En fechas recientes, la directora de la Guardia Civil pidió disculpas públicas por lo sucedido en «el caso Almería» y hasta tuvo un gesto de reconocimiento hacia los familiares de los tres jóvenes asesinados cuando supuestamente fueron confundidos con unos etarras. En realidad, los muchachos se trasladaron a la ciudad andaluza para asistir a la primera Comunión de un familiar.
El episodio es uno de los ejemplos más brutales de la otra cara de la Transición, a menudo idealizada como un período pacífico que se contradice con las cifras de la violencia, tanto institucional como terrorista, de aquellos años ahora analizados bajo una perspectiva menos deudora de la ficción consoladora.
El cuarto capítulo de Quinquis, maderos y picoletos (Sevilla, Renacimiento, 2014) está centrado en este caso con una valiente y polémica versión cinematográfica de Pedro Costa, además de abordar otros similares como el protagonizado por Santiago Corella, El Nani, que también cuenta con una película y un reciente documental emitido por RTVE: Pacto de silencio (2023).
El texto del correspondiente preprint ahora es accesible gracias al siguiente enlace al catálogo del Repositorio de la Universidad de Alicante:
http://hdl.handle.net/10045/132834
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