miércoles, 11 de diciembre de 2024

Teatro y cine en la España del siglo XX (7): Ay, Carmela, de José Sanchis Sinisterra


 

Ay, Carmela (1986), de José Sanchis Sinisterra, es una historia de amor. La definición puede resultar sorprendente al lector o el espectador, ya que esta destacada y tantas veces representada obra se vincula siempre con la memoria de la Guerra Civil. La vinculación cuenta con razones obvias y se enmarca en el deseo del autor de homenajear la memoria de quienes, como Carmela, acabaron enterrados en una fosa común o anónimamente. Su destino es el olvido, aquel que Paulino trata de evitar con desespero cada vez que recupera la imagen de quien ya es un fantasma del pasado. Ahora bien, ese deseo de hablar, compartir y recordar con la sombra de alguien vivo se basa en el amor y no tanto en postulados ideológicos o políticos, que nunca operan en el comportamiento de un Paulino cuya única pretensión es reivindicarse como artista.

El público es consciente de la determinante presencia de la Guerra Civil, pero a través del incesante diálogo entre los dos protagonistas conoce una peculiar historia de amor. Paulino y Carmela muestran a lo largo de la obra unas caracterizaciones contrapuestas que les conducen a destinos también diferenciados. La pasión, el sentimiento y la sinceridad de ella están lejos del cinismo calculador que a menudo muestra el acomodaticio y acobardado compañero. Ambos artistas de variedades carecen de la voluntad de ser héroes, pero afrontan una situación límite por culpa de la guerra y la represión que les amenaza. La prueba, cifrada en la organización de una velada en homenaje a las tropas del general Franco con la presencia de los brigadistas internacionales que van a ser fusilados, los llevará a respuestas distintas. Carmela cae asesinada al final de la representación y Paulino se salva tras aceptar la humillación en el propio escenario, pero le conocemos barriéndolo -lejos de su aspiración a convertirse en un artista- y también acaba como un derrotado.

La lectura ideológica es inevitable y responde a las intenciones de José Sanchis Sinisterra, que escribió su obra como respuesta crítica a la celebración oficial del cincuentenario de la Guerra Civil. Sin embargo, buena parte del éxito responde a esa peculiar e implícita historia de amor. El concepto nunca es utilizado por los protagonistas. Jamás se declaran enamorados, pero nosotros sabemos que su voluntad de seguir juntos a pesar de todos los peligros e inconvenientes responde a ese sentimiento mutuo.

La contraposición de Paulino y Carmela aporta mucho juego dramático, pero nunca debemos olvidar que son las dos caras de una misma moneda, la de una pareja enamorada que no para de discutir y, al mismo tiempo, nunca desea separarse. Repasad ese interminable diálogo con tantos registros, desde el drama al humor, y buscad las razones implícitas que permiten pensar en una relación amorosa capaz de afrontar la dura prueba de aquella velada trágica.

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