martes, 28 de marzo de 2023

Miguel Hernández, el poeta necesario


El próximo día 31 de marzo se inaugura en Valencia la exposición «Miguel Hernández, el poeta necesario», organizada por el Ayuntamiento de Valencia. Gracias al comisario de la misma, mi colega José M.ª Azkárraga, he tenido la oportunidad de participar en el catálogo con un estudio acerca de los consejos de guerra del poeta. Asimismo, he realizado las gestiones necesarias para que los materiales expuestos, algunos de ellos inéditos hasta el presente, más adelante puedan incorporarse al catálogo de los incluidos en la biblioteca de autor dedicada al oriolano en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. El objetivo siempre pasa por alcanzar la mayor difusión posible para la obra y el testimonio de quien, con tanto acierto, se ha considerado «el poeta necesario».

Homenaje a los represaliados del franquismo


Hoy en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Alicante hemos celebrado el día dedicado a la memoria democrática en la Comunidad Valenciana. El acto ha consistido en la presentación de los cinco libros publicados por nuestro profesorado durante el último año que guardan relación con la memoria democrática, así como de dos de las webs auspiciadas por el Archivo de la Democracia de la Universidad de Alicante.
El acto ha sido presidido por el decano de la Facultad, José María Ferri Coll, y ha contado con la presencia de la vicerrectora de Cultura, Catalina Iliescu.
El equipo de memorialistas incluye varios profesores jubilados, pero que mantienen una gran actividad para recuperar y fortalecer la memoria de quienes fueron represaliados de la Guerra Civil y el franquismo. El acto ha servido para conjurarnos y, si el año pasado fueron tres los libros presentados y cinco los de hoy, hemos asumido el reto de publicar siete durante el próximo año para celebrar un acto similar el 28 de marzo de 2024.

lunes, 27 de marzo de 2023

Una arrolladora simpatía: Edgar Neville



Un catedrático de provincias con una escasa presencia mediática por no colaborar en la prensa lo tiene muy difícil a la hora de publicar sus monografías en una editorial comercial de primer orden, que como empresa privada aspira primordialmente a obtener un beneficio económico sin arriesgar demasiado (o nada). Algún día habrá que hablar con sinceridad acerca de este tema y, sobre todo, de la situación bochornosa de tantos colegas obligados a pagar para editar sus propios libros en unas editoriales que hacen un negocio redondo gracias a las omnipresentes acreditaciones, tan deudoras de unos índices de impacto que convendría revisar y hasta cuestionar.
A pesar de estos problemas, en 2007 tuve la oportunidad de sumarme al catálogo de Ariel, del grupo Planeta, con un libro que culminaba años de estudio dedicados a la atrayente figura de Edgar Neville. Para el título seleccioné una de sus más afortunadas definiciones, «una arrolladora simpatía», y tracé su trayectoria desde la estancia en Hollywood -véase la foto de la portada- hasta el Madrid de la posguerra, pasando por su polémica participación en la Guerra Civil.
El libro está actualmente descatalogado y debe ser adquirido en librerías de viejo, pero cuenta con una edición digital gracias a la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes y el Repositorio de la Universidad de Alicante:

 http://hdl.handle.net/10045/21576

Los consejos de guerra de Miguel Hernández


Gracias al Ministerio de Defensa y la Universidad de Alicante, hace un año pude presentar la publicación de Los consejos de guerra de Miguel Hernández. El volumen magníficamente editado incluye la reproducción facsimilar de los dos sumarios instruidos contra el poeta y un extenso estudio sobre los mismos, que me sirvió de base jurídica e histórica para la redacción de Las armas contra las letras, la próxima monografía donde analizo los consejos de guerra seguidos contra escritores, periodistas y dibujantes.

Desde entonces he impartido tres conferencias sobre el tema en Orihuela, Elche y Alicante, he colaborado en la biblioteca de autor coordinada por mi compañero José Carlos Rovira y dedicada a Miguel Hernández en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes -donde se reproducen de nuevo estos documentos- y, finalmente, he participado con un texto dedicado a los sumarios en el catálogo que próximamente se editará con motivo de la exposición dedicada al poeta bajo el patrocinio del Ayuntamiento de Valencia.

El objetivo siempre ha sido y será dar a conocer con el mayor rigor posible el trágico periplo de Miguel Hernández durante la posguerra hasta su temprano fallecimiento por culpa de la miseria carcelaria. El testimonio de esta brutal represión, como la ejercida contra decenas de miles de republicanos por entonces, nunca debe quedar en el olvido: 



jueves, 23 de marzo de 2023

Castillos de fuego, de Ignacio Martínez de Pisón


 

LA IMPORTANCIA DEL DETALLE

Castillos de fuego (2023), de Ignacio Martínez de Pisón, ha tenido una excelente acogida crítica. El autor zaragozano afincado en Barcelona apenas sorprende al lector porque, desde hace décadas, lleva adelante una tarea novelística presidida por la coherencia de unas constantes que le caracterizan con nitidez. Entre las mismas está el gusto por el detalle preciso, que es el resultado de una concienzuda tarea de documentación donde el literato se solapa con el historiador o, al menos, el creador riguroso que confía lo estrictamente necesario en la imaginación.

Esta circunstancia resulta llamativa cuando nos adentramos en una época tenebrosa como la posguerra, casi siempre parca en una información accesible que supere los lugares comunes o las obviedades. Ignacio Martínez de Pisón indica al final de su novela las monografías que le han ayudado a documentarse. El rasgo prueba su honestidad cuando algunos colegas cultivan un pretendido adanismo no exento de soberbia. Sin embargo, es evidente que la labor de documentación va más allá de esa relación bibliográfica. Lo percibimos en múltiples y pequeños detalles que salpican el relato: los nombres de las calles, las distancias de una precisa geografía urbana, las referencias a personajes de la época, el paisaje de un Madrid desbastado, la imagen de los protagonistas, el interior de los domicilios…

Todo, absolutamente todo, está cuidado con esmero para dar al detalle la importancia de un elemento protagonista. Algunos pensarán en una innecesaria demora que ralentiza el ritmo narrativo. Otros lo agradecemos como fieles lectores. Al final, el resultado es la posibilidad de adentrarte en unas coordenadas ancladas en el pasado, pero percibidas con la nitidez del observador capaz de trasladarnos su propia percepción con sencillez, dejándonos ver también a nosotros porque el mediador sabe desaparecer una vez realizada su labor con una honestidad poco frecuente.

Tras largos meses de investigación para escribir Las armas contra las letras, la lectura de esta magnífica novela de Ignacio Martínez de Pisón me ha brindado la posibilidad de vivir durante unas semanas en ese Madrid de la represión que, desde diferentes perspectivas, ambos recreamos para fortalecer la memoria de una época verdaderamente dramática porque la guerra no había terminado para muchos. La conclusión, claro está, no es solo una frase a la búsqueda del titular periodístico, sino una realidad probada con la contundencia de lo abrumador.

La experiencia de esta lectura produce escalofríos y genera preguntas de difícil respuesta, pero es absolutamente necesaria para un historiador que a menudo solo dispone de los documentos archivísticos, tan imprescindibles como alejados del pálpito cotidiano. El mismo lo recoge Ignacio Martínez de Pisón con las dotes de un observador avezado que sabe encontrar en el detalle, el más preciso y veraz, la prueba que remite a una época recreada a brochazos por otros creadores menos dispuestos al trabajo.

La enseñanza para el investigador universitario, también lector, es obvia: búsqueda constante de detalles bien seleccionados, presentados con precisión y documentados para garantizar la veracidad. El relato de la historia, con estos materiales bien escalonados, viene dado sin necesidad de recursos efectistas, sobre todo si se cuenta con la solidez narrativa de Ignacio Martínez de Pisón.

La obra de Diego San José en la BVMC


 Hace más de diez años conocí a Diego San José, uno de los nietos de quien se llamaba igual y fue uno de los escritores más populares de las primeras décadas del siglo XX. Diego había digitalizado el riquísimo archivo familiar primorosamente guardado y buscaba por entonces la colaboración de algún investigador que le ayudara a difundir la figura y la obra de su abuelo. Contagiado por su entusiasmo, me ofrecí a llevar adelante esa tarea, que se concretó en la monografía Nos vemos en Chicote, la edición de sus memorias carcelarias -véase la foto- en la editorial Renacimiento, varios artículos académicos y la edición digital de buena parte de sus obras. Esta última tarea contó con la decisiva participación de Francesca Marí, que es la responsable directa de que ya podamos disponer de las primeras ediciones digitales de las obras de Diego San José en el catálogo de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes:


Tricicle: treinta años de risas


La amistad con los miembros de Tricicle desde principios de los años ochenta ha sido un constante motivo de satisfacción como espectador de todas sus producciones e investigador que, de forma pionera y cuando la trayectoria del exitoso grupo carecía de estudios académicos, ya le dedicó una web en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes y dirigió la primera memoria de licenciatura dedicada a estos catalanes que tanto nos han hecho disfrutar.
Tras haber escrito algunos artículos sobre Tricicle, con motivo del treinta aniversario del grupo les dediqué una monografía que no se editó en libro, pero que es mi trabajo más consultado por estar presente en el catálogo del Repositorio de la Universidad de Alicante, la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes y la propia web del grupo.
Ahora que el grupo ha culminado su trayectoria, tal vez habría que escribir una nueva monografía con el título: Tricicle: cuarenta años de risas. El proyecto no lo descarto porque siempre disfruto al escribir sobre el humor, pero por lo pronto os dejo el enlace a un texto que partió de la admiración y el agradecimiento por tantos buenos momentos: