jueves, 18 de julio de 2024

Una necrológica de Antoni Pugués i Guitart


Mi colega Juan Carlos Mateos Fernández me ha facilitado el borrador de una monografía centrada en la trayectoria de Manuel Chaves Nogales entre agosto de 1936, cuando el periodista regresa a Madrid, hasta noviembre del mismo año. La obra abunda en información poco o nada atendida hasta el presente y la futura publicación contribuirá a conocer mejor al sevillano, tan interesante siempre y, a veces, mitificado con la consiguiente tergiversación de los hechos históricos.
A la espera de la publicación, para la que he sugerido algunas modificaciones, Juan Carlos Mateos Fernández me ha proporcionado una abundante documentación que me permite conocer mejor a los periodistas que fueron procesados en consejos de guerra. 
El manresano Antoni Pugués i Guitart fue uno de ellos, según lo explicado en la entrada del pasado 12 de mayo. Ya había fijado, gracias a la prensa barcelonesa, la fecha de defunción del mismo. El dato era desconocido en las pocas referencias al citado periodista. Ahora la puedo corroborar por una breve necrológica publicada en El Alcázar el 15 de noviembre de 1941. Juan Carlos Mateos Fernández ha transcrito el texto:
«víctima de una repentina angina de pecho, ha fallecido repentinamente en su casa de Ciudad Lineal el antiguo periodista don Antonio Pugués Guitart. A su viuda e hijos, especialmente a su primogénito Jorge, oficial del Ejército, expresamos nuestro más sentido pésame, al tiempo que rogamos a los lectores una oración por el eterno descanso de su alma».
La necrológica aparecería gracias a la intervención del citado oficial del Ejército, pero -como es previsible- nada dice acerca de que el «antiguo periodista» había sido apartado de su trabajo por un consejo de guerra que le condenó. Poco antes de fallecer, y probablemente por su delicado estado de salud, el manresano fue puesto en libertad, justo para morir -no tan repentinamente- en su domicilio junto a su mujer e hijos.
La aparición de la necrológica en el diario falangista es un gesto de humanidad, pero mantiene el silencio acerca de la represión. En la inmensa mayoría de los casos que he estudiado ni siquiera hubo ocasión para tener un gesto similar.

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