viernes, 5 de septiembre de 2025

El cincuentenario de La Edad de Plata, de José-Carlos Mainer


 José-Carlos Mainer, catedrático emérito de la Universidad de Zaragoza

Las vacaciones permiten algunas lecturas sosegadas, que se echan de menos durante el curso porque seguimos un ritmo no siempre compatible con el disfrute. Una de las consecuencias es la acumulación de libros a la espera del verano, cuando desisto de viajar en medio de la vorágine turística y prefiero refugiarme en la tranquilidad de una lectura.

Uno de esos libros apareció hace cincuenta años, forma parte de mis referentes desde principios de los ochenta y, ahora, la relectura me confirma su condición de clásico de los estudios literarios. José-Carlos Mainer publicó La Edad de Plata en 1975, lo amplió pocos años después y, desde entonces, numerosos colegas seguimos las líneas abiertas por esas páginas luminosas para ahondar en el conocimiento de las letras españolas,

La reedición de La Edad de Plata está de sobra justificada. Domingo Ródenas y Jordi Gracia aportan algunas razones, así como un apéndice bibliográfico, pero en realidad es un acto de justicia que agradecemos sin necesidad de argumentos. Basta la evidencia de que la obra es una referencia de obligada consulta cuando iniciamos cualquier trabajo sobre este espléndido período literario.




La relectura me ha permitido tomar notas, subrayar frases a la espera de su incorporación a nuevos trabajos y, sobre todo, concebir líneas de investigación basadas en la sabiduría, el equilibrio y la amplitud de miras que en cada página muestra José-Carlos Mainer. Salvo que se recurra a la dócil y un tanto perruna IA, nadie es capaz de escribir unas líneas que merezcan la pena si las mismas no parten de una lectura atenta. Leer para escribir y escribir para leer es la rutina de nuestro trabajo, que se convierte en una actividad gozosa cuando disponemos de una obra como La Edad de Plata. Ensayo de interpretación de un proceso cultural (1902-1939).

El subtítulo es una declaración de intenciones acorde con la realidad del volumen. Lejos de cerrar caminos con conclusiones equiparadas a la verdad histórica o literaria, José-Carlos Mainer los abre gracias a la conciencia de su provisionalidad y la necesidad de buscar a quienes puedan seguir la senda del debate acerca de la Edad de Plata. El colega zaragozano nos animó a desprendernos de cualquier dogmatismo en un momento clave, 1975, y su magisterio ha surtido efecto en un colectivo donde el debate abierto representa una seña de identidad desde hace décadas.

La citada provisionalidad ha tenido un nuevo ejemplo. Antes de la relectura, ya había finalizado La colmena. El capítulo final de la trilogía, sin embargo, lo modifiqué a la luz de unas reflexiones deparadas por las páginas de José-Carlos Mainer. Apegado a los casos concretos de tantos sumarios judiciales, apenas había percibido que estaba redactando un aspecto significativo del final de la Edad de Plata. Merecía la pena reconsiderar mis palabras y ajustarlas a una evidencia con la oportuna reflexión.

Una clave del esplendor literario y cultural de las primeras décadas del siglo XX es la permanencia, con altibajos, de un mínimo de libertad capaz de posibilitar el debate y la convivencia. Ese mínimo quedó erradicado en 1939 cuando a la Edad de Plata le sucedió la Victoria, cuyas letras a veces son meritorias, pero siempre arrastran el lastre de una cultura que excluye otras acordes con la pervivencia de cualquier asomo de disidencia.

Tal vez merezca la pena ahondar en ese sentido y completar, dentro de nuestras posibilidades, algunos aspectos parciales de la tarea de un José-Carlos Mainer que tanto nos ha enseñado en el campo de la literatura y también en el de la ética del investigador. Gracias a la colaboración del CeMab, el consiguiente agradecimiento lo haremos público el 9 de febrero de 2026, cundo los compañeros del área de Literatura Española de la Universidad de Alicante celebremos una jornada para homenajear al maestro. Mientras tanto, seguimos preparando nuevos trabajos sobre la siempre sugerente Edad de Plata.




 


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