viernes, 2 de agosto de 2024

El alférez Baena Tocón y la inteligencia artificial


Los buenos chistes hay que tomárselos en serio. En mis clases, si doy un aviso compruebo que a los ausentes, cuando les llega, lo hace de manera tergiversada. La alternativa es ponerlo todo por escrito porque, si depende de la transmisión oral, al final el aviso queda desdibujado. 
Tras aclarar el asunto, lo cual requiere algo de humor, les suelo recordar un viejo chiste que Eugenio contaba de manera magistral. Les invito a sacar los móviles, detalle que siempre agradecen, y lo mando buscar para escucharlo:


Como suele haber alguien al que le cuesta entenderlo en toda su profundidad, les digo que busquen la versión de Santi Rodríguez:


La explicación es obvia: cualquier mensaje, cuando pasa de boca en boca, también de teclado en teclado, acaba tergiversado. Los colegas dedicados a la crítica textual son capaces de teorizar al respecto, pero la experiencia es demasiado común como para merecer una explicación académica.
La circunstancia está presente en el juicio que se celebrará el próximo 14 de octubre por la supuesta intromisión en el honor del alférez Baena Tocón. Entre lo escrito en Nos vemos en Chicote y lo aparecido en algunas aisladas noticias de la prensa, como eco de otras ya publicadas, hay una notable diferencia, que aumenta hasta lo absurdo cuando a partir de esas noticias alguien escribe comentarios en las redes sociales. 
Las barbaridades son tan notables que solo cabe la resignación porque resulta imposible contestar a quienes no demuestran demasiada competencia lectora y, puestos a escribir, nunca reflexionan antes de lanzarse a la piscina sin agua de los chats periodísticos o las redes sociales.
El tema de la polémica en torno al alférez Baena Tocón ha llegado a manos de alguien que, mediante la utilización de la inteligencia artificial, ha compuesto una canción:


Ignoro el nombre del responsable del canal y solo le deseo que no sea demandado, aumentando así la lista de más de cien, por utilizar la inteligencia artificial para acertar en algunos puntos y cometer el error de atribuir al alférez la condena de Miguel Hernández. El juez se apellida Alfaro. El tema es demasiado complejo para estos experimentos y, si de verdad quiere documentarse, puede mandar a esa IA que trabaje con otros textos que probablemente no solo darán para un pareado:


La voluntad de comprensión es necesaria en estas ocasiones y espero que el demandante e hijo no se moleste con quien ha colgado el vídeo realizado mediante la inteligencia artificial. Si lo he compartido, que no aplaudido, es por una sencilla razón: no tengo ninguna vinculación con el responsable del mismo y en ningún momento se ha puesto en contacto conmigo. Lo afirmo para evitar ser también demandado por esta canción como preámbulo de la acusación de haber confraternizado con el toro que acabó con Manolete.
En cualquier caso, el tema merece una reflexión acerca de sacar determinados nombres del ámbito académico para llevarlos al judicial con la consiguiente repercusión mediática. Nos vemos en Chicote fue publicado en 2015. Durante cinco años nadie prestó atención al alférez. Bastó que uno de sus hijos pretendiera su olvido digital, ahora denegado en cuatro ocasiones por los juzgados, para que Baena Tocón sea una referencia en manos de quienes no cuidan la veracidad o la precisión. Una pena, pero alguien debiera recapacitar antes de que el alférez vuelva a aparecer donde no le corresponde.

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