La prensa acaba de dar la triste noticia del fallecimiento de Margarita García San Segundo, a la que todos conocíamos como Agata Lys desde los años setenta, cuando revolucionó una televisión todavía en blanco y negro con su aparición como azafata en Un, dos, tres... responda otra vez. Desde entonces se convirtió en una de las protagonistas del «destape» y su presencia fue abrumadora en una cultura que se abría de nuevo a una libertad donde la belleza y la sexualidad tenían un espacio destacado.
En 2016 publiqué Contemos cómo pasó. Imágenes y reflexiones de una cotidianidad (1958-1975) (Alicante, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Alicante) donde dediqué un capítulo a «Margarita García San Segundo, agraciada actriz» (pp. 209-234). El trabajo lo he completado en Ofendidos y censores, un libro todavía en prensa que pretende, entre otros objetivos, homenajear a esas mujeres que con su aparente frivolidad afrontaron situaciones realmente duras en una España todavía demasiado intolerante y pacata.
Agata Lys ha fallecido en soledad y casi olvidada, pero quedará en el recuerdo de quienes vivimos aquellos años y tenemos motivos de sobra para agradecerle su valentía de mujer libre.
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