Hace pocas semanas, unos colegas me encargaron un trabajo sobre Jacinto Benavente para una revista universitaria. Recordé entonces la escena del dramaturgo encarado al balcón del Ayuntamiento de Valencia el 29 de marzo de 1939, fecha de la entrada de las tropas franquistas en esta capital. La escena es conocida y ha sido comentada en varias ocasiones, pero las colecciones digitales de algunos periódicos me han permitido trazar mejor la historia de este ejemplo del "hombre péndulo", según la definición de María Teresa León. La historia es vulgar desde el punto de vista ético, pero también revela las miserias de una época donde resulta difícil encontrar no ya héroes, sino tipos presentables. Espero tenerla lista pronto y, por cierto, es mentira que no se le pudiera nombrar en la prensa de la posguerra. Escribid "Jacinto Benavente" en el buscador de las colecciones digitales y veréis un montón de entradas, algunas de ellas hasta divertidas por el afán de protagonismo de esta "gloria nacional", también durante la posguerra.
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