domingo, 29 de octubre de 2023

Las armas contra las letras, en prensa y en la prensa


Los libros suelen contar con reseñas o algún eco en la prensa cuando aparecen publicados, pero a veces también los periodistas se hacen eco de la próxima publicación de alguno de ellos. Así ha ocurrido con Las armas contra las letras. Los consejos de guerra de periodistas y escritores, 1939-1945 (Sevilla, Renacimiento-Universidad de Alicante, 2023), que saldrá publicado a finales de año y, desde hoy y gracias a Cristina Martínez del diario Información, ya cuenta con su primera presencia en la prensa.
En el año 2015 publiqué Nos vemos en Chicote (Renacimiento-Universidad de Alicante), donde por primera vez analicé algunos casos de la represión ejercida contra los escritores, periodistas y dibujantes durante la posguerra. El ensayo tuvo una buena acogida en los medios académicos y fue reeditado en 2019, pero también fue objeto de una demanda judicial donde se me descalifica como investigador universitario. Al margen de la debida respuesta en sede judicial, mi obligación como catedrático es tomar nota de lo expuesto por el demandante y, en la medida de lo posible, intentar rebatir esa descalificación mediante una investigación exhaustiva y rigurosa sobre todo lo relacionado con la represión ejercida contra los citados colectivos, especialmente desde el Juzgado Militar de Prensa.
La tarea tuvo su primer hito con la publicación de Los consejos de guerra de Miguel Hernández (Madrid, Ministerio de Defensa-Universidad de Alicante, 2022) y continuará con una trilogía de ensayos iniciada con Las armas contra las letras. Sus más de cuatrocientas páginas recopilan la información sobre una veintena de casos, pero todavía quedan por investigar otros muchos y será necesario contar con dos nuevos volúmenes para abarcar la práctica totalidad de los consejos de guerra cuyas víctimas fueron periodistas, escritores, dibujantes y fotoperiodistas.
La investigación me llevará varios años porque el trabajo en los archivos militares es lento y requiere mucha paciencia a la búsqueda de la documentación. Su finalización tal vez coincida con mi jubilación si tengo la suerte de disfrutar de una aceptable salud. Anunciar tareas ciclópeas a los sesenta y cinco años supone una osadía, pero el conocimiento de las penalidades sufridas por quienes ejercieron la libertad de expresión durante la etapa republicana me estimula a la hora de encontrar las necesarias fuerzas. Me habría gustado jubilarme abordando temas relacionados con el humor, que siempre han sido de mi agrado, pero sin abandonarlos lo haré con unos sumarísimos de urgencia absolutamente dramáticos. No obstante, y aunque parezca sorprendente, en algunos también es posible encontrar rasgos humorísticos, pues en lo más negro de una época atroz a veces surge el motivo para la sonrisa.
Mientras tanto, el blog irá dando noticia de mis investigaciones y está abierto a las indicaciones que me pueda hacer la comunidad académica o cualquier interesado por los temas aquí abordados. Por otra parte, y como es mi obligación, siempre estaré dispuesto a rectificar porque soy consciente del riesgo de cometer errores. La evolución de la ciencia pasa, de hecho, por una continua rectificación, pero siempre respetando la libertad de expresión y de cátedra, que es compatible con la controversia cuando el objetivo común es el conocimiento.



La presencia en la prensa se ha completado estos días con la noticia publicada en La Verdad, de Murcia, acerca de la mesa redonda del pasado día 30 dedicada a la memoria histórica en la que que participé junto a mis colegas César Oliva y Pedro María Egea:



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