La prioridad a la hora de
incluir a los escritores y periodistas que forman parte de Las armas contra
las letras nunca ha sido la valoración de sus obras literarias o
periodísticas. La trilogía no tiene como objetivo preferente el estudio de las
mismas, sino el intento de dar voz a quienes, como miembros de esos colectivos,
fueron víctimas de la represión franquista. Así no debe extrañar que, en el
primer volumen, que llegará a las librerías el 15 de enero de 2024, no figure
un autor de la talla de Antonio Buero Vallejo, que fue condenado a muerte en un
consejo de guerra celebrado en Madrid el 16 de enero de 1940.
El dramaturgo nacido en
Guadalajara tendrá su correspondiente capítulo en el segundo volumen junto a
los republicanos que van apareciendo poco a poco en estas entradas del blog. El
análisis del sumario 48924 del AGHD ha resultado complejo por sus 440 folios y,
sobre todo, porque en él se juzga a todo un grupo de militantes comunistas que
en la inmediata posguerra intentaron reorganizar el PCE o, mejor dicho, buscaron
dotarse de una identidad falsa para sobrevivir en la clandestinidad o salir al
exilio.
El intento quedó
frustrado, como tantas veces, y de los once procesados siete fueron condenados
a muertes siendo finalmente cuatro los ejecutados en la madrugada del 2 de
julio de 1940: Juan Fonseca Serrano, Ramón Torrecilla Guijarro, Alejandro
González Venero y Enrique Sánchez García. Antonio Buero Vallejo estaba en la
misma lista, pero tras nueve meses de espera dramática supo que su condena
sería a treinta años. La posterior conmutación por otra de veinte años aceleró
su puesta en libertad, que finalmente tuvo lugar el 17 de febrero de 1946, tras
un periplo carcelario de casi siete años que le llevó por los penales de Conde
de Toreno, Yeserías, El Dueso, Santa Rita y Ocaña. La juventud la consumió en
aquellas cárceles.
El texto del capítulo ya
está redactado y aporta algunas novedades a la bibliografía sobre esta etapa
dramática de la biografía de Antonio Buero Vallejo, que fue condenado a muerte
por falsificar unos sellos destinados a facilitar una documentación falsa para
sus camaradas. En entradas posteriores daremos cuenta de esas novedades, pero
ahora quisiera agradecer la anónima y compleja tarea realizada por los técnicos
del Archivo General e Histórico de Defensa. La digitalización de los sumarios a
menudo es una verdadera tarea de orfebrería, llevada a cabo con un mimo
singular para salvar estos documentos tan deteriorados durante el franquismo y
las primeras décadas de la democracia. Como simple ejemplo, cabe observar la
portada del sumario donde estuvo incluido Antonio Buero Vallejo.
Dado que la Biblioteca
Virtual Miguel de Cervantes cuenta con un portal dedicado al dramaturgo, una
vez tramitado el permiso de Carlos Buero y de los responsables de la
Universidad de Alicante y el Ministerio de Defensa, en fechas breves podremos
ver en dicho portal las imágenes de los documentos del sumario relacionados con
Antonio Buero Vallejo. El dramaturgo y Miguel Hernández eran dos amigos que
coincidieron en la cárcel tras conocerse en tierras levantinas durante la
guerra. Gracias a la tecnología y el trabajo abnegado de los citados técnicos,
dentro de poco coincidirán también en la Biblioteca Virtual Miguel de
Cervantes.
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