lunes, 1 de enero de 2024

Santiago de la Cruz junto con Sofía Loren y Cantinflas


 

El periodista Santiago de la Cruz Touchard fue condenado a muerte por su participación en la redacción de Mundo Obrero, su militancia en el PCE y, finalmente, su condición de oficial del ejército republicano. Véanse las entradas anteriores de este blog dedicadas a quien fuera una víctima de la represión franquista. Tras la conmutación, protagonizó un acto de rebelión en el durísimo penal de Valdenoceda (Burgos) y fue castigado con un traslado al no menos duro de Las Palmas, donde ni siquiera podía recibir la ayuda alimentaria de su familia. El paso por la cárcel fue especialmente traumático, pero desde su puesta en libertad intentó abrirse camino con un buen ánimo y una jovialidad que le granjearon numerosas amistades, incluso entre quienes simpatizaban con el franquismo.

La oportunidad de salir adelante junto con su esposa e hijos le llegó desde Argentina y Méjico, donde varias revistas dedicadas al cine y los espectáculos le nombraron corresponsal en Madrid. Santiago de la Cruz Touchard se convirtió en un embajador del cine español en América Latina y, al mismo tiempo, un introductor del cine de aquellos países en España, actividad que pronto extendió a la música mejicana llegando a componer rancheras. Por otra parte, tanto los productores españoles como los mejicanos apreciaron su labor informativa, que era de indudable importancia dada la intensidad de los intercambios cinematográficos entre ambos países durante las décadas de los cincuenta y los sesenta.

Como reconocimiento a este trabajo, Santiago de la Cruz Touchard fue premiado en los festivales de cine de San Sebastián, Valladolid y Huelva, aparte de formar parte de la junta directiva del Círculo de Escritores Cinematográficos. Incluso, en diciembre de 1957, viajó a Méjico invitado por la Asociación Nacional de Actores y varios productores de aquel país para participar en los actos celebrados con motivo del cuarto aniversario del fallecimiento de Jorge Negrete, que había gozado de una especial popularidad en España.

El álbum familiar de Santiago de la Cruz Touchard cuenta con numerosas fotografías suyas tomadas junto con los actores y cantantes a los que entrevistó. También productores y otras personalidades vinculadas al mundo del espectáculo. La lista es larga, pero a modo de ejemplo podemos citar a Orson Welles, Paco Rabal, Carmen Sevilla, Marisol, Ana Mariscal, Cesáreo González, Azorín, Benito Perojo, El Cordobés, Antonio Buero Vallejo, el Dúo Dinámico, Alfonso Paso…




Muchas de estas fotografías fueron tomadas en el local de Perico Chicote, centro neurálgico de los populares de la época, y otras con motivo de galas o entrevistas, a las que Santiago de la Cruz se solía presentar con su característica pajarita y otros rasgos de quien, además de ser miembro durante décadas de los Amigos de la capa, mostraba siempre una jovialidad compatible con la elegancia.




La imagen de este periodista triunfante en Méjico y reconocido por los cineastas españoles esconde el paso por una condena a muerte como preámbulo a años de cárcel. Quienes no supieran de esta historia, la mayoría, se quedarían sorprendidos, pero la evolución es propia de un hombre talentoso que supo abrirse camino sin mirar hacia atrás. Nunca le derrotaron por completo y, sin renunciar a sus ideales, Santiago de la Cruz Touchard triunfó en un país donde codearse con estrellas como Sofía Loren o Mariano Moreno, Cantinflas, era motivo de admiración y hasta de envidia. Puestos a imaginar, también la tendrían quienes le condenaron a muerte y veinte años después ignoraban el pasado de ese periodista jovial con pajarita y eterna sonrisa de buena persona.




Las fotos las publico gracias a la ayuda de sus nietas Sandra y Susana, con quienes estoy trabajando para que el periodista tenga su merecido capítulo en el segundo volumen de Las armas contra las letras. Los consejos de guerra de periodistas y escritores, 1919-1945.


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