Hace unos días, Joan
Manuel Serrat agradeció la entrega del premio Princesa de Asturias con un
emotivo discurso con el que me identifico totalmente. Sobre todo, cuando el
cantante ya jubilado se presenta como «una persona mayor tirando a viejo» que
realiza un balance vital presidido por la coherencia de toda una trayectoria.
Sus breves palabras, tan quintaesenciadas, merecen ser escuchadas de nuevo:
Yo todavía estoy en
activo porque la jubilación de los catedráticos universitarios es una excepción
en nuestro panorama laboral. Tampoco me presento como «tirando a viejo» porque
la salud, hasta ahora, me ha respetado con singular cariño. Todo puede cambiar
de un día para otro. Mientras tanto, veo a muchos amigos ya jubilados que se
sorprenden al saber que estoy en activo.
Los sorprendidos suelen
dedicar su tiempo a ir en bicicleta, jugar al pádel y sacrificarse en
reiteradas visitas al gimnasio. Un empeño que yo, cuando doy el paseo
reglamentario de una hora, considero un tanto fuera de lugar. Todo tiene su
momento y lugar. El paseo, con la consiguiente charla vecinal, me corresponde
más que el afán competitivo.
Sin embargo, otros amigos
jubilados no sólo se alegran de verme en activo, sino que me dan a menudo una
agradable faena porque, gracias a la jubilación, no paran de trabajar en lo que
les apasiona: la investigación histórica. Mi ayuda siempre está a su
disposición.
José Antonio Pujol Aguado
forma parte de este último grupo, que es bastante numeroso en el caso de
Alicante. Desde que se jubiló de la docencia, ha recuperado con singular
entusiasmo su vocación como historiador. Gracias a la misma, ahora acaba de
publicar la monografía Alas rojas, pájaros negros. La aviación republicana y
Sant Joan d’Alacant, donde aborda la relación de esta localidad alicantina
con las Fuerzas Aéreas de la República Española.
La monografía ha sido
avalada por varios colegas de nuestra universidad, está catalogada en el
Repositorio de la Universidad de Alicante y es de libre acceso para cualquier
interesado en el tema. Jubilados como José Antonio no juegan al pádel o dedican
sus días a despotricar contra el signo de los tiempos. Lo suyo es trabajar
desinteresadamente al servicio de la comunidad gracias a su formación
universitaria como historiadores.
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