Las investigaciones para escribir un ensayo suelen deparar anécdotas y circunstancias que no siempre se reflejan en el texto publicado. A veces son fruto de una rutina poco conocida por el lector, en otras ocasiones resultan tan desagradables como dignas del olvido y, finalmente, hay ocasiones en que se convierten en motivo para el recuerdo y el agradecimiento.
En Petróleo, monjas y poetas. Otras historias de 1964 he tenido la oportunidad de reconstruir la trayectoria biográfica del inventor Arturo Estévez. El objetivo me permitió entrar en contacto con su hijo Arturo, que amablemente me remitió a su hija Mercedes, que por entonces también iba a la búsqueda de las huellas de su abuelo. Pronto pudimos colaborar y el contacto se extendió a su prima Marina y a su tía del mismo nombre. Otros familiares también me ayudaron con sus testimonios y sugerencias. El resultado es un capítulo donde intento alumbrar la trayectoria de un inventor que saltó a la palestra y a la popularidad con discutibles argumentos científicos, pero con una evidente voluntad de rebelarse contra la resignación de una España todavía en blanco y negro.
Una vez publicado el libro y cuando el mismo pasa a ser propiedad de los lectores, quisiera dejar constancia pública de mi gratitud a toda una familia que me ha permitido conocer, con extrema amabilidad, los problemas y las vicisitudes de un inventor.
Nota añadida:
El preprint de Petróleo, monjas y poetas se puede consultar en el catálogo del Repositorio de la Universidad de Alicante:
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