La lucha contra los acaparadores de comestibles, que también eran los responsables de un desmesurado aumento de los precios de los mismos, es una constante de la prensa republicana en Madrid durante toda la guerra. Las multas y las detenciones fueron numerosas. Echea se hace eco de estas denuncias en La Voz el 17 de diciembre de 1936 y presenta a los responsables como enemigos equiparados a quienes bombardeaban la capital. Al recortar la imagen, he mantenido el omnipresente "visado por la censura".
El "Levante feliz" denunciado por José Luis Salado en las páginas de La Voz es otra constante temática de la Guerra Civil y Echea se hace eco de esta crítica en las páginas del mismo periódico, concretamente el 12 de noviembre de 1936, poco después de la evacuación de la capital por parte del gobierno republicano. El dibujante que aguantó en Madrid hasta el final se suma a la denuncia con esta caricatura de quienes eran revolucionarios, pero solo en la retaguardia de Valencia.
A menudo, las caricaturas publicadas en la prensa madrileña durante la guerra son la plasmación gráfica de las consignas que leemos en esos mismos periódicos. Así sucede en esta de Echea publicada en La Voz el 12 de mayo de 1937, donde aboga por una política de aplastamiento de la quinta columna, los militares facciosos y los delincuentes, tanto en la vanguardia como en la retaguardia.
El supuesto alcoholismo del general Queipo de Llano fue una de las constantes satíricas de los caricaturistas republicanos. Echea aporta esta muestra el 25 de septiembre de 1936 en La Voz, cuando las charlas radiofónicas del militar ya habían alimentado el imaginario popular de los propios republicanos.
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