lunes, 19 de junio de 2023

Las caricaturas de Echea (1)


El estudio de las caricaturas publicadas en la prensa madrileña durante la Guerra Civil depara algunas sorpresas, aunque es evidente que todas se ponen al servicio de las líneas editoriales de los periódicos donde aparecen, que, a su vez, estaban férreamente controlados por la censura gubernamental. Los dibujantes podían aportar notas de creatividad u originalidad, pero en unos marcos estrechos donde las consignas son evidentes.
El motivo más socorrido, hasta la reiteración obsesiva, es la política de no intervención seguida por las democracias europeas. Y, dentro de las mismas, las críticas más duras se las lleva el gobierno del Reino Unido, que casi aparece como el tercer culpable de la invasión protagonizada por alemanes e italianos. En este sentido, las figuras inglesas son abundantes, aunque menos que las caricaturas de Hitler y Mussolini, que pronto se convirtieron en personas omnipresentes en la citada prensa, tanto en los titulares como en las contribuciones de los dibujantes.
Sin embargo, son escasas, sorprendentemente escasas, las caricaturas dedicadas a lo sucedido en el otro bando, más allá de la aparición del general Franco, casi siempre afeminado y regordete, o el general Queipo de Llano, cuyo supuesto alcoholismo fue motivo constante de chistes y burlas.
Echea sigue estas directrices en La Voz, pero en alguna ocasión introduce una excepción. Así sucede en la caricatura publicada el 3 de mayo de 1937. Ese día el vespertino madrileño lamenta en sus páginas la imposibilidad de celebrar la fiesta de los trabajadores como se hacía antes del inicio de la guerra. Las causas son obvias en una ciudad sitiada y bombardeada. Echea imagina entonces que en el otro bando tampoco la habían celebrado, porque los del "ramo de la limpieza" con uniforme de falangistas tenían un trabajo relacionado con la represión de los obreros. La presencia de esa violencia en las caricaturas es una excepción y como tal la hemos reproducido en esta entrada.



Otra de las constantes de la propaganda republicana, y de sus caricaturas, es la alusión a la Guerra de la Independencia porque se trataba de presentar la acción de las tropas rebeldes comandadas por el general Franco como una invasión de la patria. En este marco y en el caso de la prensa publicada en Madrid, las alusiones al 2 de mayo de 1808 son constantes. Echea se suma a las mismas con esta caricatura publicada en La Voz el 3 de noviembre de 1936, uno de los momentos más dramáticos del sitio al que fue sometida la capital. El protagonista es un Francisco de Goya dispuesto a volver a pintar los desastres de la guerra, en este caso la derivada de la traición cometida por los militares rebeldes y quienes les apoyaron.


Tal y como hemos indicado arriba, la constante temática que predomina en las caricaturas de Echea publicadas en el vespertino La Voz es la crítica a la política de no intervención por parte de las democracias occidentales. El Reino Unido es el país que concentra la mayor parte de las críticas, pero Francia no se escapa de las mismas, como sucede en este ejemplo publicado el 3 de noviembre de 1937, donde Echea denuncia la responsabilidad de quienes miraban al otro lado, o no miraban, cuando llegaban a España las tropas y el armamento procedentes de Alemania e Italia.

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