La historia es una tarea en permanente construcción y de autoría colectiva. La colaboración con los colegas supone un requisito asumido por quienes, a diferencia de los aficionados, nos dedicamos a la investigación en el ámbito universitario.
Hace unos días hablé con
el periodista e historiador Víctor Úcar, que realiza su tesis doctoral bajo la
dirección del catedrático Gutmaro Gómez Bravo (UCM). La misma guarda relación
con los consejos de guerra de periodistas y escritores durante el período
1939-1945. Concretamente, se centra en la represión de quienes trabajaron en Unión
Radio a lo largo de la guerra y, por su fidelidad a la II República, afrontaron
problemas similares a los analizados en mis libros.
El intercambio de información
se concretó en un dato que desconocía documentalmente: la fecha de la disolución
del Juzgado Militar de Prensa. Hasta ahora había establecido un funcionamiento
del mismo entre abril de 1939 y el verano de 1940. Me basaba en las hojas de
servicios como oficiales del ejército del titular del juzgado, el capitán
Manuel Martínez Gargallo, y de uno de los secretarios que actuaron en las
dependencias de la plaza del Callao, 4.
La fecha del cierre no
era errónea, pero ahora la podemos concretar gracias al trabajo de Víctor Úcar
en el Archivo General del Ministerio del Interior (AGMI). El investigador ha
localizado allí una copia de un documento cuya transcripción es la siguiente:
AUDITORIA DE GUERRA DEL
EJÉRCITO DE OCUPACIÓN. JUZGADO MILITAR PERMANENTE N.º 18, PIAMONTE. N.º 28,
segundo (Texto).
Por disposición del
Excmo. Sr. Capitán General de la 1.ª Región Militar, en la orden
correspondiente al 26 de julio ppd, el Juzgado Militar Permanente n.º 18 de mi
cargo ha quedado constituido por el antiguo Especial de Prensa y el Permanente
n.º 24, que tenía su domicilio en la Plaza del Callao, n.º 4. Lo que pongo en
conocimiento a los efectos oportunos y la debida constancia en el expediente
procesal de cuantos reclusos de esa prisión estuviesen a disposición de los
desaparecidos Juzgados de Prensa y Permanente n.º 24, los que automáticamente
pasan a mi disposición. Acúseme recibo. D.G. guarde a V. muchos años. Madrid 6
de agosto de 1940. El Juez Militar sin firma y sellado (Sr. Director de la
Prisión de Conde de Toreno).
La transcripción de la
comunicación del titular del Juzgado Permanente n.º 18 al director de la
prisión de Conde de Toreno se enmarca en el intercambio de documentos
sumariales entre los jueces y los responsables de los centros donde estaban
recluidos quienes eran procesados y, posteriormente, permanecían en los mismos
como condenados.
Lo significativo es la
fecha: el Juzgado Militar de Prensa había dejado de estar operativo el 6 de
agosto de 1940, al igual que el Permanente n.º 18, ambos localizados en la
Plaza de Callao, n.º 4. Por lo tanto, la investigación sobre las actividades
del capitán Manuel Martínez Gargallo y sus colaboradores debe circunscribirse
al período comprendido entre la segunda quincena de abril de 1939 y finales de
julio de 1940. Antes lo deduje por otra vía y ahora lo afirmo gracias a un
documento del AGMI que prueba esta circunstancia.
La investigación de
Víctor Úcar abre una nueva línea de trabajo. Dado el número de casos instruidos
en el Juzgado Militar de Prensa, pocos en comparación con otros coetáneos de
Madrid, cabe pensar que sus competencias fueran más allá de la instrucción de
los sumarios protagonizados por escritores y periodistas.
Así lo hemos comprobado
en la depuración de los miembros de la SGAE, donde el juez Manuel Martínez
Gargallo estuvo presente, al igual que probablemente en las tareas relacionadas
con la depuración de la APM y el Registro Oficial de Periodistas (ROP). Esta
diversidad de destinos dentro del sistema represivo le obligaría a permanecer
al margen de algunas tareas relacionadas con la instrucción sumarial. Lo hemos verificado
gracias al análisis de más de veinte sumarios del Juzgado Militar de Prensa.
Víctor Olmos en su
documentada historia de la APM publicada en 2006 indica que no hay pruebas de
que la misma colaborara con el Juzgado Militar de Prensa en la instrucción de
los sumarios. La prueba es que la asociación y el juzgado compartían las
dependencias de Plaza de Callao y, como es lógico, no era preciso dictar una
diligencia o providencia para que los archivos de la APM estuvieran al servicio
de las citadas instrucciones.
Baste recordar que los
secretarios del juzgado, en su informe inicial cuyo origen es un misterio, pudieron
utilizar la documentación recopilada por la asociación para la depuración del
colectivo periodístico. Esta documentación, supongo, desaparecería porque hubo
décadas para que una entidad privada borrara las huellas de su colaboración en
las tareas relacionadas con la represión del colectivo al que representa. La
hipótesis, a falta de pruebas definitivas, parece plausible como punto de
partida para la investigación.
Ahora, a la luz de la
tesis doctoral de Víctor Úcar, cabe comprobar si el juez Manuel Martínez
Gargallo y sus colaboradores estuvieron presentes en los sumarios instruidos
contra quienes trabajaron en Unión Radio. Todavía es pronto para sacar
conclusiones al respecto, pero esta línea de trabajo se enmarca en las
previstas para la segunda fase del proyecto de investigación, que comenzará con
el curso 25-26 tras la publicación de la trilogía dedicada a los consejos de
guerra de periodistas y escritores. En fechas próximas, explicaré los objetivos
de esa fase, cuya autoría será colectiva para procurar su continuidad tras mi
jubilación en junio de 2028.
Vd. se las da de historiador y publica un pie de foto falso. La foto reproduce la fachada del Palacio de Oriente y no el Ministerio del Interior.
ResponderEliminarGracias por la aclaración. Saludos.
ResponderEliminarhttps://www.interior.gob.es/opencms/ca/detalle/articulo/La-Policia-Nacional-y-Patrimonio-Nacional-recuperan-ocho-documentos-historicos-del-Archivo-General-del-Palacio/
ResponderEliminarAquí está el origen de mi lamentable error. No obstante, yo cuando me equivoco lo reconozco y, desde luego, no falto al respeto de nadie amparándome en el anonimato. Saludos.
Disculpe falta de respeto la suya hacia la opinión pública que con absoluta falta de rigor y diligencia intenta engañarla, lo que resulta más propio de "aficionados"
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