sábado, 15 de julio de 2023

Las maestras que regaban geranios acabaron enseñándolo todo

Las «mujeres sabias», más allá del concepto clásico a partir de la homónima comedia de Molière, apenas contaron con presencia en el cine, el teatro y la literatura del franquismo. A lo sumo, apareció alguna maestra como la señorita Eloísa de ¡Bienvenido, Mr. Marshall! o la inolvidable colega de Calabuch, una Valentina Cortese que debió cambiar su sofisticado vestuario italiano para adecuarse al de la sobriedad de quienes, en los días atrevidos, incluso podían lucir una blusa con una falda plisada. Y, claro está, sin inquietudes culturales. De hecho, la última citada está más preocupada por sus geranios que por la sabiduría, que empezará a ser motivo de recuerdo cuando finalmente contraiga matrimonio.


El cine español pareció dar un giro a la figura de la maestra cuando se estrenaron dos películas de la Transición:
Los días del pasado (1978), de Mario Camus, y El amor del capitán Brando (1974), de Jaime de Armiñán. En la primera, el papel interpretado por quien había dejado de ser Marisol para convertirse en Pepa Flores es una maestra andaluza, que en la más brutal posguerra se traslada a un pueblecito del norte para reencontrarse con su pareja, un fugitivo alistado en el maquis. Miedo, derrota y dignidad se mezclan en un personaje que simboliza el valor de quienes aprendieron a ser los maestros de la República y sufrieron una atroz represión durante la posguerra. La película de Jaime de Armiñán presenta a una maestra joven (Ana Belén) que llega a un pueblo perdido con ansias de renovación y cierta modernidad. El choque con la realidad rural es inevitable y, al mismo tiempo, un ejemplo de otro de mayor envergadura que se estaba dando en un país camino de la Transición.


Las dos películas dignifican el papel de la maestra y, aunque sin apenas relación con la sabiduría, muestran el respeto debido a unas mujeres empeñadas en cumplir con sus atribuciones como docentes. El camino hacia esa dignificación de la maestra podría haber seguido, pero pronto dio paso a la cutre realidad de la cultura popular durante la Transición. Un ejemplo de la misma es la serie de comedias italianas donde unas supuestas docentes lo «enseñaban todo». El juego de palabras es tan burdo que no merece una aclaración.

Las carteleras de aquellos años abundaban en comedias eróticas procedentes de Italia, algunas de sus protagonistas alcanzaron una notable popularidad durante «el destape» y, claro está, las agraciadas docentes no destacaban por su sabiduría. La sucesión de títulos era la propia de unas películas concebidas en serie donde todo era tan previsible como rancio.

Así vimos, y admiramos, la belleza de Edwige Fenech como maestra en Pecado venial (1974, a Carmen Vilani en un título prometedor como La profesora lo enseña todo (1975) y suspiramos al recordar la modernidad de Gloria Guida en La profesora de ciencias naturales (1976). Edwige Fenech era el icono sexual de la comedia erótica italiana y volvió a las tareas docentes en La profesora y el último de la clase (1977), con el inevitable caricato Álvaro Vitali, que también aparecería con la bella actriz en La profesora enseña en casa (1978).

Las prácticas docentes se extendieron a otros lugares. Así Natalia Cassini protagonizó La profesora baila con toda la clase (1979) y Anna María Rizzoli fue más audaz en La profesora va al mar con toda la clase (1980). El magisterio italiano debió acabar agotado y la serie culminó con una verdadera sueca capaz de romper moldes: Janet Agreen, la protagonista de La profesora de educación sexual (1982).


Ya comenté estas comedias en La sonrisa del inútil (2008). Apenas merecen nuestro recuerdo más allá de ejemplificar la dificultad por entonces de encontrar películas donde las mujeres fueran «sabias» de alguna manera. Si las he citado es porque su profusión demuestra, de nuevo, los límites del cambio cultural que vino con la Transición. Hemos avanzado desde entonces, pero tampoco conviene entusiasmarse porque, en el mercado de la pornografía, uno de los subgéneros más populares es el protagonizado por maestras que literalmente devoran a sus alumnos.

https://publicaciones.ua.es/libro/la-sonrisa-del-inutil_128106/

El preprint del volumen puede consultarse en:

http://hdl.handle.net/10045/136663

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