El 28 de diciembre de 1937, José Robledano celebró el día de las inocentadas en Claridad anunciando el ahorcamiento de Benito Mussolini, el personaje con más presencia en sus caricaturas. Casi ocho años después la imagen se convirtió en realidad y ha dado la vuelta al mundo como una de las más impactantes de la época. El caricaturista la presintió, aunque solo fuera en una inocentada propia del ambiente violento de la Guerra Civil.
Barcelona también sufrió intensos bombardeos durante la guerra y, desde un Madrid solidario, el 19 de marzo de 1938 José Robledano publica esta caricatura en Claridad, donde subraya que el «trimotor fascista» estaba pilotado por Hitler, Mussolini y un Franco que vuelve a aparecer con su habitual aspecto afeminado gracias, sobre todo, a sus imaginados rizos.
El anticlericalismo de José Robledano dista mucho de ser un rasgo aislado entre los caricaturistas republicanos durante la Guerra Civil, pero en su caso se presenta con una especial contundencia donde no cabe el matiz o la duda. Un ejemplo lo encontramos en esta caricatura de un obispo franquista publicada en Claridad el 20 de febrero de 1937.
La política de no intervención siempre fue considerada como una farsa que perjudicó gravemente a los intereses de la II República y permitió la intervención sin límites de las fuerzas alemanas e italianas. Un nuevo ejemplo lo encontramos en esta caricatura de José Robledano publicada en Claridad el 23 de enero de 1937.
Frente a la denostada política de no intervención practicada por los países occidentales, José Robledano enfatiza el valor de la solidaridad mostrada por la izquierda política y los sindicatos de otros países, al igual que hizo a menudo Claridad en sus editoriales. La caricatura fue publicada el el 19 de diciembre de 1937.
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