Mi buen amigo José Luis Melero ha publicado en su columna del Heraldo de Aragón un comentario sobre Un franquismo con franquistas, donde demuestra que, con solo citar los datos incuestionables, el cine español dio buena cuenta de lo que acabó siendo el franquismo. Merece la pena leerlo para sonreír y recordarlo.
He leído estos días el último libro de Juan A. Ríos Carratalá, ‘Un franquismo con franquistas’, y he caído en la cuenta de cómo la historia del cine franquista refleja, mejor que el ensayo más sesudo, la descomposición ideológica del Régimen. Ignacio F. Iquino, que había dirigido películas como ‘Alma de Dios’ (1941), ‘El Judas’ (1952) y ‘La pecadora’ (1954), acabaría su carrera con ‘La zorrita en bikini’ (1975) -con una escultural Esperanza Roy seduciendo a José Sazatornil-, ‘¿Podrías con cinco chicas a la vez?’ (1979) y ‘La caliente niña Julieta’ (1980). Pedro Lazaga, también catalán de Valls, como Iquino, que estuvo en la División Azul y que rodó ‘La fiel infantería’, en 1960, basada en la novela del mismo título del contumaz falangista Rafael García Serrano, dirigió al final de sus días películas como ‘Una mujer de cabaret’ (1974), ‘Tres suecas para tres Rodríguez’ (1975) o ‘El alegre divorciado’(1976). Rafael Gil, que firmó ‘Reina Santa’ y ‘La fe’, ambas en 1947, y llevó al cine ‘La vida nueva de Pedrito de Andía’ del número uno del escalafón de los camisas viejas, Rafael Sánchez Mazas, acabó adaptando para el cine algunas novelas de Fernando Vizcaíno Casas (“para el recreo de los caballeros de bragueta alegre”, nos dice Ríos Carratalá) y rodando con Tania Doris ‘La alegres chicas de Colsada’, en 1984. José Vicente Puente, el olvidado escritor falangista, cuñado de Giménez-Arnau, que escribió una comedia con Foxá (‘Gente que pasa’), en 1944, se metió en el mundo del cine por su amistad con Cesáreo González, que lo hizo asesor de Suevia Films, y terminó siendo coguionista de comedias del destape como ‘La enfermera, el marica y el cachondo de don Pepino’ (1981). Y el caso más llamativo, por lo que había significado, fue el de José Luis Sáenz de Heredia, primo hermano de José Antonio Primo de Rivera y director oficial del franquismo con películas como ‘Raza’ (1942) y ‘Franco, ese hombre’ (1964), que se despidió tristemente del cine, en 1975, con ‘Solo ante el streaking’. Todos ellos habían ganado la guerra. Pensar que provocaron una guerra para esto... Pero es que su jefe y caudillo, mientras tanto, jugaba todos los domingos a las quinielas (cobró un premio en 1967), se dedicaba a ver películas en El Pardo (vio 470 películas nacionales y 1.492 extranjeras, nos dice Ríos Carratalá, todas con su No-Do correspondiente) y, cuando llegó la tele, nunca se perdía ‘Bonanza’, ‘Reina por un día’ y ‘Crónicas de un pueblo’. Esto es lo que hubo. Y aun sabido, no deja de asombrarnos.
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