viernes, 31 de diciembre de 2021

Nuevos datos sobre la testigo Emilia Marroquín

 


El peculiar y sorprendente papel desempeñado por la testigo Emilia Marroquín de Pedro en el consejo de guerra de Julián Zugazagoitia y Francisco Cruz Salido ya ha sido analizado en anteriores entradas de este blog. A la información facilitada, ahora habrá que añadir la documentación localizada en el Archivo General de la Administración:

- IDD (14)012.000, caja 36/13857, exp. s/n. Expediente personal de Emilia Marroquín de Pedro, funcionaria del Ministerio de Trabajo, años 1934-1963.

- RGE 1138, caja 71/19304, exp. 454. Expediente de depuración político-social de Emilia Marroquín de Pedro, auxiliar de Jurados Mixtos, años 1939-1943.

A la espera de recibir la documentación solicitada, de estas referencias se deduce que la testigo del consejo de guerra era funcionaria del Ministerio de Trabajo desde 1934. El dato entra en contradicción con su declarada condición de empleada de la Compañía Telefónica en los juicios contra ella celebrados en el Madrid de 1937.

Asimismo, como funcionaria de dicho ministerio, en concreto, como auxiliar de los Jurados Mixtos constituidos por la legislación republicana desde 1931, Emilia Marroquín de Pedro sufrió el consiguiente proceso de depuración, que tendría un resultado positivo puesto que su expediente personal llega hasta 1963, la fecha de su jubilación o fallecimiento. 

Apenas reciba la documentación, comunicaré los nuevos datos y completaré lo escrito en anteriores entradas de este blog. Toda esta información, junto con la relacionada con los consejos de guerra de los periodistas y escritores, aparecerá en un futuro libro que ya cuenta con título provisional: Sin olvido. Los consejos de guerra de periodistas, escritores y dibujantes.



jueves, 30 de diciembre de 2021

Un monográfico sobre Fernando Fernán-Gómez



La revista Don Galán, editada por el Centro de Documentación Teatral del Ministerio de Cultura, acaba de editar su número 11, cuya parte monográfica he coordinado para participar en el centenario del nacimiento de Fernando Fernán-Gómez. Os paso el correspondiente enlace, donde podréis encontrar un excelente conjunto de artículos escritos por los compañeros que me han ayudado a sacar adelante tan merecido homenaje al maestro en tantas facetas:

 https://www.teatro.es/contenidos/donGalan/donGalanNum11/

martes, 28 de diciembre de 2021

Los testimonios judiciales de Emilia Marroquín


La funcionaria y excautiva Emilia Marroquín de Pedro testimonió a favor de Julián Zugazagoitia y, sobre todo, de Francisco Cruz Salido en el consejo de guerra de ambos celebrado en 1940. Sin embargo, su testimonio como excautiva entra en contradicción con el presentado en un juicio celebrado en 1937, cuando la madrileña se presentó ante el Juzgado n.º 8 como militante de Unión Republicana Femenina y partidaria de la II República. El análisis de tan contradictorios testimonios lo expongo en el borrador de un capítulo que se incluirá en mi próximo libro sobre los consejos de guerra de los periodistas republicanos:

viernes, 24 de diciembre de 2021

El fallecimiento de Agata Lys


La prensa acaba de dar la triste noticia del fallecimiento de Margarita García San Segundo, a la que todos conocíamos como Agata Lys desde los años setenta, cuando revolucionó una televisión todavía en blanco y negro con su aparición como azafata en Un, dos, tres... responda otra vez. Desde entonces se convirtió en una de las protagonistas del «destape» y su presencia fue abrumadora en una cultura que se abría de nuevo a una libertad donde la belleza y la sexualidad tenían un espacio destacado.
En 2016 publiqué Contemos cómo pasó. Imágenes y reflexiones de una cotidianidad (1958-1975) (Alicante, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Alicante) donde dediqué un capítulo a «Margarita García San Segundo, agraciada actriz» (pp. 209-234). El trabajo lo he completado en Ofendidos y censores, un libro todavía en prensa que pretende, entre otros objetivos, homenajear a esas mujeres que con su aparente frivolidad afrontaron situaciones realmente duras en una España todavía demasiado intolerante y pacata.
Agata Lys ha fallecido en soledad y casi olvidada, pero quedará en el recuerdo de quienes vivimos aquellos años y tenemos motivos de sobra para agradecerle su valentía de mujer libre.

Una nueva edición de las memorias de Diego San José


La editorial Renacimiento me acaba de comunicar que va a publicar una segunda edición de las memorias carcelarias de Diego San José, De cárcel en cárcel, ya que están a punto de agotarse los ejemplares de la edición publicada en 2016. 
La noticia es una prueba del interés despertado por esta obra entre quienes pretenden conocer el terrible panorama carcelario al que se enfrentaron miles y miles de republicanos durante la posguerra.
Por otra parte, la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes publicará a lo largo de 2022 una biblioteca de autor dedicada a Diego San José, que permitirá tener acceso libre a una gran parte de su amplísima producción literaria.

lunes, 13 de diciembre de 2021

Fernando Fernán-Gómez, tertuliano


Fernando Fernán-Gómez fue un creador polifacético, pero siempre me ha interesado su faceta como tertuliano, que tuvo numerosas implicaciones en su obra creativa. Gracias a la revista Don Galán, editada por el Centro de Documentación Teatral del Ministerio de Cultura, he tenido la oportunidad de coordinar un monográfico (n.º 11) dedicado a su figura con motivo del centenario de su nacimiento. En el mismo, mi contribución está centrada en esa faceta de tertuliano, que tanta sabiduría destila. El preprint del artículo ya se encuentra disponible en el Repositorio de la Universidad de Alicante:


domingo, 12 de diciembre de 2021

Los contradictorios testimonios de Emilia Marroquín

 


El testimonio de Emilia Marroquín de Pedro en el consejo de guerra seguido contra los periodistas Julián Zugazagoitia y Francisco Cruz Salido -véase foto- cuenta con un documento firmado el 20 de octubre de 1940 en su calidad de ex cautiva con el carnet 5584. A lo largo del texto se presenta como una activa partidaria de los sublevados que fue encarcelada por los republicanos y recibió la ayuda humanitaria de los dos periodistas socialistas.

Esta circunstancia me ha llevado a la consulta de los expedientes n.º 110 y 330 instruidos en el Juzgado n.º 8 de Madrid por sendos delitos de desafección a la República supuestamente cometidos por la empleada de Telefónica Emilia Marroquín de Pedro. Ambos están digitalizados y se encuentran en acceso libre a través del portal de archivos PARES.

El primer juicio tuvo lugar el 9 de febrero de 1937 y el segundo el 14 de julio del mismo año. Emilia quedó absuelta en ambas ocasiones por falta de pruebas. Las acusaciones eran propalar bulos y mantener relaciones íntimas con un significado empleado de la misma empresa que había sido expulsado y detenido por su vinculación con los sublevados.

Emilia niega las acusaciones en las respectivas declaraciones y se presenta como militante de Unión Republicana Femenina que ha votado "a las izquierdas" en las elecciones de febrero de 1936. Como es obvio, este perfil entra en contradicción con lo manifestado en octubre de 1940.

El caso merece un estudio más sosegado y la consulta de diferentes archivos. En fechas próximas espero poder aportar unas primeras conclusiones sobre este perfil contradictorio que, por otra parte, tampoco resulta extraño en aquellas circunstancias.

sábado, 11 de diciembre de 2021

El misterio de la tumba de Zugazagoitia y Cruz Salido en la prensa

 


El misterio, parcialmente aclarado, de la tumba de Julián Zugazagoitia y Francisco Cruz Salido ha saltado a la prensa con la esperanza de que nuevas informaciones nos permitan desvelar por completo lo sucedido en torno a esta apasionante historia:

https://elpais.com/espana/2021-12-10/las-hermanas-de-derechas-que-pagaron-la-sepultura-de-dos-fusilados-por-el-franquismo.html

Al mismo tiempo, Tomás Montero me informa de que Emilia Marroquín fue acusada ante los tribunales populares por una posible venganza personal sin ser una persona partidaria de los sublevados. Esta circunstancia entra en abierta contradicción con su presentación ante el tribunal militar que juzgó a los periodistas. En tal caso, sería una paradoja que una mujer republicana, tras haber sido acusada por motivos de venganza personal, se hubiera convertido en una ex-cautiva a los ojos de los vencedores y, como tal, no solamente se hubiera librado de la represión, sino que también hubiera podido mostrar su solidaridad con los juzgados.

La historia debe ser completada con nuevas consultas documentales y, con lo ayuda de todos los interesados, lo intentaremos para desvelar mejor un misterio bastante significativo de unos tiempos revueltos.

viernes, 10 de diciembre de 2021

El consejo de guerra de Julián Zugazagoitia y Francisco Cruz Salido


Gracias al personal del Archivo General e Histórico de Defensa, he conseguido analizar el sumario del consejo de guerra de los periodistas Julián Zugazagoitia y Francisco Cruz Salido (n.º 100.159). Al igual que otros procesos contra los escritores, periodistas y dibujantes republicanos, el citado está repleto de irregularidades y carece de las mínimas garantías jurídicas. El análisis lo podéis consultar en el siguiente enlace:

Nota:
El correspondiente capítulo aparecerá en el ensayo Las armas contra las letras. Los consejos de guerra de periodistas y escritores, 1939-1945, coeditado por el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Alicante y la editorial Renacimiento.

jueves, 9 de diciembre de 2021

El testimonio de Emilia Marroquín de Pedro a favor de Zugazagoitia y Cruz Salido


El interés por sacar del anonimato a quien había comprado la sepultura y, posteriormente, puesto la lápida que nos permiten honrar la memoria de los periodistas Julián Zugazagoitia Mendieta y Francisco Cruz Salido surge al estudiar el sumario 100.159 depositado en el Archivo General e Histórico de Defensa. En el mismo observé el valiente testimonio de Emilia Marroquín de Pedro y después consulté una noticia publicada en El País el 13 de febrero de 2014, donde el periodista Diego Barcala explica que un nieto del primero andaba en búsqueda de Sabina Marroquina, la persona que figura como propietaria de la sepultura tras haber abonado 760 pesetas el mismo día en que los periodistas socialistas fueron ejecutados en el madrileño cementerio del Este.
Las consultas en los archivos militares nos permiten observar múltiples errores en la transcripción de los apellidos y enseguida asocié Marroquín con Marroquina. Sin embargo, quedaba por saber de Sabina, que podía haber sido un nombre falso utilizado para evitar problemas tras comprar una sepultura destinada a honrar la memoria de dos fusilados. El enigma se solucionó, en colaboración con Tomás Montero, al consultar la hemeroteca digital de la BNE. En su catálogo figura el diario La Acción, en cuyo número del 16 de mayo de 1921, página, 4, aparece un listado de señoritas que participan en la Fiesta de La Flor. Allí estaban las hermanas Sabina y Emilia Marroquín de Pedro.
El testimonio de Emilia es excepcional por varias razones. Pocas mujeres testimoniaron a favor de los encausados en aquellos consejos de guerra, y menos siendo ex cautivas con carnet tras haber permanecido en las cárceles republicanas. Emilia lo hizo, por escrito y oralmente, con una sorprendente precisión en los datos, aunque no conmovió a los miembros del tribunal, que también hicieron caso omiso de testimonios tan elocuentes como el del novelista Wenceslao Fernández Flórez.





Una vez condenados sus salvadores, Emilia se desplazó a la cárcel de Porlier para ayudarles y, en compañía de su hermana, comprarían ambas la sepultura para terminar colocando una lápida que hasta ahora ha constituido un misterio.
Emilia no solo fue una mujer con coraje y dignidad en 1940. Aparte de haber participado en un grupo teatral de aficionados, en 1931 se presentó como taquimeca en unas pruebas organizadas por el Ayuntamiento de Madrid, no obtuvo la plaza por algún manejo, protestó en la prensa y, al final, le dieron la razón. Dos años después, participó en unas oposiciones del Ministerio de Obras Públicas y supongo que obtendría una plaza, pues en el consejo de guerra se presenta como funcionaria. En 1968, ya cerca de la jubilación, Emilia todavía tenía ánimos para reclamar sus trienios. Esta información de procedencia periodística permanece a la espera de su debida comprobación.
Apenas tenemos otros datos de Emilia -salvo los proporcionados por Cipriano Rivas Cherif- a la espera de poder consultar su expediente en el Archivo General de la Administración. En cualquier caso, una mujer taquimeca y funcionaria durante la II República que, tras una guerra, es capaz de declarar ante un tribunal presidido por un general para defender a quienes habían sido capturados por la Gestapo merece nuestro recuerdo y pequeño homenaje.
Quede aquí constancia de mi deseo de encontrar a sus descendientes para que mi colega José María Villarías Zugazagoitia y demás familiares de los periodistas fusilados puedan, si así lo consideran oportuno, darles las gracias por un gesto hermoso que prueba la bondad de algunas personas en las más adversas circunstancias.

miércoles, 8 de diciembre de 2021

Nuevas precisiones sobre el misterio de la tumba de Julián Zugazagoitia y Francisco Cruz Salido


Gracias a amigos como Tomás Montero, hoy mismo, tras publicar la anterior entrada, ya tenemos más datos acerca del misterio de la tumba con los restos de los periodistas Julián Zugazagoitia Mendieta y Francisco Cruz Salido. La compra de ambas sepulturas ascendió a 760 pesetas, según los recibos exhumados en un reciente volumen, Morir en Madrid, 1939-1944, publicado por la editorial Antonio Machado en 2020.
Emilia Marroquín de Pedro era en realidad Florencia Emilia, tal y como queda reflejado en un BOE de 1968, cuando la funcionaria ya estaría cerca de la jubilación y pleiteaba para el reconocimiento de todos sus trienios. Vista la prensa anterior a la guerra, Florencia Emilia tenía experiencia en mostrarse reivindicativa, pues también promovió una protesta contra la adjudicación de las plazas en unas oposiciones de mecanógrafas o taquimecas del Ayuntamiento de Madrid (La Nación, 28-II-1931). Aunque no todo sería cuestión de buscar trabajo, pues la muchacha también tuvo tiempo de intervenir como actriz aficionada en alguna representación oportunamente reseñada por la prensa (La Nación, 12-I-1926).
Y, por último, Sabina Marroquina no es un nombre completamente falso o inventado, ya que Florencia Emilia acudió a la Fiesta de la Flor celebrada en mayo de 1921 con su hermana Sabina Marroquín de Pedro. Allí ambas jóvenes compartirían una jornada benéfica con otras señoritas en una especie de fiesta de la Banderita de la época (La Acción, 16-V-1921).
Nada, en definitiva, les hacía esperar las trágicas experiencias vividas durante la guerra y, ni mucho menos, las de una posguerra donde ambas hermanas mostraron una insólita solidaridad con dos periodistas ejecutados.

El misterio de la tumba de Julián Zugazagoitia y Francisco Cruz Salido

 


Los periodistas socialistas Julián Zugazagoitia y Francisco Cruz Salido fueron fusilados en las tapias del madrileño cementerio del Este a las 6 horas y 45 minutos del 9 de noviembre de 1940. El destino previsible era una fosa común, pero se les enterró localizando e identificando sus restos. Concretamente, el vasco fue enterrado «en sepultura perpetua de 2.ª, cuartel n.º 74, manzana n.º 20, letra D, cuerpo n.º 1». Su colega andaluz es el cuerpo n.º 2 de las mismas coordenadas.
Una tal Sabina Marroquina mandó colocar, probablemente en connivencia con algún empleado o funcionario del cementerio, una lápida en forma de libro abierto que identificaba a los dos periodistas fusilados. El hecho es insólito en el marco de la posguerra y ha llamado la atención de familiares, historiadores y periodistas, que consideraban imposible identificar a quien había utilizado un nombre falso para llevar a cabo su acto de reconocimiento y solidaridad.
La aclaración del misterio es sencilla a la vista del voluminoso sumario 100.159 depositado en el Archivo General e Histórico de Defensa. En el mismo aparece la valiente intervención, como testigo de la defensa, de una joven funcionaria que se presenta ante los militares provista del carnet de ex cautiva: Emilia Marroquín de Pedro.
La mujer había sido encarcelada durante la guerra en Madrid bajo la acusación de fascista, pero salvó la vida gracias a la intervención de los dos periodistas, quienes -según su detallado testimonio escrito y firmado- también actuaron de manera similar con otros perseguidos.
El testimonio de la ex cautiva, que se suma a otros de destacadas personalidades del régimen, no fue tenido en cuenta por el tribunal militar, que el 21 de octubre de 1940 dictó cinco condenas a muerte y una a treinta años para unos republicanos que fueron, de hecho, «secuestrados» en Francia con la colaboración del ejército alemán para ser llevados a la frontera.
Emilia Marroquín de Pedro extendió su agradecimiento a los periodistas visitándoles en la cárcel de Porlier cuando estaban en capilla y haciéndose cargo de lo poco que dejaron: «las maletitas y la ropa de ambos». Emilia era desgarbada y nerviosa según el testimonio de Cipriano Rivas Cherif, pero también fue una mujer corajuda capaz de dar nombre a unos restos depositados en un cementerio donde tantas víctimas del franquismo permanecían anónimas.

lunes, 6 de diciembre de 2021

El fiscal Ramón de Orbe y Miguel Hernández

 


En el sumario 21001 depositado en el Archivo General e Histórico de Defensa intervienen dos fiscales: Ramón de Orbe y Gómez Bustamente (1891-1983) y, por delegación de quien era fiscal jefe, posteriormente Leopoldo Huidobro Pardo. La intervención del primero pidiendo la pena de muerte para el poeta está fechada el 28 de septiembre de 1939, justo cuando el procesado había sido excarcelado por una falta de coordinación entre las autoridades judiciales y las carcelarias. La imagen abajo reproducida prueba esta intervención:


Algunas trabajos biográficos sobre Miguel Hernández recogen este nombre del fiscal, pero no me consta que se hayan interesado por su trayectoria. Veamos lo fundamental de la misma a la espera de ampliar los datos en futuros estudios.

Ramón de Orbe y Gómez Bustamante era abogado del Estado y coronel auditor del Cuerpo Jurídico Militar colegiado en Madrid (patrimoniodocumental.icam.es). Continuó su labor como fiscal en el Tribunal especial para la represión de la masonería y el comunismo antes de terminar su carrera como presidente del Tribunal Superior de Contrabando (BOE, 24-VI-1958), general (Diario de Burgos, 19-XII-1953) y visitante del Pardo para ser recibido por el Caudillo (Diario de Burgos, 14-I-1970). A lo largo de su brillante trayectoria en el franquismo, fue nombrado Auditor General (BOE, 29-IX-1947), auditor de la Capitanía General de la I Región Militar (BOE, 6-X-1947), jefe superior de primera del cuerpo de abogados del Estado (BOE, 4-II-1948), asesor jurídico del Ministerio del Ejército (BOE, 29-I-1950), director general de Aduanas (BOE, 23-VII-1953), consejero togado del Cuerpo Jurídico Militar (BOE, 18-XII-1953) y director general del Patrimonio del Estado (BOE, 13-V-1957) antes de pasar a la reserva (BOE, 9-XI-1959).

Consultada su hoja de servicios militares, cabe añadir que el 30 de agosto de 1939 (BOE, n.º 246) fue destinado a la Fiscalía Jurídico Militar de la I Región Militar, como Fiscal Jefe, a cuyo destino se incorporó en la plaza de Madrid. Según la misma fuente documental, permaneció en dicho destino hasta el 28 de febrero de 1940 y de ahí procede su intervención en el proceso seguido contra Miguel Hernández.

Los datos expuestos pueden contener algún error o ser completados con otros igualmente significativos. Los pongo a disposición de los historiadores para contrastar mi información con vistas a la coedición de los sumarios del poeta por parte del Ministerio de Defensa y la Universidad de Alicante que se publicará en marzo de 2022.

domingo, 5 de diciembre de 2021

El comandante Pablo Alfaro Alfaro y Miguel Hernández


Las biografías de Miguel Hernández publicadas durante la actual etapa democrática han divulgado en reiteradas ocasiones el nombre del presidente del tribunal que juzgó a Miguel Hernández y le condenó a muerte: el comandante Pablo Alfaro Alfaro. Sin embargo, poco o nada se sabe de este oficial al margen del nombre completo y de su firma en la sentencia del poeta. Una simple consulta a la hemeroteca digital de ABC nos permite descubrir un dato inédito hasta ahora: su fallecimiento el día 24 de marzo de 1966. La esquela publicada en la página 138 del número correspondiente al 27 de marzo de dicho diario así lo indica:

El dato queda corroborado en la necrológica del oficial del Ejército publicada en la Hoja Oficial del Lunes del 4 de abril de 1966. Este texto a su vez nos confirma que uno de sus hijos fue el prestigioso poeta falangista José M.ª Alfaro, que figura en varias de las biografías de Miguel Hernández como uno de los intelectuales afines al régimen que pretendieron ayudar al poeta condenado a muerte. El dato de esta relación familiar hasta ahora no me consta que haya sido publicado y, como es lógico, invita a la reflexión acerca del carácter de dicha ayuda.
Consultada su hoja de servicios como militar, el oficial Pablo Alfaro Alfaro nació en Burgos el 15 de enero de 1880 e ingresó en el Cuerpo de Infantería en 1898. Retirado como comandante a raíz de las reformas promovidas por los decretos de 25 y 29 de abril de 1931 -el resumen de esta normativa legal para regular el retiro voluntario de generales, jefes y oficiales se puede consultar en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra del 11 de agosto de 1931, pp. 579-580-, Pablo Alfaro Alfaro tuvo que demostrar no haber colaborado con los republicanos ante el juez instructor del Juzgado Especial de Jefes y Oficiales en mayo de 1939. Ese mismo mes empezó a prestar sus servicios en la Auditoría de Guerra del Cuerpo de Ejército del Guadarrama y el 15 de junio de 1939 (BOE, n.º 158) fue nombrado presidente del Consejo de Guerra Permanente n.º 5.  Según su hoja de servicios depositada en el Archivo General Militar de Segovia, el oficial Pablo Alfaro Alfaro permaneció «reingresado y como Juez Permanente hasta fin de diciembre de 1940». El consejo de guerra de Miguel Hernández tuvo lugar en enero de dicho año. 
Estos datos, y los del resto de los oficiales que integraron el citado tribunal, quedarán ampliados en mi estudio de los sumarios 21001 y 4487 incluido en la coedición de los mismos a cargo del Ministerio de Defensa y la Universidad de Alicante.

jueves, 2 de diciembre de 2021

Agradecimiento al personal del Archivo General e Histórico de Defensa

 


La investigación culminada el 15 de noviembre de 2021 para la edición de los sumarios de Miguel Hernández ha sido intensa, pero habría resultado inviable sin la colaboración y la amabilidad del personal del Archivo General e Histórico de Defensa. Quede aquí constancia de mi agradecimiento por su decisiva ayuda, que seguirá siendo fundamental para culminar la investigación sobre todos los consejos de guerra seguidos contra escritores, periodistas y dibujantes. De hecho, ahora mismo estoy trabajando sobre los de Julián Zugazagoitia y Francisco Cruz Salido, dos periodistas socialistas que acabaron ante un pelotón de fusilamiento.

La Historia sería un imposible sin la ayuda de los archiveros, que custodian y ponen a disposición de los investigadores una documentación imprescindible para trabajar con el debido rigor. Muchas gracias y seguimos en el empeño común de desvelar lo sucedido durante aquella trágica posguerra.

El consejo de guerra instruido en Orihuela, Elche y Alicante contra Miguel Hernández (4)

 


El sumario 4487, depositado en el Archivo General e Histórico de Defensa (véase foto superior) incluye hasta dobles personalidades, al menos aparentemente. En la declaración del procesado que tuvo lugar el 28 de septiembre de 1939, aparece un subinspector como presente en la misma. Véase el documento abajo reproducido:


El mismo Hermenegildo Riquelme García figura en una declaración como testigo de cargo que tuvo lugar en el juzgado militar de Orihuela el 12 de diciembre de 1939. Los policías que intervienen en las detenciones e interrogatorios remiten al juez sus informes o diligencias, pero no declaran como testigos durante la instrucción de los consejos de guerra. Sin embargo, en esta ocasión el también casado y vecino de Orihuela figura como "empleado". Tal vez bajo esta nueva personalidad se considerara lícita su declaración, que tuvo lugar cinco días después de remitido al tribunal el auto resumen del sumario 21001. El dislate jurídico merece una reflexión sobre el rigor procedimental de estos procesos.

La sorprendente transformación de quien acusó con dureza a Miguel Hernández fue puesta de relieve por Enrique Cerdán Tato en su edición del sumario 4487 (Elche, Ayuntamiento de Elche, 2010). Mi trabajo para el Ministerio de Defensa y la Universidad de Alicante es un intento de culminar lo investigado con empeño por Enrique y tantos otros amigos o colegas.


El consejo de guerra instruido en Orihuela, Elche y Alicante contra Miguel Hernández (3)

 


A partir de la documentación conservada en el sumario 4487 depositado en el Archivo General e Histórico de Defensa (véase foto superior), los jueces instructores de Orihuela, Elche y Alicante siempre fueron conscientes de la existencia del sumario 21001 en el Juzgado Militar de Prensa. Los documentos que así lo prueban son numerosos.

El 23 de octubre de 1939, el juez Manuel Martínez Gargallo se dirigió al juzgado militar de Orihuela para que se inhibiera en el caso de Miguel Hernández, diera traslado de lo actuado y remitiera al preso a una cárcel de Madrid. Véase en este sentido el documento abajo reproducido, al que podríamos añadir otros para completar las referidas peticiones:


Las gestiones del juez Manuel Martínez Gargallo se multiplicaron durante las siguientes semanas hasta que, al menos, a principios de diciembre consiguió que Miguel Hernández volviera a Madrid para ser definitivamente llevado a la presencia del tribunal de su consejo de guerra. Sin embargo, el juzgado de Orihuela no se inhibió en el caso del poeta, continuó con sus actuaciones incluso después de remitir al procesado y, sobre todo, nunca dio traslado de lo actuado al Juzgado Militar de Prensa.

Manuel Martínez Gargallo y su secretario, vista la documentación, eran plenamente conscientes de esta irregularidad cometida por el juzgado militar de Orihuela, pero en enero de 1940 el juez firmó el definitivo auto resumen, que fue elevado al tribunal con más folios que en la primera ocasión -según se hace constar- sin tener en cuenta las circunstancias que justifican ese mayor número de documentos: las actuaciones derivadas de una instrucción paralela en Orihuela. 

La irregularidad de este comportamiento de los juzgados militares de Madrid y Orihuela es notable si tenemos en cuenta lo estipulado por el entonces vigente Código de Justicia Militar. Este motivo de nulidad legal ya fue señalado en la magnífica tesis doctoral de Ignacio Jaime Tébar Rubio-Manzanares y lo desarrollo con nuevos argumentos legales en el estudio que acompañará a la coedición de los consejos de guerra de Miguel Hernández por parte del Ministerio de Defensa y la Universidad de Alicante.

miércoles, 1 de diciembre de 2021

El consejo de guerra instruido en Orihuela, Elche y Alicante contra Miguel Hernández (2)

 


El sumario 4487, depositado en el Archivo General e Histórico de Defensa, incluye entre sus documentos el aval en defensa de Miguel Hernández firmado por el falangista Juan Bellod Salmerón. El significativo documento está fechado, como se puede observar en la imagen abajo reproducida, el 24 de mayo de 1939, cuatro meses antes de que se iniciara la instrucción del citado sumario en Orihuela. 


Vista la fecha, es obvio que el aval del compañero de redacción de El Gallo Crisis en realidad venía motivado por la instrucción del sumario 21001 por parte del Juzgado Militar de Prensa, al que el juzgado oriolano debería haber remitido todas las actuaciones de su instrucción, según lo establecido en el entonces vigente Código de Justicia Militar. No se hizo así y la ausencia de este aval contribuyó a la indefensión del poeta ante el tribunal que le juzgó en Madrid.

Al igual que en anteriores ocasiones, quedo a la espera de las oportunas observaciones de los especialistas para, en su caso, corregir posibles errores en mi interpretación de los documentos. Las implicaciones de esta notoria irregularidad procesal aparecerán desarrolladas en el estudio que acompañará la coedición de los sumarios por parte del Ministerio de Defensa y la Universidad de Alicante.

El consejo de guerra instruido en Orihuela, Elche y Alicante contra Miguel Hernández (1)


Miguel Hernández fue objeto de dos consejos de guerra paralelos y simultáneos: el 21001 y el 4487. Ambos sumarios se encuentran depositados en el Archivo General e Histórico de Defensa. En este último, iniciado en Orihuela, también hay datos que debieran hacer rectificar lo escrito hasta ahora sobre la detención del poeta en su ciudad natal, que la bibliografía hernandiana sitúa entre el 28 y el 29 de septiembre de 1939. Sin embargo, el auditor que manda instruir el sumario 4487 firma el correspondiente documento el día 26 de dicho mes, según se observa en el fragmento abajo reproducido:


En todos los sumarios hasta ahora analizados, he constatado que el auditor manda instruir un sumario solo cuando el procesado ya está preso y casi siempre a resultas de las primeras actuaciones de la policía militar o de agentes civiles. Nunca he visto hasta ahora que se mande instruir un sumario contra alguien que todavía está libre. Por lo tanto, cabe pensar que Miguel Hernández fuera detenido en Orihuela antes del 26 de septiembre de 1939 y no con posterioridad a esta fecha.

Al igual que en anteriores ocasiones, quedo a la espera de las observaciones que me puedan aportar los especialistas e historiadores para corregir posibles errores en mi trabajo que será coeditado por el Ministerio de Defensa y la Universidad de Alicante.

Errores e irregularidades en el proceso de Miguel Hernández (10)

 


Una vez ratificada por el auditor la sentencia del tribunal de un consejo de guerra, cuando la misma era la muerte del procesado se remitía al general Franco para el correspondiente "enterado" y mientras tanto se suspendía su ejecución. 

Al cabo de seis meses, el 25 de junio de 1940 el Caudillo decidió conmutar la pena de muerte dictada contra Miguel Hernández en el sumarísimo de urgencia 21001 (Archivo General e Histórico de Defensa) por la de inferior grado, es decir, por la de treinta años de reclusión. Así se indica en el fragmento abajo reproducido:


Sin embargo, el ministro de Educación Nacional José Ibáñez Martín, en carta a Dionisio Ridruejo fechada en Madrid el 7 de enero de 1940 y conservada como copia en su archivo personal, ya indica al líder falangista que la decisión de conmutar la pena de muerte del poeta estaba prácticamente adoptada por Franco a instancias de tres de sus ministros, incluso antes de que fuera dictada la sentencia condenatoria del consejo de guerra. 

Al margen de que el general Franco nunca era claro o explícito sobre estas cuestiones, ni sobre otras muchas, ¿por qué se retrasó seis meses la correspondiente comunicación al auditor? La explicación de este retraso, que también se da en otros procesos analizados, es uno de los hilos conductores de mi estudio, que cuestiona el papel decisivo supuestamente asumido por algunos intelectuales falangistas en la conmutación de la pena de muerte de Miguel Hernández.

Este tema es complejo porque recurre a hipótesis para su interpretación y requiere un desarrollo por extenso, No obstante, cabe subrayar aquí el antecedente de la citada carta, apenas tenida en cuenta por la bibliografía hernandiana, a la espera de la publicación de los sumarios de Miguel Hernández por parte del Ministerio de Defensa y la Universidad de Alicante, que incluye el estudio al que aludo. Mientras tanto, quedo a la espera de las observaciones de quienes son especialistas en el tema para corregir posibles errores.