viernes, 8 de septiembre de 2023

La petición de indulto del periodista Vicente Ramón Esteban



El 24 de marzo de 1947, el periodista Vicente Ramón Esteban veía cerca los cincuenta años, había pasado un verdadero calvario de cárcel en cárcel desde que fuera detenido nada más terminar la guerra y, de la misma manera que intentara infructuosamente reincorporarse a la Asociación de la Prensa de Madrid para recibir sus servicios asistenciales, tenía la necesidad de normalizar en lo posible su situación en la España franquista. Ese día, con una redacción cuidada y propia de quien asume el riesgo de dar un paso decisivo, el colaborador de El Heraldo y El Socialista durante la guerra escribió al capitán general de la I Región Militar para solicitar el indulto de acuerdo con el Decreto de 9 de octubre de 1945.

El correspondiente documento recogido en el sumario 33580 del AGHD incluye los datos fundamentales acerca de la trayectoria judicial de Vicente Ramón Esteban durante la posguerra. El Juzgado Militar de Prensa instruyó su causa de auxilio a la rebelión militar hasta que el juez Manuel Martínez Gargallo dictó el auto resumen del que no consta copia en el sumario. A resultas de ese auto, y con el nulo debate que solía haber en los sumarísimos de urgencia, el periodista sería condenado por el Consejo de Guerra Permanente -la copia no especifica el número- a la pena de veinte años de reclusión.

El plenario del tribunal presidido por el comandante Pablo Alfaro Alfaro, el oficial que condenó por entonces a Miguel Hernández, tuvo lugar el 28 de noviembre de 1939. Al igual que muchos otros colegas de las cárceles franquistas, poco después Vicente Ramón Esteban vio conmutada su condena por una de doce años. La rebaja le llegaría cuando estaba en la cárcel de Yeserías, al final de su periplo por las prisiones madrileñas, que sería dramático para un hombre maduro. El periodista represaliado pudo salir en libertad condicional el 22 de junio de 1942. Ese día, después de tres penosos años en la madrileña cárcel de Barco, en el penal de Ocaña y, sobre todo, trabajando duro en el Destacamento Penitenciario de Colmenar Viejo, el periodista procedente de Yeserías regresó a su domicilio de la Cava Alta, n.º 27, para reencontrarse con su esposa María Luisa Molero Zazo. La libertad era condicional o «atenuada», pero el alivio resultaría absoluto.

El sumario 33580 está incompleto, puesto que no figura la documentación de la instrucción y la del plenario, incluida el acta de la sentencia. La circunstancia impide conocer las actuaciones de Manuel Martínez Gargallo y su secretario, así como el carácter de las posibles diligencias ordenadas por el instructor. Una verdadera pena, ya que estos oficiales suelen dar sorpresas en cada caso. Gracias a una transcripción del acta del tribunal, sabemos que Vicente Ramón Esteban estaba afiliado al Partido Socialista desde 1933 y que ese mismo año ingresó en la UGT a través de la Agrupación Profesional de Periodistas. Estos datos ya podían justificar una condena, pero lo fundamental vino a continuación: «Al surgir el Glorioso Movimiento Nacional era redactor del diario Heraldo de Madrid, desempeñando durante algún tiempo el cargo de redactor jefe». El mismo le obligaba a hacer el trabajo de «hinchar» los cables o telegramas y publicar los procedentes «de provincias poniéndoles títulos injuriosos para el Glorioso Movimiento Nacional». Gracias a que Vicente Ramón Esteban observó buena conducta durante la Guerra Civil, así lo reconoce explícitamente la sentencia, la condena solo ascendió a veinte años. El auditor la ratificó el 6 de diciembre de 1939 y aquellas Navidades serían duras para el periodista.

Al igual que en el resto de los casos vistos en mi investigación, el fiscal se opuso a la concesión del indulto. Su escrito, una especie de formulario donde solo cambiaba a mano el nombre del acusado, está firmado el 27 de marzo de 1947. Sin embargo, y también como es habitual, el auditor se muestra favorable a la concesión el 7 de abril de 1947 y la orden la firma el capitán general de la I Región Militar once días después. Finalmente, el 30 de abril comunican el indulto a Vicente Ramón Esteban, que desde 1931 trabajó en El Heraldo de Madrid con un sueldo anual nunca superior a las tres mil pesetas para pasar en septiembre de 1938 a la redacción de El Socialista. Su «auxilio a la rebelión» lo completó como pionero radiofónico en el diario hablado La Palabra, de Unión Radio. Finalmente, cuando ya había cumplido los treinta y ocho años, fue movilizado en enero de 1939 incorporándose a la 106 Brigada del ejército republicano. Allí vería el final de la guerra y el principio de su calvario compartido con tantos otros periodistas, escritores y dibujantes.

 

 

 

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