La publicación de un libro es un proceso largo que incluye períodos de espera. El investigador siempre debe tener otras tareas a mano para no quedar parado. La lectura es la principal, pero también cabe repasar trabajos anteriores, mejorarlos y darles una nueva oportunidad gracias a las posibilidades que aportan las nuevas tecnologías. Así he procedido con Contemos cómo pasó, un ensayo publicado en 2016 por la Universidad de Alicante y que ahora, capítulo a capítulo, será accesible a través del Repositorio de la Universidad de Alicante (RUA).
Hoy enlazamos el prólogo de un libro que supuso un empeño quijotesco en tiempos de bachilleres homologados porque su autor pretendía ser uno de los «cofrades de la divagación» (Luis Mateo Díaz) para escapar de la rutina académica, divagar sin norte y, sobre todo, conversar con un lector maduro a la búsqueda del recuerdo compartido.
Prólogo disperso, aunque oportuno, pp. 9-24:
http://hdl.handle.net/10045/131998
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