De mentiras y franquistas
de Juan A.
Ríos Carratalá
Construir un entramado
sociopolítico como supuso la dictadura franquista habría sido prácticamente
imposible sin contar con uno de los elementos que, de forma inherente, han
estado presentes a lo largo de toda la historia de la humanidad: la mentira. Su
protagonismo en esta ocasión fue clave para modelar un país bajo el yugo de los
vencedores de una cruenta e injustificada Guerra Civil (1936-1939), que había
dividido a todo el territorio y castigado violentamente a los derrotados. A
partir de ese instante, la falta de transparencia por parte del gobierno, acompañada
de un férreo control y una propaganda presente en todas las esferas de la vida
cotidiana de los españoles, fue una constante durante los cuarenta años que
duró el régimen liderado por Franco. De
mentiras y franquistas aborda
algunas de las historias, protagonistas y acontecimientos que contribuyeron a tejer
uno de los episodios más longevos y grises de la historia contemporánea
nacional.
Juan Antonio Ríos Carratalá,
catedrático de Literatura Española en la Universidad de Alicante, ha desarrollado
a lo largo de su carrera académica una línea de investigación que profundiza en
los pormenores del franquismo a través de temas vinculados con el humor y la
ficción, tanto en cine como en literatura y teatro. Entre sus obras se
encuentran Usted puede ser feliz.
La felicidad en tiempos del franquismo (2013), Nos vemos en
Chicote. Imágenes del cinismo y el silencio en la cultura franquista (2015), Contemos cómo pasó. Imágenes y reflexiones de una cotidianidad,
1958-1975 (2016) o Un franquismo con franquistas (2019). Una vez más dentro de la editorial
Renacimiento, continúa con De
mentiras y franquistas aportando luz
y nuevos datos desde un enfoque abierto y plural.
Como en otras ocasiones, la
publicación va más allá y pone el foco de atención en personajes y anécdotas
que quedan fuera de los libros de texto. Embusteros y estratagemas que el tiempo
ha silenciado, pero cuyos actos contribuyeron a edificar el gran aparato franquista.
Introducción y epílogo funcionan a modo de paréntesis de siete capítulos que recorren
la historia de la dictadura y de un país que quedó secuestrado emocionalmente
por un régimen déspota y autoritario. El recorrido comienza con el empresario teatral
conocido como Matías Colsada -su nombre real era Matías Yáñez Jiménez-, dueño
del Apolo de Barcelona. Emprendedor y trabajador incansable para la prensa de
la época, el juego de favores e intereses que intercambió con el poder logró
ocultar un pasado vinculado con las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). Sus
casi noventa años de vida quedaron marcados por una trayectoria caracterizada
por diferentes escándalos económicos y amorosos -no siempre separados entre
sí-.
Aunque el machismo esgrimido por
el gobierno franquista queda presente a lo largo de todo el libro, el autor
dedica varias páginas a ilustrarlo con ejemplos concretos. Es lo que ocurre con
el capítulo “La leyenda del bikini”, donde a través de las ¿hazañas? del alcalde
de Benidorm, Pedro Zaragoza, se desmonta la idea de un cierto pionerismo en el
uso de la prenda de baño en la localidad mediterránea: «El supuesto decreto
municipal que autorizaba, en 1953, la utilización del bikini en las playas de
Benidorm nunca ha sido visto por quienes han indagado acerca de esta historia,
la han divulgado con verdadera alegría y hasta la han convertido en una especie
de seña de identidad de la ciudad turística» (p. 113). También cuando habla del
consultorio sentimental de Elena Francis, un programa de radio que, guionizado
en exclusiva por Juan Soto Viñolo desde 1966, durante décadas adoctrinó a las
mujeres españolas en los valores de subordinación y sacrificio.
Tras ellos, Ríos Carratalá inserta
el texto “El prestigio de una obra maldita: La noche no se acaba
(1951)”, corroborando situaciones similares de incongruencia burocrática y
administrativa en el ámbito cultural, concretamente en el teatro. Con “Mentiras
para no dormir” da el salto a los medios de comunicación, y lo hace narrando
uno de los primeros ejemplos de “protosensacionalismo” en el país: el episodio
del martirio de la niña Josefina Vilaseca Alsina, la “María Goretti catalana”. La
historia, no exenta de morbo y hechos de dudosa credibilidad, muestra como «el
concepto vinculado con la pureza gozó de la omnipresencia a lo largo de la
Victoria y operó en la psicología colectiva, que fue modulada por los propagandistas
con una insistencia digna de mejor causa» (p. 234). La pequeña pantalla también
tiene su espacio en este capítulo, y haciendo honor a su título, lo hace a
través de la serie Historias para
no dormir de Narciso Ibáñez
Serrador.
El libro no prescinde tampoco de
Justo Gil, un personaje ficticio nacido de la pluma de Ignacio Martínez Pisón.
En El día de mañana (2011) -novela adaptada por Mariano Barroso
en forma de serie para Movistar+ (2018)-, el escritor aragonés disecciona la
vida de un campesino emigrante que, valiéndose de sus dotes como seductor nato y
malabarista del engaño, acaba convirtiéndose en confidente en la Barcelona de
los años sesenta. El autor pone el punto final de su particular viaje con “La
mentira de las asignaturas pendientes”, donde analiza, una vez terminada la
dictadura franquista, algunos de los mensajes que todavía continuaban anclados
en un pasado que obstaculizaba el progreso del país.
De mentiras y franquistas supone un peldaño más hacia la búsqueda de una visión completa y objetiva de lo que supuso la dictadura franquista en España. Apostar por visibilizar todos sus pormenores significa caminar hacia un futuro justo e igualitario, ya que, como defiende el propio Ríos Carratalá, «frente a la tendencia a situarnos en un presente absoluto, necesitamos proteger la memoria y alimentarla para sabernos situados en un punto concreto de la historia. La alternativa es la pérdida de identidad» (p. 370). Entre las virtudes de la publicación está la mirada crítica y reflexiva hacia unos hechos que no deben quedar en el olvido, y que invitan al lector a realizar un ejercicio de empatía histórica hacia su pasado más reciente. A partir de ahí de nosotros depende que, como dice el refrán, la mentira tenga las patas cortas.
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