A partir de hoy, el blog también es un instrumento para el
trabajo en clase. Los ejercicios propuestos podrían aparecer en el campus
virtual de la UA, pero damos sus enunciados en este medio con el objetivo de
que permanezcan más accesibles para cualquier docente interesado en las obras
analizadas.
La señorita de Trevélez (1916), de Carlos Arniches, es una tragedia grotesca
con la que el autor supera los límites temáticos de sus sainetes a la búsqueda
de una mayor hondura sin renunciar a la comicidad que siempre le caracterizó.
Este objetivo posibilita una crítica de la ciudad provinciana
que enlaza con la novelística galdosiana y de Leopoldo Alas. Villanea, espacio
simbólico concebido para la trama argumental, reúne los rasgos ya vistos en
Orbajosa o Vetusta. Entre otros, tiempo estancado, tradicionalismo, ociosidad
de las clases dirigentes y, como consecuencia de la misma, la aparición de la
burla cruel o el escarnio.
El Guasa Club agrupa a los jóvenes ociosos de Villanea
encabezados por Tito Guiloya. El objetivo de estos «señoritos» es matar el
tiempo a costa de quienes son burlados, especialmente los hermanos Trevélez. También
Numeriano Galán, el pretendiente que, mediante una ficción dentro de la propia
ficción, acaba como supuesto novio de Florita de Trevélez.
La burla resulta más cruel conforme el burlado ocupa una
posición de debilidad. La frustrada Florita es un ejemplo paradigmático,
agravado por el retrato caricaturesco que le da el autor para favorecer la
comicidad de la obra.
Florita permanece ingenua e ignorante de la realidad hasta el
desenlace, pero don Gonzalo, su hermano, poco a poco adquiere conciencia de la
burla a la que el Guasa Club somete a la solterona de la ciudad provinciana.
Tal y como es previsible, la trama -siempre observada por don
Marcelino como portavoz del propio dramaturgo- desemboca en un desenlace donde
los burladores son desenmascarados y reciben una lección.
Carlos Arniches, frente a la burla cruel derivada de la
ociosidad, propone como antídoto la cultura. Así se expresa don Marcelino en
una intervención final convertida en discurso que resume los presupuestos regeneracionistas
del autor.
La tragedia grotesca de Carlos Arniches responde a una época
clausurada y hasta remota. De hecho, el concepto de la ciudad provinciana
apenas resulta operativo en una cultura fruto de la globalización, aunque fue
fundamental hasta la segunda mitad del siglo XX.
Tal y como sucede con los textos clásicos, y el de Carlos
Arniches lo es sin ningún género de dudas, hay en la obra motivos que
permanecen más allá de las circunstancias y las apariencias. La burla es uno de
ellos, sobre todo, aquella que va dirigida contra un ser vulnerable.
Tras ver la tragedia grotesca y comentarla en clase,
convendría abrir un debate en el campus virtual sobre las formas actuales de la
burla, sus destinatarios, sus responsables y, en la medida de lo posible, las
medidas a adoptar para preservar el respeto a cualquier persona con
independencia de su identidad o rasgos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario