportajes
gráficos acerca de los consejos de guerra. Su existencia no debía quedar
reflejada con la evidencia de las imágenes porque, antes o después, alguien
acabaría preguntando por los que estaban a la izquierda de la fotografía.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;"><o:p> </o:p></span></p><br /><p></p>Juan A. Ríos Carrataláhttp://www.blogger.com/profile/16908021427812569195noreply@blogger.com0