sábado, 19 de abril de 2025

La aniquilación de la democracia municipal republicana, de Antonio Barragán


 Antonio Barragán

El análisis de los consejos de guerra de los periodistas y escritores me ha llevado a frecuentar una bibliografía poco usual en los estudios literarios. El objetivo ha sido evitar las generalizaciones de estos últimos a la hora de referirse a la represión sufrida por los citados colectivos. Frente a los reiterados lugares comunes, cabe afrontar estos episodios con detalle para observar lo peculiar de cada caso y reconsiderar algunas conclusiones ajenas a la realidad documentable.

El objetivo de la trilogía y otros trabajos simultáneos requiere un conocimiento tanto histórico como jurídico de los consejos de guerra. Y, por supuesto, la colaboración de juristas e historiadores a los que consultar en caso de duda. Por fortuna, a lo largo de estos años he contado con la ayuda de juristas, magistrados y colegas de diversas áreas para resolver las inevitables dudas sobre una documentación todavía poco conocida.

La historia de la represión franquista debe mucho a los estudios locales. Sin el análisis exhaustivo de lo sucedido en ámbitos geográficos concretos habría sido imposible avanzar con seguridad para cuestionar el relato propagandístico del régimen, articulado a base de generalizaciones y tantas veces asumido por quienes hacen del revisionismo o el olvido una cuestión de fe a prueba de evidencias.

Así, antes de analizar los sumarios, consulté trabajos sobre lo acontecido en comarcas remotas de las que nada sabía. El objetivo no era tanto conocer una historia local como contrastar mi metodología con la empleada por historiadores versados en la materia. Gracias a sus enseñanzas, he modificado algunos aspectos metodológicos, he ampliado la bibliografía para nuevas consultas y, por supuesto, he confrontado mis conclusiones con las de aportaciones que analizan lo sucedido con otros colectivos.

El historiador trabaja a partir de muestreos más o menos limitados y, antes de sacar alguna conclusión, debe contextualizar su análisis. La tarea es lenta, requiere muchas consultas y los lectores no siempre son conscientes de su realización. Apenas importa, pues la ética profesional del investigador debe prevalecer sobre el eco o reconocimiento de sus aportaciones.

Mi amigo Antonio Barragán ha sido una de las referencias en esta tarea poco habitual en un catedrático de literatura. Ya contacté con él cuando redacté Nos vemos en Chicote (2015) para recabar las opiniones de Julio Anguita sobre el secretario del Juzgado Militar de Prensa que acabó su trayectoria profesional en el Ayuntamiento de Córdoba. Desde entonces sigo sus publicaciones y, gracias a sus libros sobre la represión en aquella provincia andaluza, he aprendido a afrontar el análisis de los sumarios de los consejos de guerra.




Antonio Barragán acaba de publicar Culpable de todos los desmanes habidos… La aniquilación de la democracia municipal republicana, Córdoba, 1936-1942 en la editorial Utopia. Gracias al estudio de numerosos sumarios, la monografía alumbra lo sucedido con los representantes municipales de aquella provincia. El relato histórico todavía estremece, pero he procurado mantener la mirada fría para anotar detalles, referencias, enfoques, valoraciones… que me ayudarán a culminar el tercer volumen de la trilogía dedicada a los consejos de guerra de periodistas y escritores.

A raíz de la sentencia dictada por un juzgado de Cádiz, Antonio me llamó preocupado y solidario porque, como escribió nuestro colega Antonio Cazorla, cualquier otro historiador podía ser igualmente condenado. Incluso quienes utilizan títulos que, según el criterio establecido en la sentencia, serían considerados “sensacionalistas” como La justicia del terror (Gutiérrez Molina), La Victoria sangrienta (Moreno Gómez) o El holocausto español (Paul Preston), entre otros muchos. Mención aparte merece un reciente libro titulado Los verdugos de Franco, de José Luis Garrot. La sentencia condena a siete medios de comunicación por utilizar ese término.

La reiterada solidaridad ha dado pie a comunicados y artículos que procuro recoger en este blog con independencia de su valoración. A la espera de que el recurso permita recuperar la libertad de expresión dispensada por el Tribunal Constitucional a la producción científica, solo cabe trabajar para desvelar la represión franquista. En mi caso, no se trata de «no callar» como opción voluntaria, sino de cumplir con mis obligaciones como funcionario de la Universidad de Alicante.

El reciente libro de Antonio Barragán es una muestra de esa voluntad compartida por tantos colegas universitarios. Nuestras aportaciones tendrán mejores o peores resultados, siempre susceptibles de modificación gracias al debate, pero seguirán adelante con el objetivo de conocer sin olvidos ni eufemismos lo sucedido en aquellos años de represión y falta de libertades.

 

 


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