El final de año es tiempo
de balance y, sobre todo, de proyectos relacionados con un inmediato futuro.
Gracias a las entradas de este blog, he podido dar cuenta de los objetivos
alcanzados a lo largo de 2024, que ha sido productivo. Ahora toca trabajar para
que también lo sea el 2025, que comenzará con la publicación de tres volúmenes
de los que actualmente estoy corrigiendo las pruebas de imprenta.
El primero es Perder
la guerra y la historia (Sevilla, Renacimiento-UA), que será el segundo
tomo de la trilogía dedicada a los consejos de guerra de periodistas y
escritores durante el período 1939-1945. En esta ocasión me ocuparé de los que
tuvieron como protagonistas involuntarios a Leopoldo Bejarano Lozano, Álvaro
Retana, Pedro Luis de Gálvez, Artemio Precioso, Santiago de la Cruz, Antonio
Buero Vallejo, Joaquín Dicenta Alonso, Rosario del Olmo, Matilde Zapata, Amalia
Carvia, Aurora Bertrana, Antonio Agraz, Francisco Escola Besada, Ricardo
Flores, Ramiro Gómez Zurro, Antoni Pugués, Antonio Uriel, Vicente Ramón
Esteban, Eduardo de Castro, César García Iniesta, Enrique Peinador y otros más.
Las 387 páginas del
volumen se sumarán a las 404 del primero a la espera de culminar una trilogía
con más de mil páginas dedicadas, fundamentalmente, a lo sucedido en el Juzgado
Militar de Prensa y otros de la jurisdicción militar que reprimieron a un colectivo
de periodistas, dibujantes, escritores y fotoperiodistas.
Mientras reviso las
pruebas del segundo volumen, que saldrá publicado en marzo o abril, ya tengo
bastante avanzada la redacción del tercero, donde incluiré el análisis de otros
veinticinco consejos de guerra aproximadamente. La culminación de la tarea, con
la publicación completa de la trilogía, está prevista para la primavera de
2026, dando paso entonces a una web donde cada una de las víctimas de esta
represión tendrá un apartado, así como los más destacados victimarios. La
infraestructura y financiación para esta última tarea ya está en marcha y, si
nada se tuerce por culpa de la salud, con su aparición habré culminado una
tarea de más de diez años dedicada al estudio de la represión padecida por los
citados colectivos durante la inmediata posguerra.
Asimismo, en febrero
aparecerá en el catálogo de Espasa Calpe un volumen colectivo coordinado por
Ana Asión y Sergio Calvo, de la Universidad de Zaragoza, donde he colaborado
con un capítulo cuyo objetivo es sintetizar las conclusiones acerca de las víctimas
de esa represión. El trabajo me ha permitido trabajar con un grupo de
investigadores jóvenes que ya están tomando el relevo de quienes andamos cerca
de la jubilación para ahondar en el conocimiento de la España franquista.
En marzo o abril también
saldrá un volumen, Ángeles y demonios, que he coordinado junto con María
Luz González Peña para la SGAE. Esta entidad ha impulsado una valiente
iniciativa para conocer lo sucedido con sus asociados durante la etapa más
represiva del franquismo y esperamos haber estado a la altura del reto.
Por otra parte, el
cincuentenario del fallecimiento del general Franco va a propiciar una serie de
actividades donde participaré y de las que iré dando cuenta en este blog. La
primera, ya confirmada, me llevará a la Universidad de Zaragoza para participar
en un seminario, pero hay otras que permiten pensar en un año intenso dedicado
a la celebración de lo que fue el punto de partida de numerosos cambios.
Mientras tanto, sigo con
la dirección de Anales de Literatura Española, que a finales de 2025
publicará un monográfico dedicado al exilio republicano bajo la coordinación de
un grupo de investigación radicado en la Universidad Autónoma de Barcelona. Y,
además, en junio presentaremos una nueva tesis doctoral, esta vez dedicada a la
obra de Concha Alós, como preámbulo de otras investigaciones posdoctorales bajo
mi dirección cuyos planes de trabajo ya han sido aprobados.
En definitiva, muchas
horas sentado delante del ordenador o en mi despacho para sacar adelante todas
las tareas, entre las cuales también hay tres artículos actualmente en prensa
que saldrán en revistas españolas y norteamericanas. A estas alturas, ya me
gustaría andar más relajado, pero convivo con gente joven a la que puedo ayudar
y esta circunstancia es un estímulo decisivo para llegar a la jubilación sin
cejar en el trabajo.
Una vez jubilado, lo
prometo, harto de tanta represión franquista, volveré a los cauces del humor en
la ficción, pero esa será otra historia que también irá apareciendo poco a poco
en este blog.
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