La lectura de Las leyes de la frontera (2012), de Javier Cercas, fue uno de los motivos que me impulsaron a escribir Quinquis, maderos y picoletos y hasta polemizar en algunos aspectos con el prestigioso novelista. La experiencia generacional del fenómeno quinqui permite lecturas diferentes y ese es el objeto fundamental del capítulo dedicado a un delincuente de la época capaz de leer, según cuentan, al mismísimo Michel Foucault. El texto ahora es accesible a través del siguiente enlace al catálogo del Repositorio de la Universidad de Alicante:
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